EDITORIAL

HERENCIA

Y FUTURO

La voz contra el postureo de Zoom y Webex

POR ANTONIO ONETTI

Presidente de SGAE

En 1899 no había internet ni una sociedad de la información, pero igualmente pasaban cosas. Aquel año hubo un montón de terremotos en diferentes partes del mundo y, en el plano metafórico, también erupcionó la primera versión de SGAE. Este suceso no derivó de fenómeno geológico alguno, sino del ímpetu de unos cuantos autores rebeldes que decidieron agruparse para reclamar sus propios salarios y derechos.


La Sociedad General de Autores y Editores, que en 2024 cumple 125 años, es la mayor entidad española de gestión colectiva de propiedad intelectual, con extensiones en Argentina, Brasil y Cuba. Integra a unos 130.000 socios y socias en los ámbitos de la creación y edición musical, audiovisual, dramática o coreográfica, fundamentalmente. Además, representa en España a un infinito de talentos internacionales en esos mismos campos. Por ejemplo, el repertorio del maestro estadounidense Duke Ellington, también nacido en 1899. Bueno, y la obra de casi cualquier otra figura nacional o internacional que se te ponga en la cabeza ahora mismo.


A lo largo de este tiempo, SGAE ha cuidado un catálogo valioso: de las zarzuelas y sinfonías de los pioneros a los últimos éxitos de la música urbana; películas premiadas en todo el mundo y cortos visionarios; clásicos de nuestra escena y coreografías contemporáneas. A lo mejor, SGAE tiene el trabajo más bonito del mundo.

Renovar la raíz

Este número 10 de CULTURA REVISTA SGAE dedica su reportaje de portada al nuevo folclore. El asturiano Rodrigo Cuevas honra y reivindica sus raíces, pero usa el lenguaje del presente y mira con curiosidad al futuro. Junto a él caminan dinamizadores como Mondra, Karmento o Verde Prato. Pero son muchos más. En todo el corredor latino crece una ola de respeto a las músicas tradicionales y populares. Los jóvenes creadores y creadoras agarran esa herencia y la reciclan con los códigos vigentes, apartándola del archivo y el formol para darle vida.


El neofolclore representa el carácter de la propia SGAE. Protege y reivindica nuestra historia y nuestro legado, pero respira hoy desde la obra de los talentos que emergen en un mundo digital y conectado. Lo entiende bien la dramaturga Ana Zamora, premio Nacional de Teatro, capaz de presentar a Calderón de la Barca ante una nueva generación. Lo mismo C. Tangana, que integra la rumba y el flamenco en un espectáculo absolutamente moderno, ahora recogido en un documental por Santos Bacana, Rogelio González y Cristina Trenas. O también la rutilante Travis Birds, emocionándose aquí con la obra de Pedro Almodóvar.


Por su parte, Fernando Navarro bebe de Lorca y de la literatura gótica para fabricar miedo en su flamante serie Romancero. Y Elena Martín toma los tabúes alrededor de la sexualidad femenina para ofrecernos Creatura, una película que además es una experiencia.


Ojalá pienses, como nosotros, que mirar atrás es justo y mirar adelante es necesario. Ojalá te guste este número.


¡Feliz 2024!

Ilustración

Miguel Sueiro/Baliente