EN EL FOCO

LUSILLON

Regresa con ‘Fanática’, un álbum de pop minimalista y sofisticado grabado en París. Lo presentará en gira en noviembre

POR ARANCHA MORENO

Detrás de Lusillon está Lucía, una cantante y compositora de la Generación Z que prefiere esconder sus apellidos y su juventud. Una psicóloga que creció escuchando a Katy Perry y Tracy Chapman y, en 2020, empezó a compartir sus canciones en la red hasta que surgió la oportunidad de grabar un disco bajo el amparo de Mushroom Pillow. Con Pensando mucho y mal, su debut, se convirtió en una de las artistas emergentes más interesantes de aquel 2023, y para alumbrar Fanática, su álbum más reciente, se tomó la licencia de mudarse a París, a grabarlo y producirlo en los Ciel Rouge Studios. Una forma de huir de la urgencia y el consumo rápido que imperan en su generación y que poco tienen que ver con la esencia acústica y minimalista de sus canciones. A veces, más próximas al indie, al bedroom pop o a la bossa nova, y otras, más cerca del pop o la electrónica, vestidas con una producción sofisticada que ha diseñado junto a Yann Rose (Brodinski, Charlotte Gainsbourg, Christine and the Queens…).


En noviembre saltará a los escenarios de Barcelona (el 6 en la sala Vol), Valencia (el 7 en Electropura), Madrid (el 12 en Maravillas) y Zaragoza (el 21 en La Lata de Bombillas). Mientras tanto, sus canciones se abren hueco en las principales plataformas destreaming y hasta en el cine.


La historia de la música está llena de artistas que acabaron tocando la guitarra de forma accidental. ¿Cómo llegaste tú a hacer música?
Empecé a tocar la guitarra con trece años. Veía a John Mayer, a Katy Perry, Birdy… Me apetecía tocar un instrumento y elegí la guitarra. La pedí por Reyes y me llegó.


Hay un momento, probablemente cuando empieza la creación, en el que los ídolos juveniles dan paso a los referentes, artistas que se convierten en poderosas fuentes de inspiración. ¿Cuáles son las tuyas?
Birdy me inspiraba mucho, Tracy Chapman, Regina Spector, aunque mi música no tiene nada que ver con la suya. Pero, muchas veces, verlas cantar te impulsa y anima a crear.


Como referentes femeninos, solistas, ¿no?
Eso es. A mí me han servido mucho las mujeres que han tocado el piano. Tracy tocaba la guitarra, pero la mayoría son grandes artistas que tocan el piano y cantan.


¿Tú también te has pasado al piano?
Lo toco ahora, a mi manera. Me gustan mucho los sintetizadores, los hemos metido mucho en el último álbum, pero ojalá tener la destreza de esas artistas. Poco a poco.

HIJA DE LA PANDEMIA

París tiñe de belleza el nuevo repertorio de Lusillon

Lusillon es hija de la pandemia. En 2020 produjo su tema de debut, lo publicó y gustó mucho. “La gente estaba pendiente de las redes”, recuerda; “había un espacio donde te hacían más caso, y ahí saqué aquella primera canción”.


Entonces, ¿cómo llegaste a la Psicología?
Por estudiar una carrera. Me parecía interesante, siempre me ha gustado la Criminología, las series, llegué más por ese lado. No me impulsó el tema clínico, eso me daba más igual.


¿La música era tu plan A o tu plan B?
Para mí siempre ha sido mi plan A, pero muchas veces, sobre todo cuando estás creciendo, parece más seguro estudiar una carrera. Pero siempre le he puesto muchas más ganas a la música.


¿Tuviste algún apoyo para sacar tu primer disco, Pensando mucho y mal, o tiraste del carro tú sola?
Lo hice con el sello Mushroom Pillow. Tenía un par de canciones y me sugirieron grabar un álbum, y el disco lo produjo Álex Granero. Pero lo compuse yo sola, siempre parto desde mi cuarto, donde hago las canciones.


Los músicos suelen enfrentarse a su debut con una mezcla de nervios y dudas. ¿Tu caso fue distinto?
Yo tenía unas ganas… Ahora se miman mucho los álbumes y muchas veces se deja de lado el disfrute de simplemente hacerlos. Tenía muchas ganas, surgió la oportunidad y me tiré a la piscina, y salió algo que está muy bien.


¿No has caído en las garras del miedo escénico?
No mucho. Es verdad que, en el escenario, en la primera canción me pongo más nerviosa, pero luego se disfruta. Cuando ves que la gente está ahí para ti tienes que entregarle la misma energía.

