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INSTITUTO STOCOS

Pablo Palacio y Muriel Romero nos hablan de digitalización, I+D y creación coreográfica

POR EMILIO R. CASCAJOSA

“El mundo de la IA empieza a inquietar a los coreógrafos”. Lo anunciaba recientemente el periodista Omar Khan en un artículo para la revista de danza SusyQ. Este temor, inaudito e incipiente por la repentina popularización de los nuevos modelos generativos, sería extensible a cualquier tipo de escenario. Porque, frente al avance imparable de la Realidad Virtual (VR) o la Inteligencia Artificial (IA), no solo se resienten las artes escénicas, un ámbito en el que la creación suele entenderse en términos de inevitable fisicidad humana. La industria musical también tiene la mosca detrás de la oreja. Por ejemplo, hace apenas dos meses, Universal Music Group solicitó ayuda al Congreso de Estados Unidos para frenar el avance de las IAs generativas, exigiendo nuevas regulaciones sobre el uso de estas tecnologías en la creación de obras.


El pasado 26 de julio se estrenó en el Liceu de Barcelona la aplaudida COPPÉL-i.A., una versión del clásico Coppélia (Arthur Saint-León y Léo Delibes, 1870) revisada para la ocasión por los Ballets de Montecarlo bajo dirección de Jean-Christophe Maillot. En esta ocasión, el coreógrafo da vida y sentimientos a un autómata que adquiere una categoría humana que irá más allá de la verosimilitud de los movimientos antropomórficos. “Lo que se puede constatar es que la danza va demostrando cada vez más un interés por llevar a escena la problemática y desafíos que suponen la robótica, la inteligencia artificial y las nuevas y sofisticadas tecnologías”, comenta Omar Khan. “En este sentido, aumenta en la ficción dancística la participación de máquinas en el escenario, imitando y ocupando el rol de bailarines”.

Instituto Stocos: IA y VR al servicio de la actividad coreográfica

En este contexto tan cambiante e incierto lleva décadas trabajando el Instituto Stocos, fundado y dirigido por la bailarina y coreógrafa Muriel Romero y el compositor Pablo Palacio. Es una compañía centrada en el análisis y el desarrollo de la interacción entre el gesto corporal, el sonido y la imaginería visual. La investigación y los trabajos del tándem mencionado, al que deberíamos sumarle la figura del desarrollador y Doctor en Ciencias Naturales Daniel Bisig, integran en un contexto escénico abstracciones tomadas de otras disciplinas, tales como la inteligencia artificial, la biología, las matemáticas o la psicología experimental.


Stocos, que también cuenta con un potentísimo cuerpo de baile, ha creado espectáculos que funcionan como una forma de diseminación artística de una investigación científica previa. En su producción destaca una pieza en la que la bailarina se relaciona en escena con avatares de sí misma que se manifiestan en forma de luz y sonido, presencias que se comportan de forma autónoma y con las que es posible interactuar manteniendo un dialogo multisensorial. Todo esto puede sonar a ciencia ficción, pero el trabajo de Stocos es tan real como un puñado de músculos y cartílagos estirándose sobre un escenario.


Hablamos con Pablo, Muriel y Daniel sobre la manera en la que las nuevas tecnologías pueden servir de puentes hacia una práctica coreográfica del Siglo XXI. También les pedimos que nos destapen el desarrollo tecnológico que se esconde detrás de cuatro de sus obras coreográficas más sonadas.

Muriel Romero, Daniel Bisig y Pablo Palacio

¿Cómo nace el Instituto Stocos?

Pablo: Stocos surge con el fin de explorar el sustrato común que subyace a la música y el movimiento corporal. De la idea de que es posible intercambiar abstracciones entre ambas disciplinas apoyándonos en conceptos científicos y en el desarrollo de tecnologías originales. Un intercambio que, con el paso de los años, hemos extendido a otros ámbitos, como la imaginería visual.

