

Berta Prieto está a punto de grabar su nueva serie, pero continúa el éxito de Del fandom al troleig. Una sàtira del bla, bla, bla, que sigue de gira en su versión original en catalán y desembarca en noviembre en Madrid. En una escena del espectáculo, la flamante ganadora de un galardón cinematográfico es entrevistada por una periodista de entretenimiento algo histriónica que se dedica a cuestionar, cortar y hacer preguntas capciosas a la protagonista, cambiando el foco y haciendo que, por un momento, sea más importante el show que las preguntas. Una crítica al periodismo cultural complaciente que necesita conectar con el entrevistado para poder, a su vez, enganchar a la audiencia.
Berta Prieto rehúye la condescendencia, pero necesita entender los fines. Le pregunto por qué hace teatro y, al acabar, me pregunta que por qué escribo, que cómo enfoco una entrevista. Respondo que lo que más me preocupa es poder ser fiel a las sensaciones y al tono con el que la persona entrevistada ha expresado sus pensamientos e inquietudes. Parece que le gusta, pero también me asevera que no tengo que suavizar nada. Prieto habla sin pelos en la lengua, entra hasta el fondo de la cuestión y no le preocupa que se pueda malentender esto o aquello. Es por esto que más que una entrevista canónica, con Prieto se construye un imaginario donde no solo importa el qué, sino sobre todo el cómo, donde fluyen las palabras, aparecen juicios (“tengo que dejar de decir ‘en plan’”) y nacen titulares de forma espontánea. Como en De fandom al troleig, uno tiene la sensación de ir haciendo scroll, pasando por varios temas con la impresión de que estamos ante una autora poliédrica, con mucho por decir y poco tiempo para canalizar.

Escena de Del fandom al troleig, bien de brilli
¿Cómo te sientes con la expansión de este espectáculo? ¿Cómo lo estás viviendo?
Por un lado, me siento muy contenta y muy afortunada de poder volver a hacer la obra, que tenga más vida y tal. Pero, por otro lado, he echado de menos un poco la euforia del estreno. Claro, es como reproducir lo que ya has hecho y entonces quizá no me parece tan guay la idea de simplemente reproducir algo que ya se ha hecho. Quiero decir que no querría ser desagradecida, pero no es tan excitante reestrenar algo, ¿sabes?
¿Tienes la sensación de que puede haberse perdido la magia?
Sí, me preocupa que haya perdido la magia o que haya dejado de tener sentido para mí. El otro día pensaba que hay funciones que funcionan y otras que no; para mí es una obra muy catártica, donde la gente participa de una manera muy energética. Hay funciones en las que se hace la magia y en otras no.
¿Cuál sería ese sentido último que temes que se pierda?
Que, para mí, el rollo pierda sentido. A mí me pasa que cuando escribo un texto siento que ya lo he hecho; y como acostumbro a tratar cosas muy inmediatas, al cabo de un año ya hay referencias que caducan. Así que, si yo no lo veo igual… Aun así, no quiero decir que no esté bien. Hay algo agradable en tener oficio: hacer una reposición, ser directora, tener repertorio, pero también es volver a hacer algo que ya has hecho.
¿Y eso cómo afecta a la traducción que tenéis que hacer para llevarlo a Madrid?
Bueno, aún tengo que ponerme. Muchas referencias son muy concretas de Barcelona. Estoy valorando si hago la traducción contextualizada con Madrid o la hago más genérica: no lo tengo decidido.
Pero el mensaje se mantiene.
Yo creo que es una pieza muy de ciudad. Urbanita, muy urbanita; tiene mucho que ver con mirar una ciudad y lo que pasa en ella.
¿Te coloca en otro lugar el hecho de llevarla a Madrid?
Sí y no. Conozco menos el panorama teatral de Madrid, quizá no tengo tanta presión. Quiero creer que en Madrid irá bien porque tengo la sensación de que son más “pelotas”. Allí hay gente muy receptiva: no hay tantas compañías alternativas o autores jóvenes y, por eso, cualquier propuesta les puede sorprender.