ENTRE GÉNEROS MUSICALES


Una de las voces con más potencial de su generación

Te mueves entre el indie y el bedroom pop, pero también has reconocido la influencia de la bossa nova y el soul pop. ¿Tu estilo es una mezcla de todos esos jugos musicales?
Sí, yo hago las canciones sin pensar mucho en el estilo, me pongo con un par de acordes en la guitarra y empiezo a improvisar. Cuando lo produzco ya pienso en el sonido. Todo lo que he escuchado en la vida me inspira.


¿Te identificas con esta época en la que has emergido como artista, en la que los géneros musicales cada vez son más eclécticos y difusos?
Sí y no. Sí me identifico, porque dentro de estos géneros hay mucha libertad para hacer lo que quieras, pero mantengo ese lado más pop, más estructurado, que me gusta mucho. Las melodías pegadizas, los loops, las estructuras típicas del pop… Me representan ambas cosas.

COLABOS Y PARÍS

¿Te acuerdas de este temazo con Ganges?

En los últimos años hemos visto y escuchado a Lusillon haciendo dúos con Ona Mafalda o con Ganges. “El secreto para que una colaboración funcione”, dice ella, “es queme guste la otra persona. Nada de lo que he hecho ha sido forzado, el interés es lo principal. Puedes compartir género o unir dos géneros, pero lo principal es que te guste lo que hace la otra persona”.


En Fanática, tu nuevo disco, haces un tema al alimón con arøne, una de las voces de la nueva escena pop francesa. ¿Cómo surgió ese cruce de talentos?
La descubrí escuchando música francesa, viendo playlists, vídeos. El algoritmo me recomendó su música y me pareció muy guay. Cuando le hablé de ella a mi productor me dijo que estaba muy bien. Le escribí, le pregunté si le apetecía unirse y lo hizo. Es supersimpática y ahora lo está petando bastante, tiene mucho apoyo.


¿Te mudaste a Francia para preparar este disco?
Estuve viviendo allí un mes, durante la producción. Lo coproduje en París con Yann Rose.


Como oyente, ¿qué discos o artistas te acompañaron ese mes?
Discos, como tal, ninguno. Canciones que me enseñaba Yann: Rosalía, Tame Impala, Daft Punk… No pensábamos hacer un sonido similar a ellos, pero en los descansos surgían muchos nombres.

“En Francia se aprecia mucho el arte en general, hay mucha financiación para la música, la pintura… y no hay un monopolio en cuanto a géneros”

Me imagino que aprovechaste la estancia para ver conciertos, empaparte de otras músicas, aprender de otros artistas…
Sí. Allí se aprecia mucho el arte en general, hay mucha financiación para la música, la pintura… y no hay un monopolio en cuanto a géneros. Aquí triunfan los indies y lo urbano, allí se admiten cada vez más cosas. El pop no se ve con cierto rechazo, cuando muchas veces aquí se ve como algo comercial y mundano. Eso me ha hecho estar cómoda con mi estilo y llevarlo por bandera.


¿Cómo fueron las sesiones en los Ciel Rouge Studios de París?
Como ir a una oficina, pero divirtiéndose. Luego disfrutábamos de la ciudad, en los descansos. Solíamos estar nueve horas allí metidos, desde la mañana hasta las 8 o las 9 de la noche. Nos llevábamos un táper, muy sano. Empezábamos por las bases, por los sonidos de piano, y las tardes las dedicábamos a la voz, cuando está más activa. Mirábamos con lentitud, pero como llevaba los temas fue bastante sencillo. En función del estado de ánimo elegíamos una canción más activa, luego ya entramos en las íntimas. Fue una planificación perfecta.

Recap de la grabación de Fanática, publicado en septiembre de 2025

¿Qué instrumentos has grabado en Fanática?
Guitarras y sintetizadores, además de la voz. Todo lo hemos grabado entre Yann y yo. En el anterior álbum tampoco hubo mucha gente implicada. Ha surgido así y eso le ha dado cierta intimidad y entendimiento entre Yann y yo, lo ha hecho muy guay.


Los artistas que han crecido escuchando música de los 70 o los 80 suelen tener cariño hacia el sonido analógico. Tú no has crecido con esos referentes. ¿Qué ha supuesto para ti grabar de esta manera?
Un disfrute. Estaba un poco cansada de hacer las canciones en un solo día, con el ordenador y mucha rapidez. Creo que aquí se estila mucho. Llegué al estudio, con los tropecientos sintes analógicos, más casero no podía ser. Me sentaba en un sinte y Yann en otro, y hasta que descubres el sonido vas tocando botones… He vuelto a conectar con las ganas de crear.


En Fanática hay más electrónica, más sintes, ¿menos inocencia y más juego?
Empecé sin saber mucho, creo que se nota, pero los dos discos comparten el origen acústico, crear las canciones desde cero con una guitarra. En eso mantengo mi esencia. Se ve en canciones como “Tiempo”, “Gloria”, “Dolor (no compares)”… Pero hay otras más movidas, que me apetecen más para el directo. Además de lo analógico metimos percusiones, que no había trabajado antes.