Muriel: Podríamos decir que fue desde el primer día que nos conocimos. Pablo me dio a conocer su música y empezamos a compartir reflexiones sobre conexiones con la danza. Pero oficialmente fue en mayo de 2008, fecha en la que estrenamos nuestra primera obra, Acusmatrix.


Nos encontramos en plena eclosión de tecnologías como la realidad virtual. El nombre de vuestra compañía da una idea de aleatoriedad, muy presente en la naturaleza algorítmica.

Pablo: Stocos apunta a la idea de lo estocástico, que proviene del griego stókhos y significa objetivo. Un objetivo inalcanzable o imposible de acometer con total exactitud, porque en la naturaleza siempre hay algo aleatorio que la hace incontrolable. Quizás esta es la esencia de la vida, la cual nos empuja a improvisar. En este sentido, hay que tener en cuenta que el aprendizaje profundo y lo que entendemos por IA están basados en redes neuronales artificiales, que son en el fondo sistemas estocásticos. Es cierto que estos sistemas, al generar modelos a partir de datos preexistentes, habitualmente conducen al usuario a la repetición, lo cual es sinónimo de rigidez. Además, al ser muy complejos, una caja negra, si no hay un conocimiento profundo de esta tecnología, pueden aparecer problemas de personalización de los resultados. Esto sin duda plantea varios dilemas éticos en el ámbito artístico.


¿Y cómo pensáis que acabará afectando el avance digital a la danza?

Daniel: Es muy difícil anticipar cómo la informática y la IA afectarán a las artes escénicas a largo plazo. A corto plazo sí que veo algunas vías prometedoras. Por ejemplo, los nuevos modelos probablemente permitirán formas más sofisticadas de interacción entre los artistas y los medios digitales. Gracias a los avances en la informática, las máquinas podrán leer y responder a aspectos matizados y cualitativos de las actividades de los artistas, permitiéndoles traducir su repertorio expresivo a otras modalidades fuera de sus cuerpos. Por otro lado, la IA permitirá la creación de artistas artificiales que actúen de forma autónoma junto a artistas humanos o solos en el escenario.

Muriel: En todo proceso creativo existen las fases de prueba, ensayo y error… hasta dar con el acierto. Con la tecnología, el proceso se vuelve más lento y tedioso, por la espera de los resultados. Requiere más paciencia, trabajo y comprensión de los tiempos que necesita la IA para llegar a los resultados que buscas, y acabas padeciendo a veces sus limitaciones. Pero, una vez que ya tengas lista la tecnología, te ofrecerá un estado sumamente liberador, inigualable e inexplicable, llegando a lugares de conocimiento que no podrías conseguir sin ella.

SUEÑOS EN ‘MOTION CAPTURE’

Muriel Romero: La obra Embodied Machine es de 2022 y supuso nuestro estreno trabajando con un sistema óptico de motion capture. Esto requirió mucho estudio, tomar muchísimas decisiones nuevas en lo referente a aspectos coreográficos, escenográficos, lumínicos, de vestuario y maquillaje. En esta obra, como sucede en toda pieza escénica, el trabajo en equipo fue fundamental. Nos rodeamos de grandes profesionales venidos de distintas disciplinas.

Una coreografía de Muriel Romero con música de Pablo Palacio y simulación visual interactiva de Daniel Bisig

Tecnología para amplificar el cuerpo

El cuerpo es el eje central de toda vuestra obra. ¿Hasta qué punto ha sido determinante el uso de la tecnología para la expresión física?

Muriel: La tecnología que creamos se construye en relación con las demandas del cuerpo, parte del estudio y análisis del movimiento y de transferir estas cualidades físicas al sonido, la luz y los visuales. Todo el proceso de investigación lo utilizamos para realzar y amplificar el cuerpo, para llevarlo a otra dimensión, aportando a las estructuras coreográficas mayor complejidad. La tecnología creada por y con el cuerpo le proporciona otro estado de conciencia; podríamos decir que es como un sexto sentido.


