ESCENARIOS

TEATRO LARA

Antonio Fuentes: “No programamos pensando en nosotros, sino en la gente”

POR KA PENICHET

El 3 de septiembre de 1880 levantaba el telón por primera vez el Teatro Lara. La prensa del momento escribió que el teatro iría al fracaso seguro por meterse el señor don Cándido Lara donde no lo llamaban. Él era un empresario cárnico al que habían apodado “el carnicero de Antón Martín”. Además, el local estaba situado en una calle sin iluminación, sin metro y donde había prostitución. Pero, contra todo pronóstico, tuvo una compañía de teatro de mucho prestigio que llegó a rivalizar con la del Teatro de la Comedia.

A lo largo de los años, este espacio se consolidó como un escenario para la comedia popular por el que han pasado los hermanos Álvarez Quintero, Casona, Pemán, Jardiel Poncela o, incluso, Jacinto Benavente, que, al ser el hijo del médico personal de Cándido Lara, creció y jugó por el patio de butacas. De hecho, contaba el dramaturgo en una entrevista que fue Cándido quien lo animó a escribir y le encargó su primera obra. Algo vería en él.

En estos 142 años el teatro ha sobrevivido a la historia teniendo que enfrentarse a un derribo, a la Guerra Civil y, recientemente, a una pandemia. Desde 2004 se encuentra arrendado a Antonio Fuentes, otro empresario que, al igual que Cándido Lara, no tenía ningún vínculo con las artes escénicas. Entre confesiones, el director del espacio asegura que llegó a este mundo “un poco por casualidad”. En esos momentos, el teatro se encontraba cerrado, con okupas en su interior y la persona que alquiló el inmueble convenció a Antonio para que le dejara dinero y así poder realizar una reforma e impulsar el proyecto. Al poco tiempo de llevar a cabo esa inversión, Fuentes detectó que el que debía liderar el proyecto y hacerlo prevalecer en el tiempo no lo estaba consiguiendo. Por lo tanto, tuvo que tirarse a la piscina para sacarlo él mismo adelante. Nos cuenta que cuando llegó se encontró “un teatro desacreditado dentro de la profesión, que no tenía ninguna programación”, por lo que se tuvo que centrar en “crear un público fiel al teatro”.

Hoy en día, el Teatro Lara se ha posicionado como escaparate de la comedia en Madrid, aunque su línea de programación “no está articulada exclusivamente sobre este género”, nos comenta el director. Lo cierto es que, de la veintena de obras que se encuentran en cartel ahora mismo, más de la mitad tienen como fin hacer reír. Una de las máximas de Antonio es dar visibilidad a todas esas pequeñas compañías emergentes que no tienen hueco en el circuito de teatros públicos, y reconoce que a veces tiene que hacer “encaje de bolillos para dar cabida a todas”. De las innumerables compañías que por aquí han ido pasando, algunas han hecho crecer tanto su espectáculo, como ha ocurrido con La llamada o Lavar, marcar y enterrar: el musical, que han dado el salto a la sala grande del teatro prorrogando una temporada tras otra.

El cliente siempre lleva la razón

Sin duda alguna, el interés por la comedia se ha incrementado tras la crisis de la covid19. Ese puede ser uno de los motivos por los que Fuentes sigue estando fuertemente ligado a compañías como Los Absurdos o Montgomery y a autores como Ramón Paso o Gabriel Olivares. Al preguntarle cuál es la función social del humor, el director del Lara nos indica que “es una forma de poder olvidarte de las preocupaciones y desinhibirte. El humor tiene un papel muy importante para reiniciar las pilas. Es muy necesario. No puedes estar todo el día tomándote las cosas en serio. Tienes que ser capaz de reírte de las cosas. Es una forma de descansar de todas las tribulaciones que te trae el día a día para recuperarte y volver a afrontar cualquier tema”.

Para el equipo del Teatro Lara es muy importante analizar el feedback del público y poder escuchar sus demandas. Lo de “el cliente siempre lleva la razón” podría ser la máxima de Antonio Fuentes, que nos confiesa que lee personalmente la cuenta de información del teatro cada día, ya que “es clave para conocer las necesidades de los clientes”. Considera que su escenario tiene un público fiel porque “escuchamos sus peticiones y no programamos pensando en nosotros, sino en la gente que viene al Lara”. Fuentes lleva ya un tiempo en este mundo, pero cree que, al principio, llegar de fuera jugó a su favor “para no analizar las cosas desde un punto de vista tan teórico, sino desde el de un espectador normal. Eso, a veces, te da cierta virginidad para ser más crítico”.

Hablando sobre la evolución del humor en las últimas décadas, Antonio lo tiene claro: “El humor va siendo cada vez más inteligente. Hubo un tiempo en el que la gente se reía de bromas más tontas y ahora la gente reclama humor, pero con un fondo. Quieren que se les transmita un mensaje”.

Firma invitada

Ka Penichet (Las Palmas de Gran Canaria, 1978) es gestora cultural con un posgrado en Marketing Digital y Community Management por IEBS. Actualmente es redactora de Revista Godot y trabaja como social media manager de Teatros Luchana o Teatro Quique San Francisco, de las compañías de danza de Sara Cano Durán y Hojarasca Danza de Alicia Soto, y en eventos culturales como el Salón Internacional del Libro Teatral, organizado por la Asociación de Autores y Autoras de Teatro en el CDN.

Entre otras cosas, también ha sido fundadora de la revista cultural digital El Bigote Obsceno, recomendadora del blog de Teatro Madrid y jurado de los Premios Godot; y social media manager del Teatro del Barrio y del festival de teatro #Surge de Madrid.

En Cultura Revista SGAE nº5 se encargó de una estupenda entrevista al dramaturgo Alberto Velasco. Recuérdala aquí 

Fotografías

Archivo Teatro Lara

Lucía Romero (actual teatro)

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