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URBANA

CANARIA

Quevedo, Ptazeta, Don Patricio, Bejo, Mel Ömana, Daniela Garsal y Lucho RK prendiendo la nota

POR DIEGO RUBIO

La música pop en Canarias vive su mejor momento. Es una escena que vibra entre sonoridades caribeñas, hip-hop latino, rap español, club, R&B… Un crisol de culturas, influencias y estilos que ya triunfa en Latinoamérica y amenaza con penetrar en EE UU. Quevedo, Ptazeta, Bejo, Don Patricio, Mel Ömana, Lucho RK y Daniela Garsal son representantes de distintas generaciones de autores-artistas de las islas y actores en su evolución. Ellos y ellas nos acompañan en este viaje a la urbana canaria.

De las periferias a romperla fuerte

Durante los 2000, las hermanas Gara y Loida Hernández tuvieron que lidiar con un contexto fiero. Por un lado, eran mujeres haciendo reguetón (por entonces, la puertorriqueña Ivy Queen era prácticamente la única referencia femenina en este género). Pero, además, se vieron obligadas a omitir que provenían de Añaza. En aquel momento, este barrio conflictivo y marginal de la periferia de Santa Cruz de Tenerife solía aparecer en la prensa (también fuera de Canarias) como un supermercado de la droga dominado por personajes tan pintorescos y comentados en nuestra historia negra como los Gemelos de Añaza. Hoy, sin embargo, Quevedo y Maikel Delacalle le cantan al barrio orgullosos en su última canción, “Mi nena Remix”. “Volver a Canarias me pone los pies en la tierra, me recuerda de dónde vengo y las cosas que me han llevado a llegar donde estoy, así que tengo que devolvérselo a través de mi música”, dice Quevedo, que graba sus videoclips en las islas y las expone al mundo con orgullo. Desde su éxito internacional, con escasos precedentes, este autor está contribuyendo a construir una escena fuerte, compactada, que recoge la experiencia de los que llegaron antes, como el propio Maikel, y estimula el hambre de los que vendrán después.

Maikel Delacalle y Quevedo con el remix de “Mi nena”

Entre el despunte de las hermanas de Añaza y el triunfo de Quevedo han pasado casi dos décadas y es evidente que muchas cosas han cambiado. En paralelo, las músicas urbanas han conquistado el mundo y es fundamental la resonancia del cambio de paradigma que se produjo en la industria musical hacia mediados de los 2010. Gara y Loida Hernández, conocidas artísticamente como K-Narias, lograron un disco de oro con su debut en 2005, 40 entre las 2 (a su salida, el álbum más vendido de los últimos diez años en las islas), y consiguieron un éxito imperecedero: “No te vistas que no vas”. Y sin embargo nunca pudieron desarrollar una carrera sólida en España. Grabaron sus trabajos en Puerto Rico y Nueva York con algunos de los mejores productores de reguetón del momento (Luny Tunes y Noriega entre ellos: su catchphrase te sonará seguro de temas como “Baila Morena”, de Héctor & Tito). Llegaron a tocar en el Madison Square Garden y a girar con Don Omar. Pero su impacto llegaría después, cuando la península ya había aceptado el perreo (con su cualidad emancipadora y su hedonismo post crisis económica), por su fortísima implantación social y el éxito comercial de los géneros urbanos. La toma de protagonismo por parte de las diásporas y la reivindicación de los sonidos locales y las distintas periferias hicieron el resto y sirvieron para encender, desde las entrañas, un volcán dormido pero cargado de magma en forma de talento.

Caldo canario: mix de influencias

“Canarias es un punto estratégico”, dice el tinerfeño Bejo. “Hay mucha mezcla con Latinoamérica por la inmigración y la emigración, siempre se ha escuchado muchísima salsa, hay muchas orquestas de merengue…”. Don Patricio lo confirma: “Culturalmente somos mucho menos europeos que en la península. Allí hay mucho rock, pero en Canarias suena muy poco. Aquí desde chiquititos es salsa, merengue, bachata… Pero allá donde vayas, ¿eh? En la península, en las verbenas se pone el “Paquito el chocolatero” y aquí se pone “El polvorete”, de Vicente Fernández”. Bejo y Don Patricio formaron en 2014, junto a Uge Fernández, el grupo Locoplaya, donde daban rienda suelta a esa mezcla tan genuina que se da en las islas de sabrosura latina, R&B, rimas vacilonas y flow gansta.