Y, ¿qué tipo de planteamientos guían vuestras decisiones para utilizar un tipo de tecnología u otro en el diseño de un espectáculo?

Pablo: En algunos casos podemos partir de un algoritmo que pueda captar un fenómeno fascinante en la naturaleza y traducirlo en sonido, movimiento o luz. Este fue el caso de nuestra obra Stocos. En otros casos, el punto de partida puede ser una inspiración, o una imagen con connotaciones sociales, como es el caso de Oecumene [2019], que muestra cómo es posible hablar en varias lenguas con el cuerpo, explorando cómo la tecnología interactiva puede conectar a las personas en lugar de aislarlas.

Muriel: En la pieza Stocos incluimos la idea de desarrollar extensiones a la síntesis estocástica dinámica del compositor e ingeniero civil Iannis Xenakis. Lo combinamos con modelos de comportamientos de enjambre, y me enfrenté por primera vez como coreógrafa a trabajar con una pantalla, unos visuales interactivos y unos modelos de IA. Lo integré en la obra como un elemento más de la coreografía, como si fuera otro bailarín. Lo enfoqué tratando de crear un cuarteto: dos bailarinas, sonido y visuales interactivos.

TU BRAZO TE DICE, TU PIERNA TE CUENTA

Muriel Romero: Oecumene (2019) es el resultado de años de investigación con nuevos elementos tecnológicos y artísticos que me han permitido navegar a través de una mar de sonidos formado por fonemas provenientes de múltiples lugares del planeta. En esta pieza, el texto se produce a través de todo mi cuerpo, porque con mis movimientos soy capaz de hablar lenguas diferentes. El proceso creativo fue realmente placentero en todas sus fases. Ser capaz de leer el Corán con mi cuerpo de mujer es una posibilidad que me llena de una energía indescriptible. La hemos escenificado en espacios y festivales de lo más dispares, desde un Museo a un claustro, pasando por una sala de conciertos o un gran teatro. Es un proyecto muy enriquecedor.

Oecumene, de Instituto Stocos

Combinar danza y computación

¿Confiáis en que las nuevas generaciones lleguen a entender el uso de una IA, por ejemplo, más allá del chascarrillo en redes sociales?

Daniel: Personalmente espero que los nuevos profesionales creativos, tanto de las artes escénicas como de la ingeniería, adquieran una comprensión más amplia de lo que potencialmente podrían ser la coreografía y la informática como disciplinas independientes. Y que, posteriormente, descubran puntos en común e intereses compartidos. La danza y la computación podrían combinarse naturalmente, con el pensamiento coreográfico infundiendo arte computacional y la abstracción computacional potenciando, por su lado, nuevas formas de pensamiento coreográfico.


Pero actualmente mucha gente se muestra bastante reacia a dejar que un algoritmo le condicione su capacidad creativa.

Pablo: A lo largo de la historia, el ser humano ha intentado crear dispositivos que presenten un grado de autonomía. Esto se remonta a la antigüedad y tenemos muchos ejemplos en la música, como la fuga, que es una especie de automatismo. Puede que esta fascinación provenga de que dentro de nosotros mismos residen acciones, pensamientos y emociones que no controlamos y que funcionan con cierto grado de autonomía conduciéndonos a lugares indeseados. Ahora tenemos tecnologías que presentan un alto grado de autonomía con propiedades emergentes impredecibles. Artísticamente, el problema tiene que ver con que estos modelos pueden incitar a la repetición, a mirar atrás en lugar de buscar nuevas formas. Sin embargo, la IA bien usada, en todas sus variantes, presenta un enorme potencial para la creación.

Muriel: No puedes dejar de mirar a la carretera mientras el algoritmo trabaja, si no, te pierdes y terminas entrando en un lugar donde en principio no pretendías llegar. Pero puedes optar por dejarte sorprender y, si te gusta donde has llegado, quedarte ahí o ir a otra parte.

