ESCENARIOS

MONKEY WEEK

Festival de showcases y feria de la industria musical independiente, regresa en noviembre a Sevilla

POR VIDAL ROMERO

Cuando arrancó su primera edición, en octubre de 2009, nadie tenía muy claro qué era Monkey Week (actualmente Alhambra Monkey Week), ni en qué consistía eso de “una muestra alrededor de la música independiente”. No había cabezas de cartel al uso, sino que los protagonistas eran los profesionales del sector (managers, productores, sellos y demás fauna) y los grupos emergentes. Las reticencias tardaron apenas tres días en disiparse: mientras abandonaban el festival, todos los que habían pasado por allí sabían que volverían al año siguiente.


Tras sobrevivir a varios cambios de formato y a una pandemia, Alhambra Monkey Week 2023 regresa a Sevilla entre el 23 y el 25 de noviembre para celebrar su 15º edición, nuevamente con el apoyo de la Fundación SGAE.

Hoy todo es distinto: miles de personas esperan la cita poniéndose una alarma en el calendario. La Semana del Mono es sinónimo de vértigo y frescura, un termómetro de la escena musical más incipiente. También un modelo de contenedor cultural capaz de transformarse y adaptarse para hacer frente a las demandas del exterior. El festival de los “espacios singulares” sigue siendo, para sus responsables, el lugar en el que “descubrir hoy las bandas de mañana”.

Homenaje a Camarón, con Rocío Márquez y DMBK

Todo empezó con una llamada de Enrique Bunbury, con casa en El Puerto de Santa María, que por aquella época era la sede de este trasunto de festival de showcases y feria de la música independiente. “Pensaba que El Puerto era el escenario perfecto para un nuevo festival, y que lo teníamos que montar nosotros”, comenta Tali Carreto, codirector de Monkey Week junto a Miguel Astorga y los hermanos Jesús y César Guisado. Bunbury era ambicioso, “quería replicar el modelo del mítico festival All Tomorrows Parties, y que Paco Loco [músico y productor] y él actuaran como programadores. Claro, aquello no había quien lo pagara. Así que les propusimos hacer algo parecido al South by Southwest de Austin, un modelo que no se había explorado en España”, a medio camino entre una feria de la industria y un festival al uso. “Nunca hemos estado allí”, reconoce Jesús Guisado, “pero habíamos visto muchos vídeos con grupos que tocaban a pie de calle o en locales de todo tipo. Era como un carnaval de la música independiente, un formato perfecto para la idiosincrasia de El Puerto y que encajaba a la perfección con nuestra idea, que era utilizar todo el centro de la ciudad a modo de escenario”.

Bunbury y Paco Loco en uno de los promocionales de Paco Campano para Monkey Week

El Puerto tiene pocos locales con licencia de música, así que fue preciso buscar también un par de edificios públicos y un puñado de bares de tapas, que se vieron invadidos por melenudos que acarreaban instrumentos y amplificadores. El festival se organizaba en dos franjas horarias, “durante el día había un circuito de showcases, con bandas emergentes, en locales repartidos por el centro de la ciudad. Y por la noche, un único escenario que, salvo excepciones como la Plaza Alfonso X El Sabio, estuvo localizado en el Monasterio de la Victoria”, apunta Carreto.


Fue el circuito de showcases el que dio su personalidad a Monkey Week. Y eso que “muchos de los locales que utilizamos no tenían escenario, y tampoco estaban acostumbrados a montar conciertos. El local del Club de Rugby, por ejemplo, es un bar de desayunos”, cometa Guisado. Una carencia que se convirtió en virtud en casos como el del bar Santa María, cuya terraza elevada es uno de los recuerdos icónicos del festival, pero que también les dio algún disgusto. Al equipo, según comenta el propio Tali Carreto, solo se le resistió un espacio. “Hay un escenario que intentamos sacar adelante hasta tres veces: el muelle del vaporcito que unía El Puerto con Cádiz. Pero siempre nos llovió, era un escenario maldito”.

Concierto en una de las bodegas Osborne de El Puerto

“No todo puede ser sota, caballo y rey: hay que sorprender al público” (Tali Carreto)

Pero el éxito de Monkey Week reside también en que utilizan esos lugares especiales para realizar actividades atípicas: una sinfonía de guitarras eléctricas dirigida por el gurú neoyorquino del avantgarde guitarrero Rhys Chatham; homenajes a discos clásicos como La leyenda del tiempo (Camarón) o Mediterráneo (Joan Manuel Serrat), ambos con la colaboración de la Fundación SGAE; o un concierto de Los Jaguares de la Bahía con un coro de niños y la cantaora Rocío Márquez en la Iglesia de San Luis de los Franceses, una joya del barroco sevillano. “Este fue uno de los escenarios más complicados a nivel de documentación técnica en los que hemos trabajado, solo superado por los conciertos que hemos montado en el patio de la Cárcel de Sevilla, donde hay que especificar hasta el último de los cables que vas a meter allí dentro”, explica Carreto. Espectáculos exclusivos, especiales y casi siempre ruinosos que organizan porque “nos gusta hacer cosas bonitas”, pero también “por diferenciarnos del resto de los festivales. No todo puede ser sota, caballo y rey: hay que sorprender al público”.