QUEVEDO


Pedro Luis Domínguez Quevedo (Madrid, 2001), uno de los personajes musicales de 2022, ascendió directo al estrellato internacional gracias al éxito desmesurado de su sesión con Bizarrap, conocida popularmente como “Quédate”. Batió todos los récords del productor argentino y convirtió al canario en estandarte de toda una generación de artistas de las islas. Colaboraciones con Bad Gyal (reina española de lo urbano) y con la puertorriqueña Karol G marcan un presente brillante. De la mano de Cruz Cafuné, Omar Montes o JC Reyes, artistas internacionales como Myke Towers y productores de renombre, tanto de acá (BlueFire) como de allá (Ovy on the Drums), ha publicado su primer disco, Donde quiero estar (2023), un homenaje a Canarias y al OVO Sound diseñado por Drake.


En las Islas Canarias, la ida y vuelta es una constante que viene de lejos. Se nota en las costumbres, en el habla, en el acento, en la comida, en la forma de vestir o, como ya hemos apuntado, en la música que se consume habitualmente. “Nosotros nos fuimos pa’ Venezuela, volvimos de allá, nos fuimos pa’ Cuba, volvimos de allá… y trajimos todo eso con nosotros”, continúa Patricio. Mel Ömana recuerda el enorme impacto que causó en Canarias, entre finales de los 90 y los primeros 2000, el grupo Orishas, pionero en la fusión del hip-hop con la música tradicional cubana, y que podríamos extender a Calle 13, la agrupación puertorriqueña de Residente, Visitante e ILe, que hiciera lo propio con el folclore boricua.


La misma Mel vivió en Cuba durante varios años. Además, en su EP EATPAPAYA (2020) samplea a la Fania All-Stars, el mítico colectivo (liderado por el dominicano Johnny Pacheco) que consolidó la salsa en Nueva York durante los 60 como un conglomerado de ritmos y sones del Caribe antillano. Por ahí pasaron vocalistas como Celia Cruz, Héctor Lavoe, Rubén Blades o Willie Colón. “Siempre digo que mi rapero preferido es Héctor Lavoe. Y Residente podría decir lo mismo de Rubén Blades”, sentencia Mel Ömana.


A comienzos de este siglo, manifestaciones así podrían haberse tomado como sacrilegios desde algunos sectores, pero el tiempo ha terminado dándoles la razón. Y también carreras como las de C. Tangana (“Yo siempre quise ser cantante de boleros”, ha dicho en alguna ocasión) o Bad Bunny, que canta con el oído siempre puesto en las grandes orquestas latinas y ha sido portada de la revista Time en abril de 2023 (la reputada publicación estadounidense designa al puertorriqueño “heredero de Frank Sinatra, Michael Jackson y Beyoncé”).

PTAZETA


Zuleima del Pino González (Las Palmas de Gran Canaria, 1999) llegó, vio y venció. Zule (así la llaman sus amigos) comenzó fogueándose en el mundo del freestyle y de las batallas y subiendo fragmentos de sus primeras composiciones a Instagram. Rapera por tener inseguridades respecto a su propia voz, conoció al dj y productor Juacko y con él publicó su primera canción, “Mami”. Un éxito brutal desde el primer momento situó a Ptazeta no solo en el mapa canario, también en el nacional y en el latinoamericano. Desde entonces ha colaborado con el rapero Foyone (uno de sus referentes), con la colombiana Farina, con el argentino L-Gante (en la foto), con la puertorriqueña Villano Antillano, o con las españolas Aitana o Lola Índigo. Y, por supuesto, con el productor Bizarrap, junto al que firmó la primera sesión en hacerse verdaderamente viral en España. Firmada por el sello estadounidense Interscope (solo tres artistas españolas tienen ese honor: Bad Gyal, Judeline y ella), Ptazeta tiene todo el futuro por delante y es referente para toda una generación de mujeres y personas queer.