Elenco del espectáculo, a punto de darte una B, una E, una R, una T y una A
LAS ETIQUETAS
“¿Autora joven y alternativa? Es una etiqueta que me puede ir bien”, dice Berta Prieto. “Si significa ser una mujer alternativa, no me molesta. Joven también lo soy, pero creo que ahora mismo ya no se habla tanto así; hubo un momento del periodismo de autoría que lo usaba y ahora eso da un poco de cringe. Pero bueno, no me importa”.
Y si alguien te “utiliza” o hace washing con tu imagen de alternativa, ¿cómo lo vives?
Eso me ha llegado a molestar. Hay gente que intenta aprovecharse, como si yo tuviera que ser gamberra o punk por fuerza. Eso me irrita, porque mi manera de ser punk no es la que algunos esperan: tengo mi forma de hacer, mi gestión, mi idea de lo que es punk. A veces me piden que aporte ese toque punk y es como si quisieran una copia, y no. Por ejemplo, cuando hice algo en el Liceu me sentí un poco así: que querían que yo fuera la versión punk para dar un toque, pero no se trata solo de eso. Yo tengo mis esquemas y mi mirada. Ahora mismo, lo que quiero es ser muy profesional. Quiero dominar cosas técnicas, escribir bien, hacer textos con una estructura dramatúrgica potente. No tengo tanto la sensación de querer romper por romper.
¿Qué es lo que te atrapa del teatro en relación con el audiovisual?
Más que la“magia del directo” teórica, para mí es una experiencia vital: pasar meses en una sala de ensayo, obsesionada con algo, y trabajar en equipo. Me mueve mucho la idea de compartir con gente que piensa como tú; me emociona ver gente preocupada por la misma locura que tienes tú. Como espectadora también prefiero el teatro al cine: es un arte que permite mezclar imágenes, pensamiento, estética.
Has hablado mucho de la forma. ¿Quieres seguir explorando estética y forma?
Sí. La forma es mi gran sufrimiento y también mi obsesión. Quiero hacer un teatro de texto cada vez más poético, pero poético en el sentido sugerente, volátil y cómico, no cursi. Siempre pienso que haré comedia, aunque un amigo me dijo que podría hacer un drama y creo que me lo pasaría bien también. Me gusta mirar la vida con distancia; eso se nota en mi estructura.
BERTA PRIETO

Berta Prieto (Barcelona, 1998) se ha formado como actriz en diversas escuelas de interpretación, como El Col·legi de Teatre, El Galliner o el Estudio Laura Jou. Actualmente estudia el Grado en Humanidades en la UOC.
Como directora se estrenó junto a Lola Rosales en la reposición El Chinabum remix, presentada en La Gleva en 2023. Su primera obra conjunta fue El Chinabum (2017), germen del colectivo Las Chatis de Montalbán. La pieza, dirigida por Paula Ribó y coproducida por AURA al pou y Amici Miei Produccions, se representó en espacios como el Festival Singlot, Sala Beckett, Teatro del Barrio o Temporada Alta.
Tras ese montaje, ambas escribieron FUCK YOU MODERN FAMILY (o todo sobre mi abuela), estrenada en la Beckett en 2019 bajo la dirección de Anna Serrano. Más tarde crearon Derecho a pataleta (2020), gracias a una beca de la Sala Beckett. De forma individual, Berta participó en el Torneo de dramaturgia de Temporada Alta 2022 con My life is my message.
Es también cocreadora de la serie Autodefensa junto a Miguel Ángel Blanca y Belén Barenys, producida por Filmin y Boogaloo Films. Estrenada en 2022, ha pasado por festivales como Sevilla, L’Alternativa o Series Mania, y recibió nominaciones a los Premios Feroz y ALMA. Actualmente compagina su faceta actoral con la escritura de guiones para nuevos proyectos.
HUMOR, VULNERABILIDAD, TEATRO

