EN EL FOCO

KOR’SIA

La compañía italoespañola gana el premio Fedora y asciende al Mont Ventoux de la danza

POR IBIS ALBIZU

Nunca antes le habían dado un galardón de este calibre a una compañía de danza contemporánea española. El pasado 10 de febrero, cuando caía la noche parisina, Kor’sia subía al escenario del Palacio Garnier de la Ópera de París para recoger el prestigioso premio Fedora (The European Circle of Philanthropists of Opera and Ballet).


Sucedió en la sede que ahora dirige el murciano José Carlos Martínez, con quien los componentes de Kor’sia han mantenido una estrecha relación. El actual director del Ballet de la Ópera de París, el único español que llegó a ocupar la categoría de estrella en la histórica compañía francesa, era el director de la Compañía Nacional de Danza de España cuando Kor’sia empezó a hacer sus primeros pinitos coreográficos, hace ya ocho años.


El premio Fedora, reservado a grandes nombres de la coreografía internacional, insufla alas a la nueva producción de esta pequeña agrupación. Mont Ventoux, la obra ganadora de Kor’sia, se estrenará en el Conde Duque madrileño en octubre de 2023 y después girará por ciudades europeas y festivales de renombre, con su ineludible parada en el Grec barcelonés de 2024.

SOBRE KOR’SIA

Los napolitanos Mattia Russo (formado en el Ballet de la Ópera de Roma) y Antonio de Rosa (preparado en la escuela del Teatro de La Scala de Milán) llevan la batuta de Kor’sia, compañía radicada en Madrid. Ambos desarrollaron parte de su recorrido profesional como bailarines en la Compañía Nacional de Danza de España, en la que también trabajó como intérprete Agnès López-Río (ex componente de la Compañía McGregor y actualmente catedrática del Conservatorio Superior de Danza María de Ávila), quien colabora habitualmente perfilando las obras junto con el bailarín y teórico Giuseppe Dagostino.


Tres italianos y una valenciana mantienen una compañía con una característica imaginería visual en la que predominan los tonos de un mediterráneo actual.

Kor’sia: Giuseppe Dagostino, Agnės López-Río, Mattia Russo y Antonio de Rosa

Mont Ventoux, la obra por la que Kor’sia ha recibido el Fedora, hace referencia al famoso texto homónimo de Petrarca. Este epistolario, que es considerado pionero del alpinismo, va de subir y elevarse, un contexto de ascensión que es tomado por los directores como una metáfora “que representa un llegar arriba para ver el mundo desde otra perspectiva. Está inspirado en Petrarca, por lo que ese ascender supone para nosotros volver a casa, a Italia”, dice Mattia Russo. El trabajo de escritorio ha sido el pistoletazo de salida, que ya ha dado su primer fruto en movimiento en una residencia de un mes en Nueva York.


Como es habitual en sus obras, Kor’sia hace gala de su capacidad para llevar grandes temas universales a escenarios actuales. El texto clásico habla de la relación del ser humano con la naturaleza, una temática que enfrenta dicotomías como la del animal frente al humano, o la de la naturaleza y la cultura, pero que llevado a la actualidad les permite poner sobre la escena cuestiones como el cambio climático, la sostenibilidad o el papel que la tecnología tiene en nuestras sociedades.

“Una puesta en escena también puede ser un ejercicio político” (Kor’sia)

En este contexto de emergencia en el que han nacido males como la “ansiedad climática”, la dramaturga Agnès López-Río explica que escogen el tema “porque hay que hacer algo y porque la danza tiene el espacio necesario para hacerlo. No creo que la danza sea inefable, o que no pueda decir nada. Puede hacer un ejercicio crítico, reflexivo o político. Una puesta en escena también puede ser un ejercicio político”.


En el tema principal, como sucede en otras creaciones de Kor’sia, confluyen muchos malestares contemporáneos que crean en el espectador un aire de familiaridad. En este caso, en el que se proponen hablar del ser humano y lo natural, se atraviesan también temas como el neoliberalismo, la inmigración, la globalización, los mass media, las redes, el consumo, la explotación o la trata de blancas. Situaciones que, de una forma u otra, están presentes en la obra como lo están en las portadas de los periódicos. La danza de esta compañía actúa como dispositivo para crear una atmósfera con una fuerte carga social.