Géneros en mutación

La música urbana no puede sino ser de proximidad y, como tal, surge del contacto callejero y satisface necesidades primordiales como el baile, la fiesta o la propia expresión de una realidad. Es algo vivo que va mutando con los ritmos de los barrios, de las placitas, de los parques, pero también con las generaciones que los ocupan o con los cambios sociopolíticos y económicos.

Daniela Garsal y “Bellatrix IV”, primavera de 2023

“Yo escucho muchísima música árabe, y trato de incorporarla a mi música”, cuenta Daniela Garsal, nueva voz de nuestro R&B. Ella vivió muchos años en Dublín, y confiesa que siempre había consumido pop desde un prisma anglosajón. No fue hasta los 14 años cuando empezó a disfrutar de la música en castellano. “Noté que ya empezaba a haber música de la que a mí me movía no solo cantada en español, sino con ese toque tan de las islas, y eso me dio el valor para empezar a hacerlo. Al principio solo era capaz de escribir en inglés”. Y señala a Maikel Delacalle como uno de los grandes culpables. La irrupción de este en la escena urbana, en 2016, supuso un verdadero soplo de aire fresco: la demostración de que Canarias también estaba siendo capaz de filtrar a su ADN toda la herencia de las músicas negras más melódicas, del neo soul a las nuevas corrientes R&B y pasando por el dancehall jamaicano. Lucho RK, apadrinado por Quevedo como uno de los líderes de la nueva ola canaria, también habla de Maikel como el “padre del R&B urbano español para toda una generación”, y en su música sintetiza su influencia junto a ritmos reguetoneros.


“También está la influencia de lo que se hace en la península, que a veces parece que se olvida”, prosigue Daniela. Un punto en el que coincide con Bejo o Don Patricio, y que siempre recuerda Cruz Cafuné, tan relacionado con todas las escenas de Canarias como con popes del rap en castellano como Dano y Elio Toffana.

DON PATRICIO


Directo de un pueblecito de El Hierro, donde se juntaba en verano con Bejo y con Uge, Patricio Martín Díaz (La Caleta, El Hierro, 1993) encarna muchas de las ideas que representan a la escena urbana canaria, desde la falta de complejos y el colegueo hasta el flow latino y la adaptación del habla local. El éxito que le llegó (no buscado, desmedido) a raíz de su colaboración de 2019 con Cruz Cafuné, “Contando lunares”, sembró durante mucho tiempo recelos desde distintos sectores críticos y puristas, especialmente en el mundo del rap. Pero el tiempo y la evidencia de su estilo único y sus letras inteligentes, juguetonas y plagadas de referencias imposibles, le terminaron dando la razón: el rapero Ergo Pro, eminencia en el regreso del rap dogmático a la escena urbana, llegó a considerarle en el top 3 de letristas españoles. Sin duda, una de las personalidades más destacadas de nuestra escena.


El poder de la tradición

El crisol de ritmos que daba vida a las verbenas, a los carnavales y a los tenderetes en las islas, la constante conversación, estaba generando un hervidero que, con los años, explotaría definitivamente. La grancanaria Ptazeta reivindica hoy no solo la cultura de su archipiélago, sino también sus orígenes guanches. “Hay una música tradicional muy fuerte que a veces parece que se deja un poco de lado, pero que sigue teniendo mucha influencia en cómo los canarios interpretamos la música. Nosotros solemos incluir sonidos de instrumentos tradicionales canarios, por ejemplo: no hay que desprenderse de eso”.

