A MI BOLA

RAÚL

CANTIZANO

Compositor iconoclasta, el guitarrista sevillano se mueve entre fronteras como pocos de su generación

POR DAVID SAAVEDRA

Muchos conocen a Raúl Cantizano (Sevilla, 1973) como el guitarrista que acompaña habitualmente a Niño de Elche, pero el trabajo de este artista osado y libérrimo extiende sus tentáculos mucho más allá de las seis cuerdas y del flamenco. Su prolífico currículo llega a la música improvisada, el jazz y el hardcore, pero también a la performance, las artes escénicas, la danza o el audiovisual, entre otras disciplinas.


Con un perfil como el suyo, cuesta situarlo dentro de una escena que, en su caso, se muestra en constante mutación. “Estoy colaborando en los espectáculos actuales de María Moreno y Andrés Marín, Marco Vargas & Chloé Brûlé y Yinka Esi Graves. Todos estos son montajes relacionados con la danza”, explica. “Después sigo siendo guitarrista habitual de Niño de Elche, con Los Voluble llevo trabajando también una tanda de años enorme, el proyecto Zona acordonada lo desarrollé con ellos a nivel escénico. Ahora estoy terminando de mezclar un disco que he dirigido con Sebastián Cruz, un cantaor de Beas [Huelva], preparando algo con el cantante Beñat Achiary, del País Vasco francés, y hay otras cosas previstas para el próximo año. Siempre con esas ganas de que, si alguien me propone algo, a mí lo primero me gusta ayudar y después me gusta enredarme, estar en activo y ser creativo”.


Hablamos con Raúl tras su paso por FlamencoEñeOFF y el Festival de Flamenco de Londres, donde actuó el pasado julio en un espectáculo conjunto con los guitarristas José del Tomate y Mercedes Luján y la bailaora Sara Jiménez. La Fundación SGAE auspició esta conexión España-Reino Unido dentro de la VIII Bienal de Arte Flamenco de Málaga.

Cantizano, I+D de la guitarra flamenca

Tu último trabajo discográfico es un álbum compartido con Hidden Forces Trio, una formación más cercana al free jazz. ¿Cómo afrontaste un proyecto como este?

Yo diría que, básicamente, es la falta de prejuicios en el sentido de ponerme un límite o concretar un estilo determinado. Tiene mucho que ver con esta cosa de la improvisación libre, de respetar el espacio de los que tienes al lado, no condicionar tanto rítmicamente y navegar en una zona fronteriza que no responde a un modelo concreto, sino que uno puede ir saltando de una cosa a otra.


Con uno de sus componentes, Marco Serrato (de la banda metalera Orthodox), también has acompañado a Tomás de Perrate.

El proyecto Tiento Madera era un intento de incorporar al flamenco todo este mundo de la improvisación que estamos desarrollando; una renuncia a sus estructuras habituales, pero manteniendo el espíritu. Hicimos un concierto en la pasada Bienal de Sevilla y se registró no solo la actuación, también estuvimos tres días en el estudio grabando y ahora estamos en proceso de mezcla. Tenemos 40 horas de grabación.

Guitarras para remover conciencias

Al presentarte se te considera un artista flamenco, pero tu campo de acción se acerca más bien al arte contemporáneo, ¿no?

Exactamente. En realidad, empecé con la guitarra eléctrica, el blues, el rock, el mundo Jimi Hendrix, que era el que me apasionaba, o Frank Zappa. Pero nunca me puse a estudiar la guitarra de forma académica. Hice Bellas Artes, soy licenciado en Escultura. Durante la carrera me interesé por el flamenco y me dieron después una beca para estudiar en la Fundación Cristina Heeren. A partir de ahí empecé a trabajar en tablaos pero, paralelamente, yo seguía desarrollando mi relación con el mundo de las instalaciones sonoras, esculturas interactivas, etcétera. En ese maremágnum conocí al músico Llorenç Barber, que me invitó a un festival que él organizaba en Valencia. Él fue el que encendió la chispa, el detonante para que se me mezclara lo flamenco con lo contemporáneo.

“Me gusta tirarme a la piscina, seguir el vértigo de la sorpresa. Ahí se esconde para mí el duende del flamenco” 

Dentro del flamenco establecido, ¿has notado que se te considere un intruso, un forastero que viene de otro lugar?

Sí, esa mirada existe. Ven a alguien de cierta edad con esa inocencia del que está aprendiendo, que se está tirando a improvisar más que a memorizar y que puede ser menos preciso que otras personas que están más condicionadas por respetar el modelo. A mí los flamencos que me han interesado siempre, gente como Diego y Paco del Gastor o como Canito, son los que se salen de esa partitura tan absolutamente cerrada. Hay mucha gente que me llama dentro del flamenco, pero también porque saben que soy una mente que va hacia otros lugares. Excepto cuando estoy en el tablao, no toco un flamenco totalmente tradicional, sino que tiro de mis recursos. Me gusta tirarme a la piscina, seguir el vértigo de la sorpresa y ver cómo esa sorpresa puede funcionar. Ahí se esconde para mí el duende del flamenco, que se sorprenda quien está escuchando y quien está tocando.


Eres un músico más intuitivo que de método.