DANZA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

Por Instituto Stocos

¿De qué hablamos cuando mezclamos realidad virtual o inteligencia artificial con la práctica coreográfica? ¿Hasta dónde podrían llegar las artes escénicas con apoyo de los nuevos avances digitales? ¿Hay contraindicaciones en toda esta historia, para muchos una locura digna de un cuento de William Gibson? Hablamos con Pablo Palacio y Muriel Romero, creadores del Instituto Stocos, un proyecto escénico, a medio camino entre una compañía coreográfica y un laboratorio de I+D, que lleva más de una década estudiando cómo la actividad de los cuerpos en escena evoluciona dentro de espacios de sonido tridimensionales extendiendo así la energía corporal de la danza a otras modalidades sensoriales.

Sonido y luz a través del cuerpo

Zapatillas que detectan el movimiento, software que traduce el equilibrio a sonidos… Son algunos de vuestros logros científicos, que acercan la creación hacia un nuevo tipo de experiencia. ¿Cómo se toma todo esto vuestro público?

Pablo: No lo sé, habría que preguntarles. Lo que puedo decir al respecto es que estos desarrollos han valido la pena para que la gente pueda experimentar algo diferente, algo que los emocione y los lleve a pensar que otros mundos son posibles. Que podemos, por ejemplo, experimentar a través de nuestro cuerpo nuevas formas de sonido o de luz.

Muriel: Actualmente, por ejemplo, estamos trabajando en varios modelos de síntesis de movimiento entrenados con un repositorio de grabaciones de captura de movimiento. Estos modelos son capaces de continuar y desarrollar secuencias a partir de mis pautas coreográficas.


Las artes escénicas entendidas en términos de hardware y software… ¿Hasta qué punto os consideráis autores e investigadores al mismo tiempo?

Pablo: No diría que nosotros entendamos la creación en esos términos de manera exclusiva. Creo que debería ser algo más profundo lo que llegue a fundamentar un buen trabajo escénico. Pero lo que planteas es interesante, porque la investigación es importante y puede abrir la posibilidad de crear nuevas formas. Siempre te preguntas cuáles son los motivos para hacer otra nueva pieza, qué problemas te traerá una nueva creación para que merezca realizar tanto esfuerzo. En todo caso, existe un momento en el que es preciso dejar a un lado la investigación y el desarrollo tecnológico, olvidarte de esa parte para centrarte en los detalles coreográficos que hay que solucionar para que la pieza funcione.


Con tanta abstracción implícita en vuestras obras, ¿os sentís obligados a explicar a vuestro público qué tipo de tecnologías se esconden detrás de cada creación?

Pablo: Considero que es mejor no traducir nada. Una obra artística ha de explicarse y sostenerse por sí misma. Respecto a los códigos y los desarrollos tecnológicos, los compartimos y hacemos accesibles mediante las publicaciones académicas que llevamos a cabo. Todos nuestros estudios los ponemos a disposición de la gente a través de nuestra web y, por supuesto, a través de los diferentes talleres que realizamos basándonos en nuestras obras.

UNA DE REDES NEURONALES

Muriel Romero: Neural Narratives I. Phantom Limb (2014) y Neural Narratives II. Polytopya (2015) son dos obras inspiradas en el concepto de narrativas neurales del neurocientífico Francisco Varela. Con ellas nos adentramos en la aplicación de redes para la creación de extensiones corporales virtuales, aportando así una mayor autonomía y armonía al movimiento corporal. Coreográficamente, estos trabajos me han llevado a descubrir una de mis esenciales pautas coreográficas: el movimiento politópico.

Polytopya y Phantom Limb, obras basadas en el procesamiento de datos masivos

Trabajo en proceso

¿Y cómo es el proceso de creación de una obra para Stocos?

Muriel: Existen varias fases que funcionan por separado en el tiempo. La primera se centra en crear el concepto de la pieza, ahí entra el trabajo de investigación y producción. Luego Pablo se encierra a componer y yo a crear pautas coreográficas, más adelante se realizan residencias técnicas o artísticas de diferentes miembros por separado, o juntas con todo el equipo. Todo esto hasta llegar a la fase final, que es cuando se da la presentación de la obra.