Ptazeta: BZRP Music Sessions #45

El virus del reguetón

“Aquí siempre se ha escuchado muchísimo reguetón”, recuerda Ptazeta, que reconoce en Bejo a una de sus grandes influencias. El tinerfeño echa la vista atrás y rememora su infancia: “Yo me acuerdo de tener 10, 11 años y en los ajustes publicitarios de la tele sonar canciones de Daddy Yankee y de Nicky Jam. Eso en la península no pasaba, excepto en reductos inusuales, como Gran Hermano, o los politonos”. Y ya hemos hablado de K-Narias, pioneras (junto al colectivo dominicano-barcelonés La Factoría/H.O.M.; los de “Tu gatita”) de la introducción en España del género popularizado internacionalmente desde Puerto Rico. Evidentemente las Canarias, por su ida y vuelta constante con la Latinoamérica urbana, iban a ser el puerto del desembarco.


Pero, como apunta Don Patricio, también tenían mucha importancia condiciones puramente bioclimáticas: “En las islas hay un sabor especial para hacer reguetón, porque está muy conectado con el sol, con la playa…”. El género empezó a penetrar poco a poco, a abandonar su condición de música marginada y a imponerse en la sociedad a base de éxito popular. “Con los años ha demostrado resonar con la gente, y eso es imparable. El reguetón es un virus y creo que ha terminado infectando, en el buen sentido, a todas las músicas urbanas”, dice Don Patricio.

BEJO


Borja Jiménez Mérida (Santa Cruz de Tenerife, 1994) es uno de los grandes baluartes de la primera edad dorada de la urbana canaria. Comenzó su carrera en el rap underground durante los 2000, en el 2012 logró una nominación al Premio Goya a la Mejor canción original junto a su amigo y colaborador Don Patricio y en 2014, con él y Uge, formó Locoplaya. Con uno de los estilos más inclasificables de toda la escena urbana y un flow incomparable, en 2017 se consolidó definitivamente gracias a “Hipi Hapa Vacilanduki” y al éxito de su tema “Mucho”. Desde entonces es sinónimo de sabrosura canaria y de rap calentito y vacilón, como demuestra en su disco con los master producers, internacionalmente reconocidos, Cookin’ Soul. Actualmente cocina nuevo trabajo con Nico Miseria, uno de los grandes revolucionarios de la escena urbana en el ecuador de la década pasada.


Las redes sociales y el cambio de paradigma

La música urbana canaria ha logrado salir a la superficie y abandonar las islas para llegar no solo a la península, sino a muchas partes de Latinoamérica. ¿Cuáles pueden haber sido las causas? Todos nuestros autores y autoras, sin excepción, coinciden en una clave: las redes sociales. Bejo lo relaciona con algo mucho más grande: “El auge de internet en general, de YouTube en particular, nos permitió comunicarnos de una manera más horizontal, sin tantos intermediarios, y llegar a más gente”.


Mel Ömana señala también al proceso paulatino de democratización de la música, que se tradujo en que cualquiera, con un poco de creatividad, un ordenador, una tarjeta de sonido medio decente y un micro, pudiera sacar una canción y promocionarla sin la ayuda de una discográfica. “Lo que me flipa de ahora es que, con esfuerzo, trabajo duro y un buen proyecto, puedes llegar a conseguirlo”, completa Lucho RK.

Lucho RK y OVO

El hecho es que, hacia mediados de los 2010, el sistema mostraba signos evidentes de estar dando un vuelco. Antes, tan solo el combo Unión Lírica llegó a dar el salto a la televisión nacional gracias a programas como Crónicas Marcianas y al éxito comercial del hip-house y del eurodance. K-Narias se habían visto relegadas a ser flor de un día, a una especie de injusto one-hit-wonder, y su éxito solo se pudo ver replicado, años después, en la carrera de Danny Romero. Responsable de hits discotequeros como “Motívate” o “Agáchate”, vinculados a la popularización del electrolatino, Romero es señalado por todos, desde Bejo a Ptazeta, como uno de los responsables de abrir los oídos a la música con denominación de origen canario.


Pero hacia 2015, recién formados Locoplaya y en los albores de la fundación de BNMP (Broke Niños Make Pesos), las posibilidades se habían multiplicado de forma exponencial. “Yo me dedico a la música gracias a Yung Beef”, dice convencido Don Patricio. “Antes de PXXR GVNG la música no era rentable: subías tus vídeos a YouTube, te escuchaban los más fans, dabas algunos conciertos... Gracias a él pudimos monetizarlo, y es un ejemplo para todos”.

