Frank Kozik falleció el pasado 6 de mayo. Su inesperada muerte inundó las redes sociales durante días con homenajes al que había sido uno de los artistas gráficos más influyentes de los noventa. A Kozik se le recuerda por haber diseñado carteles para algunos de los bolos más incendiarios de Pearl Jam, Nirvana, Pixies o Red Hot Chili Peppers. Sus posters, impresos en cuatricromía, reflejan los sueños de libertad de toda una generación de ilustradores y diseñadores que hoy continúan su oficio. Porque el cartel que anuncia un concierto puede ser mucho más que un simple recordatorio. En ocasiones, es también una obra de arte. Una ilustración con entidad propia. No estábamos demasiado acostumbrados hasta hace unos años, pero el cartelismo pop y rock goza cada vez de más profesionales cualificados. Marcas reconocidas.

Uno de ellos es Xavi Forné (Badalona, 1981), responsable de Error! Design, estudio propio en el que empezó a trabajar hace más de veinte años, y con el que lleva ya más de una década dedicándose en exclusiva al diseño de carteles e incluso de portadas de discos. Ha trabajado para grupos como Depeche Mode, Metallica, Wilco o Guns N’ Roses. Lo que para él empezó como una pasión convertida en hobby, acabó siendo su profesión. Un sueño, vaya. “Yo era diseñador, trabajaba en estudios, pero en mi tiempo libre me gustaba hacer carteles de conciertos de grupos a quienes conocía, casi todos del ámbito underground, como Russian Circles o Mono”, cuenta. “Empecé de manera altruista y con el tiempo ya me encargaban trabajos pagados. Hace diez o quince años, casi nadie vivía de esto. Tampoco el público valoraba el arte de un cartel, ni que pudieras comprar una serigrafía limitada. Si te centras al cien por cien en algo, puedes abarcar más trabajo”, recuerda.

Para Forné, casi todo cambió en 2013, cuando le coincidieron en el mismo mes dos encargos de mucha enjundia: el cartel del Primavera Sound y otro para los Black Keys. “Marcaron un punto y aparte porque me permitieron ver que ahí había un sueldo, que podía ser rentable y que cada trabajo que haces lo coges con un cariño distinto, pero todos suman”, razona. Al fin y al cabo, hablamos de la potencia visual al servicio de la música en directo, algo que se presume eterno, capaz de superar sucesivas crisis y hasta reírse, de momento, de la inteligencia artificial: “La fuerza de un directo para mí es lo más importante en un grupo, porque ahí no puedes defender una producción de estudio: no estás engañando con lo que haces”, afirma este melómano, que se curtió escuchando a grupos de post rock y de post hardcore en las salas barcelonesas.

Galería de carteles de Error! Design

La pasión por la música es una condición indispensable, compartida también por Rebeca Losada (Lugo, 1982), responsable de la portada del último especial sobre festivales de la revista mensual Mondosonoro, así como diseñadora de decenas de carteles para grupos como Love Of Lesbian, Muchachito Bombo Infierno, Xoel López o Deluxe, o salas como el Náutico de San Vicente do Mar (O Grove). “Me llamaban la atención los carteles de Pearl Jam o Wilco, con una faceta gráfica muy potente, que eran algo aquí no veías”, cuenta acerca de sus inicios en el diseño para música. “Iba mucho a la sala Mardi Gras en A Coruña, y me empezaron a pedir cosillas; yo entonces trabajaba como ilustradora gráfica para la industria textil en Madrid, pero vi una exposición de carteles del coleccionista checo Zdeněk Primus y ahí es cuando decidí que quería dedicarme a eso: me encontré”, cuenta.