¿Supone mucha inversión levantar este tipo de proyectos?

Pablo: Algunas de nuestras piezas han requerido importantes inversiones. La obra que estrenamos el año pasado en Madrid, Embodied Machine, es un ejemplo. Por otro lado, el hecho de que desarrollemos nuestra propia tecnología nos da independencia en este sentido y nos ha permitido participar en proyectos europeos, tanto culturales como tecnológicos.


¿Y en qué estáis actualmente enfrascados?

Muriel: Se titulará Incubatio, y es una obra basada en la técnica arcaica del mismo nombre. Se desarrollará en un formato escénico de Realidad Expandida (XR), dentro de un contexto en el que el público podrá experimentar una recreación de estos rituales y ver proyectados los contenidos visuales experimentados mediante realidad virtual generada por los performers.

Pablo: Para esta pieza estamos trabajando en una serie de modelos de aprendizaje profundo orientados a la síntesis de sonido y movimiento. La obra se basa en una técnica chamánica ancestral que se originó en los confines del mundo griego hace 5.000 años. Una técnica curativa que consistía en acostarse en un recinto sagrado, una caverna o templo, con el fin de entrar en un estado más allá de la consciencia diurna, hasta que se terminaba teniendo una visión o sueño con capacidades curativas. Incubatio es una creación escénica que recrea estas visiones o sueños arquetípicos con el apoyo de una tecnología programada ad hoc.

NO ME TOQUES, QUE NO TE ESCUCHO

Muriel Romero: Piano & Dancer la produjimos en 2016 y fue una montaña a escalar. En principio iba a tratarse de un solo interpretado por una pianista, pero un día apareció Pablo y me dijo, “¿por qué no tocas tú el piano?”. Yo lo miré y le contesté, “pues porque no toco el piano y nunca podré tocarlo profesionalmente”.


Utilizamos tecnología desarrollada en el proyecto europeo H2020 Dance, centrado en la investigación y el desarrollo de formas de sustitución sensorial. Algo así como ver a través de la escucha. El resultado es una pieza única donde la bailarina toca el piano con su cuerpo. Con este proyecto, la expresividad corporal es traducida en los movimientos mecánicos del piano. Dos años más tarde, Yamaha realizó junto a la universidad de Tokio un experimento basado en nuestra investigación.

Piano & Dancer o cómo traducir los movimientos del cuerpo a acordes de piano

Fotografías

Apertura por Enrique Escorza

En escena por Vallinas

Instituto Stocos (grada) por Pablo Nieto

Vídeo

Guion: Emilio R. Cascajosa

Realización: Instituto Stocos

Edición: Abel Cabrerizo/Baliente

Enlaces

Instituto Stocos

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FUNDACIÓN SGAE EN OFFF SEVILLA 2023

Del 14 al 16 de diciembre volverá a abrir sus puertas OFFF Sevilla. Es un festival sobre creación digital que, con el apoyo de la Fundación SGAE, ya lleva cuatro ediciones proponiendo un viaje por la escena creativa internacional a través de inspiradoras charlas, talleres y performances de alto nivel. Poniendo por delante el eslogan “Made for the curious” como declaración de intenciones, este año OFFF Sevilla se acercará a la creación escénica y musical con varios talleres organizados por la Fundación SGAE. Bajo la cabecera Impossible Conections, estas actividades 360º ofrecerán claves sobre la construcción de proyectos creativos mediante un formato de taller + showcase + charla aspiracional. Muriel Romero y Pablo Palacio serán dos de los docentes invitados este año.

Espectáculo de Instituto Stocos por Pablo Nieto

Recuerda que, como socio o socia de SGAE, podrás beneficiarte una vez más de un descuento en el precio de los abonos para OFFF Sevilla 2023. Puedes consultar su programación aquí mismo.