“Amo la música, no con la misma intensidad de la adolescencia, pero no podría vivir sin ella”

Dices que este álbum supone un regreso a tu forma de sentir la música. ¿Has pasado muchas fases distintas en tu relación con ella?
Fíjate, sí. Partimos de la adolescencia, que lo vivía mucho y me ayudaba a desconectar, a compartir con otras personas. Luego te vas haciendo mayor y la sigues disfrutando, peroahora, que estaba muy sumergida en la creación, no podía escuchar más música y escuchaba podcasts. Amo la música, no con la misma intensidad de la adolescencia, pero no podría vivir sin ella.


¿De qué sensaciones partiste para escribir estas canciones?
Me cuestionaba por qué hacía música, y era porque yo venía de ser fan y disfrutar la música, así que desarrollé varias canciones que me recordasen las emociones que se sienten siendo fan, no solo de artistas o series, sino de tu familia, tu pareja… Dentro de estas emociones aparecen la envidia, en “Dolor (no compares)”; la nostalgia, en “Gloria”; el amor, en “Muero por verte”…


Amor, envidia, deseo... ¿Las pasiones humanas son el motor más potente para hacer una canción?
No sé si el que más, pero son un gran motor.​​​​​​​

Y PRÓXIMAMENTE

Un selfi rapidito antes de salir de gira

Los escenarios de Barcelona, Valencia, Madrid y Zaragoza esperan a Lusillon en noviembre. “Estamos trabajándolo”, anuncia ella. “Quiero llevar la esencia acústica que te decía, voy a ir con Diego Vega, guitarrista y productor. Haremos un dúo de guitarras, llevaremos pistas… Quiero crear un espacio con la escena, las luces y la música que te evada”.


¿Tienes pensado abrirte un hueco en la escena francesa, presentar el disco allí?
Me encantaría hacer una presentación en París, tengo amigos allí. Estaría Yann conmigo en el escenario, seguro.

Emerges en una época en la que las agencias cuantifican el éxito en función de las escuchas en las plataformas, siempre a la búsqueda del fenómeno viral. ¿Cómo llevas eso?
Me da mucha pereza, pero lo llevo bien. No me suelo fijar mucho en los números. Cuento con ellos, porque he tenido el apoyo de Radar de Spotify, y las playlists me han servido mucho para ganar oyentes, y estoy muy agradecida, pero lo que me gusta es que esos oyentes vengan a mis conciertos. Donde estoy realmente contenta es viéndoles las caras en los conciertos. El otro día una fan me escribió para agradecerme el álbum, se sentía muy representada, y en esas cosas encuentro lo que verdaderamente me reconforta.


En el lado humano.
Sí, ¡muy bien dicho! [Ríe]

El temaco de Lusillon en Culpa mía, el bombazo romántico de Prime Video

Tu canción “Me quiero ir” abría la película Culpa mía (Domingo González, 2023), basada en el libro homónimo de Mercedes Ron. ¿Cómo fue esa primera experiencia de escucharte en la gran pantalla?
Surrealista, la verdad. Me dijeron que iba a salir, pero no en qué escena. Cuando vi la película, y aparecí en el primer minuto, fue genial. Es parte de una trilogía que tiene mucho apoyo, y la canción ha dado un petardazo.


¿Qué sueños esperas cumplir en 2026?
Los sueños, sueños son [ríe]. Poder girar con este álbum, seguir sacando música y disfrutando de esas canciones. Muchas veces parece que estamos sumergidos en una necesidad de entregar cosas rápido y eso bloquea la creatividad. Quiero alejarme de esa rapidez y seguir disfrutando de lo que creo, y llegar a más gente.

Firma invitada

Arancha Moreno es una de nuestras entrevistadoras favoritas para asuntos musicales. Si quieres saber más sobre ella, visita la página de La M.O.D.A. en este mismo número y consulta ahí su bio

Fotografías

Camilo Delpin

Enlaces

Lusillon

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ESTUDIO SGAE SOBRE LA IA EN LA MÚSICA

La IA representa un punto de inflexión para la creación musical. Por eso, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha impulsado el estudio El impacto económico y social de la inteligencia artificial en la creación musical y sus efectos en otros ámbitos de la cultura, desarrollado por la consultora Know Media en colaboración con la Universidad Carlos III. Este trabajo examina las actitudes, usos y proyecciones de los autores y autoras musicales en relación con la IA, así como los posibles escenarios de sustitución de la actividad creativa humana por procesos automatizados.


El estudio ha sido realizado a partir de encuestas a una muestra diversa de 1.257 creadores y creadoras musicales en España, de una variedad de estilos y con diferentes niveles de ingresos.


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