Con Belén Barenys (bicolor), prota del espectáculo
El humor de Berta Prieto provoca incomodidad a veces, porque juega entre lo personal y lo externo. “Sí. Todo nos atraviesa”, resume ella. “En Del fandom al troleig me río de periodistas, de la manera de hablar de los productos culturales, porque me resulta especialmente simplista, y eso genera extrañeza e incomodidad. A veces lo hago como un ajuste de cuentas: ridiculizo situaciones, pero sin decir nombres. Todo eso me ha servido para escribir desde el enfado; es un motor de trabajo”.
¿Y la vulnerabilidad, dónde la sitúas en tu escritura?
Me cuesta ser vulnerable. Soy bastante contraria a la idea de escribir desde una vulnerabilidad autocompasiva. Prefiero la dureza: escribir con dureza hace que la vulnerabilidad aparezca de manera orgánica. Aquello típico de intentar tapar algo y que ese algo se vea aún más. No quiero escribir para que me quieran; eso no me interesa. Prefiero una mirada cínica, crítica.
¿Por qué haces teatro, entonces?
Porque se me da bien y porque no concibo la vida sin hacerlo. Me da sentido. De pequeña me gustaba mucho y creo que el teatro es de las pocas cosas que realmente sé hacer.
¿Cómo se resuelve Del fandom al troleig (o Del fandom al troleo) como pieza?
Quería que la forma reflejara el tema: la sensación de estar una hora haciendo scroll, acumulando información, mareada. Me gustaba que pasaran muchas cosas y que la trama, en cierto punto, fuera secundaria porque la pieza habla de sí misma. Estoy orgullosa de que la forma acompañe al tema.
EL PROCESO CREATIVO

Ninguna actriz ha sido maltratada en Del fandom al troleo
“Cuando escribo ya pienso la puesta en escena: aquí habrá un vídeo, aquí una canción… No entiendo a los dramaturgos que escriben totalmente desconectados del espacio”, dice Berta Prieto. “Cuando empezamos con Del fandom al troleig no tenía el texto cerrado; trabajamos mucho desde los ensayos. Eso me genera nervios, pero también libertad: acepto que las ideas evolucionen”.
El ensayo como espacio seguro.
Un ensayo es, de hecho, un espacio inseguro. Yo sufro mucho ahí, pienso que la voy a cagar y que si estrenas algo malo nadie volverá a hablar contigo. Hay mucha ansiedad: yo tengo pánico escénico cuando escribo. Dirigir me gusta, pero escribir me cuesta y me crea mucha ansiedad. A veces es horrible, pero sé que si no sufres no sale la magia. Tienes que dar mucho de ti. Desde el día uno al noventa, pasas por momentos en los que piensas “no tengo nada” y momentos en los que todo funciona. La repetición y la reiteración me gustan: te permiten encontrar matices. No quiero dopamina barata: quiero profundidad.
¿Te ha cambiado el éxito desde Autodefensa? ¿Te sientes más observada o condicionada?
Me siento más respaldada: tengo más oportunidades y eso está bien. Sí que es verdad que hay más responsabilidades y más miradas, pero no me siento menos libre. A veces tengo la sensación de que la gente se pone a aplaudir cualquier cosa, y eso puede dar una sensación de impunidad, pero yo no me bajo de eso: tengo la responsabilidad de hacerlo bien.
¿Tienes miedo de “cagarla” con un proyecto?
Mucho. Es mi peor pesadilla: concebir que habrá una hora de teatro que será mala. Me haría mucho daño. Pero creo que tener ese miedo también te mantiene alerta.
AGENDA
El futuro próximo de Berta Prieto es trepidante. En su versión original, Del fandom al troleig. Una sàtira del bla, bla, bla acaba de terminar un mes en la Sala Beckett de Barcelona y enseguida pasará por Badalona (7 de noviembre), Tarragona (9 de noviembre), Alacant (11 de noviembre), Sant Cugat (14 de noviembre) y Vilafranca del Penedès (20 de noviembre). Mientras, ella ultima la traducción al castellano para su exhibición en Madrid (Teatro de la Abadía, del 28 de noviembre al 14 de diciembre).
Pero también empieza a rodar como protagonista Segunda temporada, una serie producida por Filmin e ideada por la misma Prieto, junto con Miguel Ángel Blanca y Víctor Diago. Además, participará en el Festival Clàssics con una pieza de Anne Carson, Decreació (Barcelona, 19 de diciembre).
LA DRAMATURGIA, LA DUDA