MEL ÖMANA


Su nombre real es Melodía Pérez (Las Palmas de Gran Canaria, 1989). Aunque se considera parte de la nueva hornada de artistas canarios, Mel ha seguido siempre de cerca, como aficionada, la explosión de la música urbana en las islas. Vivió en Cuba durante algunos años y ha imbuido su música (con fuerte carácter canario, como demuestra su primer EP, EATPAPAYA) de esa esencia antillana que mezcla la salsa con beats de dembow, rap latino y ritmos caribeños, siguiendo el ejemplo de artistas como Nathy Peluso y consciente de que el camino recorrido por todas las artistas femeninas en el género urbano, hasta llegar a Ptazeta, ha sido fundamental para la escena diversa que tenemos hoy. Actualmente se encuentra promocionando su próximo EP, Don’t worry be guarry, del que ya se puede escuchar el adelanto “Las pibas”.


Cuando Cruz Cafuné, Ellegas, Indigo Jams y Choclock irrumpieron como BNMP, se convirtieron en el primer grupo de rap eminentemente canario en dar el salto a la península. Y en su mochila cargaban con todo el acervo de los años de underground, pero también con la visión panorámica y desacomplejada asociada al nuevo paradigma urbano. Locoplaya coinciden con una nómina de raperos influyentes para la escena que estaba empezando a despuntar, desde Yeriot Perro Flaco (criado entre salsa, breakbeat, breakdance, R&B y hip-hop de los 90) a Emblema o Bentorey Medina; desde Anonimato a El Extranjero; o desde Veneno Crew a Jairo.


Mel Ömana añade a gente como Buda (aka Mr. Tenebro) o Hades El Presa. “Luego vino la generación de Anise of Monkey o Desechos Crew, con Nestakilla, que despuntó haciendo trap madrileño y que fue criticado por los raperos canarios, reacios a las nuevas modas”.


Cruz Cafuné siempre ha reconocido su respeto por Nestakilla. Para devolverle a Canarias lo que Canarias le había entregado, el propio Cruzzi empezó a funcionar como una especie de epicentro para la escena urbana en las islas, tendiendo puentes entre generaciones pero también entre estilos. “Aparte de sus letras y su música, me gusta la forma en la que representa a Canarias en todo su trabajo. A muchos músicos de mi generación nos ha enseñado cómo tenemos que hacer las cosas”, dice Quevedo del considerado por todos padrino de la escena canaria.

“El pueblo en la casa”, de Don Patricio

La unión hace la fuerza

Locoplaya hacían música en verano, cuando coincidían de vacaciones en La Caleta, un pueblecito de la isla de El Hierro. “Por eso teníamos esa esencia de grupo playero. Somos amigos que se juntan en verano para pasarla bien”, recuerda Don Patricio. “La BNMP era lo mismo también, y está pasando ahora con la escena que hay en torno a Quevedo: son amigos, canarios que se llevan bien haciendo música entre litronas y porros. Todo nace de ese junte”.


Un junte que ha servido para darle solidez a la escena canaria y para que los éxitos nunca se queden aislados. Lucho RK regresó a Canarias después de haber estado estudiando en Granada (allí se relacionó con la incipiente escena del nuevo reguetón, liderada por J Abecia y en la que también empezaba a despuntar Saiko). Al establecerse, fue el propio Quevedo quien le recomendó al que sería su productor de confianza, Linton, que trabajará con Lucho. “Y Abhir Hathi, que es del grupito de Choclock, de Dawaira y de Cruzzi, fue el primero de los papás que me dio la mano”.