Los cuatro Kor’sia (izq.) recogiendo el premio Fedora

El universo estético de Kor’sia, fácilmente reconocible a golpe de vista, se asienta sobre la base del recorrido vital de sus directores. Cuenta Antonio de Rosa que “como bailarines hemos tenido una carrera muy amplia y todos los coreógrafos están en nuestro cuerpo e imaginario; Kylián, Forsythe, Mats Ek o Morau son parte de nuestra vida. Todos ellos son parte de nosotros, y sobre ellos buscamos nuestro camino. Lo hemos vivido en nuestro propio cuerpo. Hasta Nuréyev de cuando bailaba en La Scala”.


Otra de las señas de identidad de la compañía es su técnica corporal, labrada a partir de un pulido trabajo de las texturas y colores del movimiento. A través de los cuerpos de los bailarines, a quienes hacen partícipes de la creación coreográfica, proponen gestos cargados de sentido y referencias que pueden ser identificadas por los más eruditos en danza, pero también hacer las delicias visuales de cualquiera gracias a una teatralidad lúdica.

“Hay en ellos una apuesta por un lenguaje propio que trasciende los límites del cuerpo y de lo puramente narrativo”

Mirar esos cuerpos en movimiento es como verlos a través de un caleidoscopio que nos devuelve montones de imágenes en miniatura interconectadas. Hay en ellos una apuesta por un lenguaje propio que trasciende los límites del cuerpo y de lo puramente narrativo, incorporando elementos de otras artes: la fotografía, la literatura, la escultura o el cine. En este camino, beben del banco de imágenes del mundo con el que nos bombardean a todos a través de la prensa, las redes sociales o las publicaciones de Instagram, que llegan y se esfuman con la fugacidad de los pasos de danza.


Su estética visual, que convierte el cuerpo de los bailarines en un archivo en movimiento, se caracteriza por una ruptura de los gestos naturales: lo físico parece estar en una lucha constante por difuminar los límites de lo posible. Como reconocen sus miembros, no es una decisión forzada, es así como perciben el mundo en el que vivimos. Y “la danza es un reflejo del mundo”, dice Agnès López-Río. Esta máxima podría resumir la trayectoria de la compañía Kor’sia.

Firma invitada

Ibis Albizu (Bilbao, 1987) es Doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y exbailarina. Autora del libro Entreactos, ensayos de filosofía y danza (Cumbres, 2017) y de una veintena de capítulos y artículos, como docente e investigadora ha trabajado en archivos como la Ópera de París y en universidades como París VIII. Sus investigaciones, publicaciones y clases giran en torno a los aspectos teóricos de la danza y a las relaciones entre la filosofía y la cultura.

Fotografías

Mont Ventoux (apertura) por Marianne Menke

Kor’sia por François Goizé

Enlaces

Kor’sia

Fedora


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Y LOS PREMIOS MAX FUERON PARA...

Tricicle, Premio Max de Honor 2023 (por José María Reyna)

Los XXVI Premios Max de las Artes Escénicas se celebraron el 17 de abril en el Gran Teatro Falla de Cádiz, organizados por la Fundación SGAE y con el patrocinio del Ayuntamiento de Cádiz. Fue una de las ediciones más repartidas que se recuerdan y también una de sus galas más disfrutonas; esto último, gracias al guion y dirección de Ana López Segovia y José Troncoso.


Algunas de las manzanas más cotizadas de los Max 2023:

Mejor autoría teatral: Jesús Muñoz y Pau Pons por Eclipse total; Mejor autoría revelación: Javier Ballesteros por Cucaracha con paisaje de fondo; Mejor adaptación de obra teatral o coreográfica: María Goiricelaya Burón por Yerma; Mejor coreografía: Lali Ayguadé por Runa; Mejor espectáculo de teatro: La voluntad de creer (Buxman Producciones y Teatro Español-Madrid Destino Cultura Turismo y Negocio); Mejor espectáculo de danza: La Reina del Metal (Compañía Vanesa Aibar & Enric Monfort); Mejor espectáculo musical o lírico: La gata perduda (Fundació Gran Teatre del Liceu); Mejor espectáculo para público infantil, juvenil o familiar: Blancanieves (La Chana Teatro).


Consulta aquí el listado final de ganadores y ganadoras