Juan Galiñanes (Cambados-Pontevedra, 1980) presenta Fatum (2023), su primer largometraje como director y guionista con actores. Antes había debutado con Holy night! Noche ¿de paz?, nominada a Mejor película de animación en los Premios Goya 2016. Y, por supuesto, puede presumir de un brillante currículo como montador en diversos géneros.

Pero, con el estreno de Fatum el 28 de abril de 2023, el cine español recibe por la puerta grande a un cineasta cuyo oficio rezuma solvencia formal y narrativa. Juan Galiñanes se lo ha currado a tope desde la fase de aprendiz, a la manera del artesanado medieval, alcanzando un grado de experiencia único en el audiovisual galaico. Quizá por eso afirma que hacer cine “responde al deseo natural del ser humano por contar historias; en los ancestros fue al calor de una hoguera y ahora lo hacemos con una cámara, intentando mejorar al narrador con el uso de planos, sin renunciar a aquellas llamas y al crepitar de su fuego”.

En cuanto a Fatum, es una mezcla de thriller y drama. Nace de un texto que guardaba en un cajón desde 2013 (después se incorporó el coguionista Alberto Marini) y cuenta con el apoyo de la productora gallega Vaca Films, que insiste en hacer de la ciudad de A Coruña y alrededores un plató natural donde ya han rodado varios filmes. Y menudo elenco, oye: el lugués Luis Tosar compartiendo reparto con Álex García y Elena Anaya como cabezas de cartel. Pero también María Luisa Mayol y, toma nota, el peluche con el que posa el propio director en la foto de apertura de esta página.

Álex García y Luis Tosar en Fatum

¿De dónde demonios sale Galiñanes?

Juan Galiñanes nació en la histórica Cambados (Pontevedra) en 1980. De estirpe marinera (o “del salitre”, como gusta decir) en varias generaciones, tiene su personal Arcadia en la campiña de Espiñeiro, al pie de la desembocadura del Umia, después del mar de fondo, donde fue un niño feliz junto a los suyos en el columpio que allí había, y adonde todavía regresa cuando el curre se lo permite. “Lo tengo por el lugar más bonito del mundo”, confiesa entusiasmado el autor. Y esto es importante porque en sus obras, como ocurre en Fatum, la familia y sus cuitas están muy presentes.

Lo de estudiar Económicas en Santiago de Compostela le ocupó tres años de su vida, “una pérdida de tiempo”. Su relación de infancia con el cine de sala oscura comenzó “mientras duró el pequeño cine Avenida”, de breve existencia en aquellos iniciáticos años ochenta cambadeses. También se iba al Fantasio y a los Minicines UVE de la vecina Vilagarcía de Arousa para cimentar su cinefilia al estilo Tarantino: “Devorando los VHS que atesoraba mi abuela. Y, además, mi tía trabajaba en un videoclub”. Así fue poniéndose al día en autores, filmografías y géneros. Galicia perdía un futuro economista, pero ganaba un cineasta.

Así las cosas, Juan se plantó ante los suyos para anunciarles que su prometedor futuro en el tinglado del dinero se iba al garete, dejaba Económicas y se trasladaba a Coruña para un ciclo en la recién abierta Escola de Imaxe e Son, estrenándose en 2001 con el corto Coma nunca, una dramedia sobre un padre y un hijo con el mundo del narcotráfico al fondo y un actor principiante de protagonista: Luis Zahera, mucho antes de sobresalir en la exitosa serie Mareas Vivas (Televisión de Galicia) y de encumbrarse en el panorama nacional con dos premios Goya.

Completada su formación y fascinado por las posibilidades del montaje, Galiñanes encontró acomodo en la productora Dygra, aquella que sorprendiera a la animación española con sendos Goyas para El bosque animado (Ángel de la Cruz, Manolo Gómez, 2001) y El sueño de una noche de San Juan (2005). También trabajó en El espíritu del bosque (David Rubin, 2008).

Resumiendo: en la edición, Juan forjó oficio. “En las de dibujos, el ajuste de cada plano es una escuela fantástica, lo aprendes todo. Recibes las piezas del puzle para ordenarlas y encajarlas. Una labor fascinante”, confiesa, y por eso colecciona diez premios Mestre Mateo de la Academia Galega do Audiovisual (el equivalente gallego a los Goya) entre series para televisión, cortos, anuncios publicitarios y videoclips. Insiste en que considera al montaje “una parte más de la escritura del guion”, aunque no recurre al convencional story board porque, en su opinión, durante el rodaje “el director debe intuir donde ha de poner el foco en cada secuencia, donde está el balance, y hacer partícipe de ello al equipo”.

El debut de Galiñanes como director de largometraje llegó con Holy night! Noche ¿de paz?, antes mencionada. Desde entonces, no para. Sea como guionista, montador u ocasional realizador, su nombre aparece en varios cortometrajes propios o ajenos, en óperas primas como Dhogs (Andrés Goteira, 2017) y Feedback (Pedro C. Alonso, 2019) o en la miniserie El desorden que dejas (Carlos Montero, 2020). Pero, sobre todo, en las series Hierro (Jorge Coira, 2019-2022) y La Unidad (Dani de la Torre, 2020-2023), de la que veremos en mayo La Unidad-Kabul. Y, entre sus proyectos inmediatos, otro con De la Torre: el montaje de Marbella, serie sobre el mundo del crimen organizado en la Costa del Sol, que comienza a rodarse en mayo, también para Movistar+.

Firma invitada

Miguel Anxo Fernández es Doctor en Comunicación Audiovisual, profesor en la Universidade de Vigo , crítico de cine en La Voz de Galicia y director artístico del Ourense Film Festival. Como historiador cinematográfico ha publicado las monografías Las imágenes de Carlos Velo (UNAM, 2007); A Bella Otero, pioneira do cine (CGAI, 2003); Rodado en Galicia (Consorcio Audiovisual de Galicia, 2005); o Cinegalicia25 (Fundación Cidade da Cultura, 2014), entre otros. También coordinó con José Luis Cabo el Dicionario do Cine en Galicia 1896-2008 (CGAI, 2008). Como autor de ficción, en 2002 creó la saga del detective Frank Soutelo, con la que ya ha publicado siete novelas.

Fotografías

Juan Galiñanes por Xulio Gil

Fotograma de Fatum por Esteban de la Iglesia

Enlaces

Juan Galiñanes

Vaca Films

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La Fundación SGAE presenta, un año más, su cita con el Cine Latinoamericano. Cintas de producción reciente que explican el estado actual de la industria iberoamericana pero que, además, pretenden representar su enorme diversidad de miradas y enfoques y una especial sensibilidad cinematográfica. Santiago Mitre, Marina Seresesky, Valentina Maurel, Carlos Lechuga (el propio director cubano presentará su película Vicenta B.), Laura Mora Ortega, Manuela Martelli y Matías Bize ocuparán la pantalla de la madrileña Sala Berlanga del 2 al 13 de mayo en sesión doble. Las entradas están disponibles a un precio de 3,50 euros en taquilla y entradas.com.