LUCHO RK


Emilio Roca Cáceres (Las Palmas de Gran Canaria, 2000) comenzó a interesarse por el mundo de la música tras conocer a J Abecia, una institución del reguetón de nuevo cuño, y al cartaginense Kaze en Granada, mientras estudiaba Marketing e Investigación de Mercados. Tras regresar a Canarias y motivado por su experiencia en la ciudad de la Alhambra, pero también por la fuerza con la que empezaba a proyectarse la escena canaria, comenzó a hacer música profesionalmente. El propio Quevedo le ha apadrinado por su estilo único y muy personal, que fusiona R&B con reguetón. Él convenció al productor Linton para que trabajara con Lucho, y juntos mantienen una trayectoria ascendente sin techo conocido. En poco tiempo se habían sumado al carro también BlueFire, uno de los mejores productores de reguetón de la actualidad, o La Pantera.


El contacto entre las dos generaciones y su crisol de géneros ha sido fundamental para empujar la música urbana en Canarias hasta el nivel en el que se encuentra hoy. Bejo vivió como un hito, de hecho, el remix de “Cayó la noche”, un tema de Quevedo, La Pantera y Juseph en el que se montaron El IMA (otro de los nuevos talentos, criado en una familia de ascendencia colombiana y entre las orquestas carnavalescas de Tenerife), Cafuné y el propio Borja. “Es algo que en Puerto Rico se ve mucho: es una forma de dar visibilidad a gente nueva que está saliendo, pero para la gente que lleva más tiempo también es una oportunidad para estar al día. Hay un beneficio mutuo y es una cosa bonita que nos enriquece a todos”. Del mismo modo, encarna el espíritu con el que Duki, en Argentina, ha sido capaz de levantar en poco tiempo una escena con peso internacional en la que está Bizarrap.


“Hay que agradecer a los artistas que hagan piña, sobre todo a los que más impacto tienen, como Maikel, Cruzzi o Pedro”, dice Daniela Garsal. Esa sinergia genera un entorno de posibilidades y motiva a los aspirantes, a los rookies, a perseguir la titularidad. Lucho completa: “Ver cómo otros van consiguiéndolo y que se crea una escena fuerte te da el valor para dar el paso, para creer que la música no es algo imposible”.

DANIELA GARSAL


Uno de los nuevos valores canarios, Daniela Garsal (Las Palmas de Gran Canaria, 1999) vivió más de diez años en Dublín y creció escuchando R&B en inglés, pero conocer a Maikel Delacalle o a BNMP le abrió la visión al castellano. El rapero sevillano Juancho Marqués le dio su primera gran oportunidad invitándola a participar en dos potentes sencillos producidos por el siempre versátil InnerCut, y la escena canaria le tendió definitivamente la mano en el remix de “Josicúa”, donde Maikel Delacalle apadrina a otros nuevos exponentes canarios, como La Pantera o Juseph. Actualmente prepara el lanzamiento de su primera mixtape de la mano del productor canario BlueFire (Quevedo, Saiko), que ya cuenta con el adelanto “Bellatrix IV”.


La música de esta generación

Era cuestión de tiempo. Como dice Bejo, “la música urbana es lo que suena en la radio ahora mismo, es la música de esta generación”. En ella ha encontrado un lenguaje inusualmente horizontal y mucho más común con el que comunicarse, lo que ha reducido la intensidad de las barreras geográficas. Las redes sociales, el cambio de paradigma… Las diásporas latinas y el peso cada vez mayor del castellano a nivel global. Todo contribuye a la construcción de un nuevo statu quo. El éxito de Argentina y la conversación constante que existe entre Canarias y el país de la albiceleste, especialmente a través de las sesiones de Bizarrap, ha abierto además un nuevo universo para las islas, que amenazan con conquistar EE UU. “Hoy no hay fronteras, no hay nada imposible para una región”, sigue el de Tenerife. “Mira a Quevedo y a Biza: puedes ir por la calle en Los Angeles o en Nueva York y escuchar esa canción desde algún coche o en alguna tienda”.


“Y no solo eso”, incide Ptazeta. “Sé de primera mano que hay muchos freestylers argentinos que escuchan a artistas españoles, y más concretamente a artistas y freestylers canarios. Se están influenciando de nosotros y lo están extendiendo por todo el continente”.