El “momento Black Keys” de Rebeca Losada, ese instante en el que la epifanía empieza a convertirse en realidad, le llegó a través de un músico a quien ya conocía desde hacía tiempo, su paisano Xoel López. “Casualmente, los Combo Viramundo de Xoel me propusieron hacer un cartel para uno de sus conciertos en recintos pequeños, un poco de coña, y a partir de entonces aprovechamos para hacer más”, recuerda. “Desde entonces se quedó esa identidad visual, y para que veas la fuerza que puede tener una gráfica, hizo que el grupo se conociera más”, admite. Fue el espaldarazo para todo lo que llegaría después. “Lo de Viramundo fue un trampolín: luego vinieron Vestusta Morla, Guillé Galván, Love of Lesbian… vas creando contactos, y tengo tanto trabajo que no he tenido tiempo siquiera para hacerme una web o tienda online, aunque ahora ya me dedico profesionalmente a esto”, dice.

Colorista galería de carteles de Rebeca Losada

Otro profesional curtido en el diseño gráfico para otros ámbitos muy distintos a la música es Álvaro Pérez-Fajardo (Madrid, 1973), más conocido como Álvaro P-FF, responsable de The Fly Factory, la empresa que comparte con su hermano, el fotógrafo Juan Pérez-Fajardo, en Madrid. “Yo venía del mundo de la publicidad y del diseño gráfico, pero siempre me gustó la música. pinchaba en Malasaña desde muy jovencito y luego estudié para técnico de sonido, pero soy nefasto. También empecé con un instrumento, pero no tengo oído. Así que empecé a hacer portadas y carteles para amigos, hasta que te vas especializando y van entrando trabajos más grandes”, cuenta. “Mi ambición en la vida no es ser rico, sino ser feliz, y el haber trabajado para The Who, Elton John o Guns N’ Roses. Es algo que, si me lo llegan a decir cuando estaba en el instituto, habría flipado: no me puedo quejar, pero es duro llegar hasta aquí”, afirma un diseñador a quien le cambió la vida un encargo de Bunbury, con quien ha trabajado en repetidas ocasiones.

Álvaro es de quienes piensan que “todo trabajo artístico ha de combinar lo que tú esperas con lo que tu cliente espera”, y que “está muy bien adaptarse a todo tipo de trabajos, porque evitas aburrirte y te sacan de tu zona de confort, que es lo divertido: no es igual para La Oreja de Van Gogh que para Capitán Entresijos, para el punk o para Luz Casal. La creatividad es un desafío a ti mismo”, argumenta. También ha dejado de agobiarse con unos plazos de entrega que muchas veces son casi inasumibles: “¡Lo quiero para hoy!”, te dicen, y a lo mejor no lo publican hasta dentro de una semana, con lo que, igual por perro viejo, me he dado cuenta de que la gente no tiene tanta prisa: al final priorizas, que de esto no te vas a forrar, y en el mundo del arte no existe la oportunidad de tu vida: es picar piedra todo el día”, comenta con realismo.

Galería de carteles rock de Álvaro P-FF

Pero, ¿existe algún elemento capaz de conectar a estos tres creadores gráficos tan dispares? No lo dudes: su manifiesta pasión por la música en vivo. Pero hay otro componente consustancial a cualquier artista que se dedique a esto de la cartelería de directo: los plazos. Rebeca Losada asume vivir “bajo el yugo del tiempo”, pero cree que ha “entrenado” su cerebro para trabajar “con esa presión”, aunque argumenta que “en trabajos creativos es importante trabajar sin prisas”. Y Xavi Forné también reconoce que los desencuentros con los clientes son más frecuentes de lo que se piensa: “En las últimas dos semanas se me han caído dos trabajos de bandas grandes porque no les ha cuadrado: una de ellas, Kiss”, cuenta. “Te decepciona, pero es normal, porque hay veces que tu estilo no se amolda o la banda no se siente identificada con eso”, explica. “Sobre los plazos, mandan ellos”, dice, y explica que “muchas veces es complicado cumplirlos por las propias modificaciones que el músico demanda sobre la idea inicial”. El arte y las prisas, una combinación tan antigua como la mismísima industria musical.