Totalmente. De hecho, no cuento con una carrera musical como tal, no tengo lectura ni un conservatorio, ni estudios de armonía muy avanzados. Conozco las herramientas que utilizo, pero no soy metódico.

Raúl Cantizano y “Taranta SinFin”, de Zona Acordonada

La más llamativa de esas herramientas es la que denominas “guitarra preparada”. ¿Cómo surge esa idea?

Viene de esa cosa que es unir el mundo creativo plástico de la escultura y la construcción con el mundo de la música. Es algo que a mí me llega, sobre todo, a través de la figura de John Cage. Él inventó el piano preparado, con lo que consiguió hacer una ampliación del instrumento. Yo uso la guitarra como una prótesis con la que la que me apoyo para conseguir hacer la música que está en mi cabeza, pero a veces es muy limitada si quiero llegar a cierto tipo de sonidos.


Incluso llegaste a formar parte de algunos proyectos educativos. ¿Es ese un terreno todavía por descubrir y potenciar?

Sí, creo que es primordial que el arte esté en la educación y que las prácticas artísticas sean múltiples. No hay una sola manera de acceder a la música. Parece que la única forma de ser un instrumentista en esta sociedad es ser un virtuoso y, de hecho, instrumentos como la guitarra o el violín, que tienen mucha complicidad técnica al principio, son un muro infranqueable para las niñas y niños, porque no hay un acceso a lo plástico. Lo que planteaba con el colectivo Zemos 98 en el proyecto que desarrollamos para varios institutos de Cádiz, Sevilla y Málaga era ofrecer un acercamiento al sonido y a la guitarra como objeto, pero no desde la perspectiva académica de la técnica, sino desde la lógica de “esto es un cacharro que hace sonidos, así que hagamos sonidos con él”. Elaboré un kit con instrumentos que uso en los escenarios, lo enviamos a las escuelas e hicimos una especie de taller creativo.

RAÚL CANTIZANO, CLAVES Y GADGETS DE LA GUITARRA FLAMENCA PREPARADA

Pedimos al compositor andaluz un tutorial exprés para acercarnos a los fundamentos de su guitarra flamenca preparada, una alteración de las propiedades sonoras originales del instrumento de cuerda mediante el uso de objetos externos. Esta metodología se inspira en la obra del compositor y teórico musical John Cage, pionero de la música aleatoria y la electrónica aplicada a los instrumentos musicales.

¿Cambias deliberadamente tu perspectiva artística según las necesidades de cada contexto?

Sí, se trata de estar abierto a tomar distintas posiciones. Con el Niño de Elche es más evidente que yo estoy en un segundo plano, o un segundo plano y medio. Tienes que saber manejarte con el tema de los protagonismos, aprender a ser un escudero como Sancho Panza en algunas ocasiones y aprender a ser un Don Quijote en las otras. Y después, por supuesto, yo siempre que empiezo a trabajar con alguien a quien no conozco, le cuento que a mí me gusta meterme en todo. Me gusta opinar y las cosas que se me ocurran las voy a decir, ya sea al director, al iluminador, a la dramaturga o a la encargada de vestuario. No es que yo sepa de todo, es todo lo contrario: no sé de nada, pero, como me gusta aprender, creo que la mejor manera es así, opinando y colaborando.

PRÓXIMAS ACTUACIONES

El autor en la última edición Festival de Flamenco de Londres

Ver a Raúl Cantizano en directo es otra dimensión. Para seguir su agenda, te dejamos unos enlaces más abajo. Pero aquí tienes algunas de sus citas más inminentes: Tablao Casa de la Memoria (Sevilla, 21, 25 y 27 de septiembre); Origen, de Marco Vargas & Chole Brulè (Teatro de Barakaldo, 28 de septiembre); The Dissapering Act, con Yinka Esi Graves (FIT-Cádiz, 21 y 22 de octubre); Creación Site Specific, con María Moreno (FIT-Cádiz, 27, 28 y 29 de octubre); Soleá, con María Moreno (Teatro del Canal Suma Flamenca–Madrid, 2 de noviembre); Jardín Impuro, con Andrés Marín (Teatro del Canal Suma Flamenca–Madrid, 4 de noviembre); Mausoleo, con Niño de Elche (Utrech-Holanda, 10 de noviembre); Zarabanda, con Sebastián Cruz (Teatro Falla-Cádiz, 25 de noviembre) y muchas más.

LISTA DE ESCUCHA

Por Raúl Cantizano

¿Te preguntas cuáles serán los hits que se esconden en la discoteca de Cantizano? ¿Qué canciones forman parte de la biografía musical de este compositor tan sui generis? El guitarrista sevillano nos demuestra su eclecticismo al mezclar en una misma playlist a Can con Prince y Bernarda de Utrera.

Fotografías

Apertura, por Tomás Cantizano

Cantizano y su guitarra preparada, por Damián Ortiz

Guitarras ventilador, por Benito Jiménez

Festival Flamenco de Londres, por Adrián Ruiz

Vídeo

Guion y grabación por Raúl y Tomás Cantizano

Edición por Abel Cabrerizo/Baliente

Enlaces


Raúl Cantizano Web

Bandcamp

Raúl Cantizano & Hidden Forces Trio

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