LA INDUSTRIA QUIERE MÁS GASOLINA


Bejo, Don Patricio y Uge forman Locoplaya

En esta misma revista, en la sección Escenarios, Fátima Rodríguez (Puro Latino) también afirma que “el ritmo de crecimiento de este estilo es brutal. Y todo lo que viene detrás, todos los artistas emergentes que van empujando, están bebiendo del género y seguirán transformando y generando música urbana o latina por más tiempo”.


Pero, y la conexión directa con Latinoamérica, ¿es fortuita? “Hay algo incuestionable: muchos canarios se han marchado a Venezuela o Cuba en un proceso de ida y vuelta que dura siglo y medio”, asegura Paul Fourmy, responsable junto a María Vegas de Be Real, la agencia de Ptazeta. “A través del contacto con familiares ha ido generándose esa conversación musical entre LATAM y las Canarias. Eso ha provocado mentalidad isleña y vínculos con Puerto Rico, Cuba… Con el Caribe. El parecido y la buena combinación de los acentos latinos y el canario es también algo muy significativo”.


Al final, es una cuestión de retroalimentación. Carlos Mata, CEO de Taste The Floor (la agencia de management que representa a Quevedo, Bejo o Locoplaya) también lo tiene claro: “Aunque en un primer momento los artistas canarios comenzaron dejándose influenciar por la música latina, ahora son ellos los que están influenciando en sentido contrario. Este fenómeno aún no ha tocado techo y las Islas van a dar mucho más que hablar a todos los niveles”.


A veces basta con un suceso fortuito para que se desate el gen isleño. Para Paul Fourmy fue a través de su roce con el DJ y productor canario Juacko. “Me confesó un día que había hecho un tema “mami” con una chica. Me lo puso en el coche, en las peores condiciones posibles para escuchar música, pero no importó. En ese momento supe que habíamos encontrado algo increíble: se hacía llamar Ptazeta”. Es la vieja historia del rock and roll, que se repite, pero ahora con mucha más sabrosura.


Ptazeta, como Quevedo y todos los demás, se siente parte de “algo grande”. Coinciden en la palabra orgullo cuando hablan de lo que sienten por su tierra. “Me siento parte de algo que ahora mismo no sabemos en lo que se puede convertir”, confiesa, con emoción, Lucho RK. Y pronostica: “En cuatro o cinco años el tejido que va a haber en Canarias, no solo de músicos, también de productores, filmakers y artistas en general, va a ser increíble. No somos conscientes, y creo que estamos en los cimientos”. Para él Canarias es “unión, futuro y versatilidad”, y eso es muy difícil de parar. Para Mel “suena atemporal, es fresca… Se te puede parecer a algo pero de repente te sorprende, siempre trae algo nuevo”.


Canarias vibra en su propia frecuencia y desde ahí, desde un archipiélago que no es más que un lunar en la inmensidad del Atlántico, resuena con ambiciones globales. Si algo hemos aprendido es que esto no es más que el principio.

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Por Diego Rubio


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Firma invitada

Periodista especializado en música y en videojuegos, Diego Rubio escribe actualmente en Rockdelux y en la revista NUEBO y ha colaborado en distintos medios: El Mundo, Binaural, Mondo Sonoro, Metal Hammer... Cofundó el site Bandalismo, donde además ejerció varios años de director o director editorial, y ha participado como moderador en varias charlas y sesiones profesionales del SAE Institute sobre industria musical. Entre 2018 y 2019 ejerció como mánager de proyecto en Neox Discover, una iniciativa de Atresmedia Música y Neox con la participación de Universal Music Group para la promoción y desarrollo de bandas y artistas independientes como Colectivo Da Silva, Alan Neil, Los Invaders, Yo, Estratosférico, Lix Molina o William Khepri.

Fotografías

Quevedo por Papo Waisman

Ptazeta por Brook Sidney/Interscope (portada) y Mauro Miy/Interscope (con L-Gante)

Don Patricio por cortesía de Taste The Floor

Bejo por Claudio Rivero

Mel Ömana por Belfi Aguilar

Lucho RK por Mendisip

Daniela Garsal por Lauren Collins

Enlaces

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