AHORA MISMO

ESTHER CARRODEGUAS

La dramaturga presenta en octubre ‘Iribarne’, una comedia altamente inflamable inspirada por la figura de Manuel Fraga

POR PABLO GIRALDO

Esther Carrodeguas (Rianxo-A Coruña, 1979) comenzó a pergeñar el proyecto Iribarne hace dos años. Desde entonces, la pregunta más formulada ha sido: ¿por qué sacar a alguien como Manuel Fraga Iribarne de la tumba? La autora afirma tener la responsabilidad de contestar a esta cuestión desde el escenario y, de no conseguirlo, nos invita a pasar por taquilla para solicitar la devolución del dinero. Suena a provocación, pero lo cierto es que su obra, que dirige Xavier Castiñeira, intenta comprender el presente político en España de la mano de uno de esos personajes secundarios (pero imprescindibles) de la historia de este país. Un hombre que pasó de firmar sentencias de muerte como ministro durante la dictadura de Franco a abanderar un galleguismo casi federal con la llegada de la democracia.


Aunque convendría aclarar que Iribarne, producida por la compañía ButacaZero con el CDN y la feria MIT de Ribadavia, no es tanto un espectáculo sobre la figura de este prócer gallego como una cartografía poliédrica de un periodo muy concreto de nuestra historia reciente: la Transición. Una comedia irreverente, ampliamente documentada, con una mirada crítica suficiente para garantizar desparrame y altas dosis de ironía sociopolítica. Con una munición tan peligrosa y en un momento tan agitado como este, ¿estará su autora preparada para la que se le viene encima? “Definitivamente, no”, comenta.


El panorama político en España es sensible a todo lo que estimule la memoria histórica, pero Esther Carrodeguas está curada de espantos. Sin evitar un charco, la autora gallega se ha convertido en una de las voces más interesantes de nuestro espacio-tiempo. El pasado año fue finalista en los Premios Max a mejor autoría teatral, nada menos, por el texto de Supernormales (CDN, 2022), otro hito de la dramaturgia con impacto social. Quisimos charlar con Esther y descubrimos que tiene las cosas más claras que el agua de Palomares.

De izquierda a derecha, el pelo de Esther Carrodeguas y Esther Carrodeguas

“Fraga fue una de esas personas supervivientes, pero es que sobrevivió mucho, porque estuvo en el poder literalmente hasta tres meses antes de morir”

Iribarne no es teatro documento, tampoco un ensayo teatral. ¿Qué propone exactamente?

Para mí, es periodismo. Yo decidí estudiar Periodismo por un afán de curiosidad. Me interesan las cosas, pero después mi manera de contarlas está más cercana a la ficción que al ensayo. Lo que tiene de ficción Iribarne es el estilo, porque es una comedia, pero los hechos son reales. Siempre entiendo mis dramaturgias, o al menos las que son de investigación, como si fueran un reportaje teatral. Iribarne es un paseo por la Transición de la mano de Fraga en el que vemos cómo los políticos que ya estaban al mando consiguieron mantenerse en el poder. Él fue una de esas personas supervivientes, pero es que sobrevivió mucho, porque estuvo en el poder literalmente hasta tres meses antes de morir y siempre en asientos políticos de alto standing.


¿Cuánto peso tiene tu formación como periodista en tu manera de entender el teatro?

Casi todas mis obras son investigaciones o proyectos de corte periodístico. Digo periodístico porque historicista no me parece el punto desde el que yo escribo. De hecho, leo más periodismo que libros de historia cuando me documento, porque mi registro es más divulgativo. No sabría qué contar si no es algo que me interesa y sobre lo que necesito saber más.

Elenco institucional: Mónica García, Jorge de Arcos, Xurxo Cortázar, Lidia Veiga y Anxo Outumuro

¿Te marcaste algún límite al escribir sobre Fraga?

La obra no tiene autocensura, que me parece un lastre bastante pesado a nivel artístico. La practicamos todos inconscientemente, pero yo intento que no me afecte. Cuanto más te liberas, más te lo agradece el público. Para mí, el teatro es un lugar de bastante libertad. No sé si la televisión y el periodismo son tan libres ni si ahí puedes decir lo que te da la gana. Lo dudo bastante, porque en el audiovisual se mueven cantidades de pasta muy enormes y, cuando hay muchísimo dinero en juego, tú no te sientes tan libre. El teatro es un sitio donde me he sentido siempre muy libre como creadora, un reducto en el que disfruto de un espacio de libertad bastante grande porque no tengo una dependencia económica tan alta.


Aquí no solo te expones como autora, también como actriz sobre el escenario.

Me di cuenta de que, si había gente que iba a dar la cara y el cuerpo por mis ideas en una obra tan comprometida, yo también tenía que estar ahí y no esconderme detrás del libro. Me parece mucho más político estar sobre el escenario cuando soy yo la que cuenta esto.

Sabela Domínguez (coreógrafa, segunda por la izq.) y Xavier Castiñeira (director, primero por la dcha.) con el elenco

¿El humor y la ironía son imprescindibles en tu obra?

El humor irónico es mi manera de protegerme del mundo y está en casi todas mis propuestas. Y yo, como otros autores y autoras, sí considero que con el humor se puede llegar a sitios donde desde el drama y la tragedia no se llega tan fácilmente. Mis obras son tragedias vestidas de comedias, incluida esta. Lo más difícil es encontrar el tono en el que conectar con el público. Porque con las obras históricas te piden que no hagas un peñazo. ¿Tú sabes la cantidad de información que hay que escribir para que la gente se entere de algo? Es un trabajazo y, si no le pones un poquito de alegría para activar la mente, la gente se duerme en la página diez.