Una dramaturga en el diván, como quien dice
“Sí, soy dramaturga, pero me considero una persona que está aprendiendo”, confiesa Prieto. “A veces pienso que la falta de técnica genera inseguridad, pero también creo que todo se trabaja y que con trabajo la inseguridad se mitiga. Escribir me pone muy nerviosa: tengo pánico de abrir el ordenador y ver qué sale. Pero, trabajando, se arregla.
¿Escribir artículos también te ayuda o te genera dudas?
También hago artículos. Por ejemplo, para El País. Y a veces me pregunto por qué publico según qué cosas. Me pasa que pienso “mejor que no se publique”, pero también me gusta mirar carreras largas de artistas: no todas las piezas de una trayectoria son excelentes, pero tienen sentido dentro de la biografía.
¿Estás pensando en algún artista concreto?
No en una sola persona, pero Angélica Liddell, por ejemplo, es alguien de quien he visto obras muy diversas: algunas me parecen malas, otras brillantes. Encuentro que la perseverancia y la experimentación tienen mucho valor.
¿Te preocupa qué piensa el público o la crítica?
Quiero que la gente se lo pase bien y que aplauda, pero no hago teatro para cambiar la vida del público. Me incomoda cuando la gente viene y me dice qué ha pensado de mi obra —nadie ha vivido el proceso como yo— pero sí me importa mucho la mirada de mi equipo y de algunos críticos que respeto y de pocos amigos de confianza.
Reflexiones sobre Del fandom al troleig desde la Sala Beckett
¿Buscas que la gente te contradiga o que te aplauda?
Busco aprender y divertirme; también me gusta que haya gente que me lleve la contraria, porque aprendo. Sí que tengo una necesidad de aplausos, ¿quién no?, pero intento que eso no sea el motor principal: quiero que el proceso sea interesante.
¿Cómo manejas tu marca personal y las polémicas públicas?
No tengo mucha conciencia de estar haciendo una marca personal; hablo con libertad y sé que eso puede generar revuelo. Me lo tomo un poco como una terapia: me gusta hablar de mí. Tener miedo a que te llamen menos o a perder trabajo es una parte, pero también creo que vivimos en una época donde la polémica puede traer oportunidades.
¿También con las redes sociales?
Sí. Por ejemplo, cuando salió el tráiler de Autodefensa recibí mucho hate; me hizo mucho daño y me quité de Twitter. Había mucho odio antes de que la serie ni siquiera se hubiera estrenado. Eso me hizo replantearme la exposición pública.
También generaste un titular con Hitler y los Javis (en El Periódico, 2023) que se fue de madre.
Es un ejemplo un poco exagerado que puse para hablar de preferencias. Me puse a pensar, un poco en broma, con quién preferiría compartir una situación hipotética: ¿Hitler o los Javis? Con dos dedos de frente no tendría dudas: prefiero tomar unas cervezas con los Javis que con alguien monstruoso. La idea era subrayar que prefiero desconectar con gente que me ponga en contradicción, pero que me pueda aportar algo interesante. Le dije yo a la periodista que sería un buen titular.
Firma invitada
Albert Martí Panadès (Esplugues de Llobregat, 1989) es gestor y comunicador cultural. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra y máster en Periodismo y Comunicación Digital por la Universitat Oberta de Catalunya y en Gestión Cultural por la Universitat de Barcelona. Fue jefe de contenidos de Teatralnet y parte de la redacción de Revista Godot en Cataluña. Ha colaborado con medios como Time Out, Cadena SER, Ràdio4, TeatreBarcelona o La Directa. Como gestor cultural ha trabajado para instituciones y entidades como el CoNCA, el teatro Atrium de Viladecans, el Festival Al Carrer, La Puntual y Recomana, entre otros.
En nuestro número anterior nos regaló una interesantísima charla con Josep Miró. Aquí la tienes!
Fotografías
Archivo Berta Prieto (apertura y caja bio)
Kiku Piñol (con Belén Barenys)
Celia Martins (todas las demás)
Enlaces
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AYUDAS A VIAJES PARA AA EE

La Fundación SGAE convoca su programa de ayudas a viajes para la promoción internacional de las artes escénicas, cuyo plazo permanece abierto hasta el 28 de noviembre de 2025.
Pueden solicitar la ayuda los socios y socias de SGAE que realicen este año un viaje internacional para promocionar su obra en una feria, festival, certamen, mercado u otro tipo de evento. La cuantía máxima por solicitud es de 2.000 euros y, si quieres más información, solo tienes que hacer clic aquí