“Viendo cómo se está configurando el mapa, no sabemos qué va a pasar con esta obra de alto voltaje”

Iribarne habla mucho de la censura. Dados los recientes episodios en algunos ayuntamientos de España, ¿has valorado qué recorrido le espera a tu obra?

Sí, por supuesto. Ahora, la pregunta más planteada ya no es por qué rescato a Fraga sino qué voy a hacer con la gira. Estos episodios de censura están saliendo a la luz por cuestiones circunstanciales. Primero, porque son cancelaciones y, en un sector tan precario como el nuestro, eso hace mucho daño. Y segundo, porque en el teatro hay una gran presencia de gente relacionada con la izquierda y estas son acciones llevadas a cabo desde la extrema derecha. Lo que pasa es que en cuanto pasen estos meses y los nuevos equipos comiencen a programar, ya no se llamará censura, se llamará programación o criterio artístico. Ahora le puedes poner esta etiqueta porque es una cancelación, pero de ahora en adelante ya no. Viendo cómo se está configurando el mapa, no sabemos qué va a pasar con esta obra de alto voltaje.


Lo primero que hemos conocido de la obra es el tema musical “Who the fuck is Iribarne?”, de Berto. ¿Cómo surgió?

Nos inspiramos mucho en las músicas para nuestras propuestas. Desde el principio queríamos que Iribarne tuviera una energía muy alta. Yo me imaginaba a los actores entrando en escena como desde un trampolín elástico, todo muy lanzado. Y para la banda sonora manejábamos unos referentes musicales muy movidos, a lo Sofi Tukker. Por eso acabó entrando Berto, productor musical que lo está petando muchísimo ahora en Galicia y que es un personaje maravilloso. Yo solo espero estar a la altura de su música.

MI EXPERIENCIA CON LA MÚSICA DE “IRIBARNE”

Por Berto

Berto Mira es, además de artista, uno de los productores de referencia en el pop gallego actual. Para el espectáculo Iribarne (ButacaZero, 2023) escribió y produjo “Who the fuck is Iribarne?”, un tema trepidante y alocadísimo que supone su primera experiencia con el mundo del teatro. En este vídeo nos cuenta cómo ha vivido esta aventura. Spoiler: no parece arrepentido.

*Y, si quieres saber más sobre Berto, visita la página Con profundidad y alevosía en este mismo número de CULTURA REVISTA SGAE.

¿Qué más puede hacer el teatro para arrojar luz sobre nuestra historia reciente?

Hacemos lo que podemos. El teatro no es un medio de comunicación de masas y el impacto que puede tener una obra no es comparable a otros registros artísticos. Yo siempre confío en que cada paso genera otro paso.

Supernormales estuvo dos temporadas en el CDN. Si algún político ve esa obra y decide hacer un cambio de leyes o alguien se plantea montar una asociación, pues tú has dado el primer paso. Creo que el teatro es uno de los sitios donde ahora la memoria histórica está muy presente y es porque mi generación, que tiene entre 40 y 50 años, quiere entender de dónde venimos, saber qué no nos han contado de la Transición. Necesitamos romper el silencio. Es posible que sea un proceso doloroso, pero que te salve finalmente.


Es cierto: fuiste finalista al Premio Max a mejor autoría teatral con Supernormales, un espectáculo que reivindica la sexualidad de las personas con diversidad funcional. ¿Te costó mucho encontrar la comedia con un tema tan sensible?

No me costó demasiado, porque había hecho teatro con personas con discapacidad y quería contar mi impresión. Fue un rollo más intuitivo y no sabía si había escrito una barrabasada o si me había pasado de frenada. Pero descubrí que era el tono adecuado para contar algo que es muy difícil de abordar. El tema estaba tan oculto que generaba un efecto dramatúrgico en sí mismo. Yo tuve la suerte o la profesionalidad suficiente para abordarlo de una manera que resultó interesante.

AGENDA

Las primeras plazas confirmadas para ver Iribarne son Madrid (CDN Teatro Valle-Inclán, 12 de octubre a 12 de noviembre) y Bilbao (Teatro Arriaga, 9 de mayo de 2024). ¡Próximamente se anunciarán nuevas fechas!

Firma invitada

Pablo Giraldo (Avilés, 1985) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y La Sapienza de Roma. Es colaborador habitual de la revista Vanity Fair y ha trabajado para medios como Shangay, JotDown, RBA, S Moda o El Español, entre otros. También ha trabajado para festivales de artes escénicas como Madrid en Danza y Festival de Otoño y ha sido director de comunicación de El Pavón Teatro Kamikaze. Actualmente compagina su trabajo en el Teatro Español y Naves del Español en Matadero con su faceta de periodista cultural.


Fotografía

Esther Carrodeguas (apertura) por Ramón Vaquero

Esther Carrodeguas (columna) por Sara Lara

Ensayos por cortesía de ButacaZero

Vídeo

Realización: Berto

Edición: Abel Cabrerizo/Baliente

Enlaces

Esther Carrodeguas

ButacaZero

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VAMOS CON TODO

El podcast de artes escénicas de la Fundación SGAE, dirigido y presentado por Marta García Miranda (con Eva Cruz, Eduardo Maura, Pablo Caruana y Álvaro Vicente como colaboradores), está a punto de publicar su quinto episodio. Desde la pasada primavera, este programa se ha acercado a compañías como Las Huecas, Tantakka Teatroa o Teatro Ojo, dando cuenta del trabajo de un buen número de autores y autoras y repasando los principales estrenos teatrales de lo que llevamos de año. Por ejemplo, Falsestuff (Nao Albet y Marcel Borràs); Cristo está en Tinder (Rodrigo García); o El día del watusi (Francisco Casavella en versión de Iván Morales).


Cada último lunes del mes se publica una nueva entrega de Vamos con todo. Puedes escuchar todos los episodios aquí