CÁDIZ POR SEVILLA, PRIMERA MUTACIÓN

La sevillana Alameda de Hércules convertida en escenario para el pueblo

En el año 2016, Monkey Week cambió las calles de El Puerto por la Alameda de Hércules, en Sevilla. En la decisión pesó el factor logístico, “habíamos crecido, y eso nos causaba muchos problemas de alojamiento y transporte”, pero también “la falta de sintonía con el nuevo gobierno municipal”.


Al pasar de un lugar tan familiar como el centro de El Puerto, donde el festival lo invadía todo, a un entorno mucho más urbano y poblado, se corría el riesgo de diluir el espíritu Monkey Week, pero Carreto le resta importancia. “La Alameda es un territorio muy marcado, un ámbito en el que el público puede moverse de un sitio a otro sin muchos problemas y con rapidez”. Tuvieron que prescindir de los escenarios en bares tradicionales “por un problema de espacio. Nos habría encantado utilizar el Vizcaíno o la Bodega Morales, pero son locales muy pequeños y eso ocasiona problemas de aforo. Es algo que podemos permitirnos en Monkey Weekend [versión estival, sin industria], que es un festival más pequeño y convencional: este año, por ejemplo, hemos programado conciertos en una fábrica de harinas y en una destilería. Pero, en el hermano grande, los grupos tienen que tocar en unas condiciones óptimas. Los primeros años cometimos el error de meter a grupos en locales muy vistosos, pero que luego no eran cómodos, y eso no lo podemos permitir”. A cambio, pudieron utilizar salas consolidadas de la ciudad, como el mítico Fun Club, la Sala X o la Sala Holiday, los teatros municipales o un espacio tan representativo como el Monasterio de Santa Clara, sede de las jornadas profesionales Monkey Brain. Eso sí, lo que todo el mundo recuerda es la pista de coches de choque, que servía como segundo escenario en plena Alameda de Hércules.

EL MONO CONFINADO, SEGUNDA MUTACIÓN

Maria Rodés en la edición anti covid de Monkey Week

En el año de la pandemia, mientras la mayoría de los festivales cerraron sus puertas, Monkey Week se reinventó en formato virtual. Así nació Monkey Week TV. Jesús Guisado, que también acostumbra a hacer sus pinitos montando imagen, lo tenía muy claro: “Siempre nos ha gustado el audiovisual, así que aprovechamos una línea de subvenciones para festivales on line que sacó la Junta de Andalucía”.


Como querían “huir del modelo de concierto tras concierto, que es muy aburrido”, recurrieron a viejos programas de su adolescencia: “el contenedor Televisión Líquida, el magazine musical Plastic, que TVE programó de 1989 a 1991, y los programas de la MTV en su buena época. Queríamos que hubiera cortinillas, animaciones, actuaciones musicales y sketches. Que todo fuera como un canal pirata, con muchos programas y secciones pequeñitas encadenadas”. Todo aquello se montó en la época de las restricciones y los toques de queda, con la compositora y activista LGTBI+ Rocío Saiz presentando el programa junto a Javi Moya (Tentaciones) y al promotor y mánager Joan Vich.

En pandemia, Monkey Week TV

Tali Carreto y sus socios, mascarilla en rostro, hicieron frente al virus. “Hablamos con varios estudios: el de Carlos Díaz en Granada, el de Paco Loco en El Puerto y el de Happy Place en Sevilla, y convocamos a los grupos por zonas. Ahí grabamos una base de conciertos, a los que añadimos los sketches que ideó el director de cine Paco Campano”. Como no encontraban un plató donde grabar los programas, terminaron ocupando la Sala X. “Compramos un sofá y un montón de alfombras, los amigos nos regalaron muebles que no querían, y con todo eso montamos un decorado”. Durante cuatro días armaron una programación completa, en la que muchas de las emisiones se realizaban en directo, y que todavía se puede ver en internet. “Tenemos varios miles de reproducciones cada mes”, comenta Carreto orgulloso, “e incluso hemos tenido conversaciones para vender el concepto a alguna plataforma”.

Y POR FIN PUDIMOS BAILAR, TERCERA MUTACIÓN

Monkey Week en Cartuja Center CITE

La pandemia también fue responsable indirecta, al año siguiente, de la penúltima reinvención de Monkey Week. “No queríamos hacer el festival en salas de concierto, con el público sentado en sillas de plástico o en mesas altas de cabaret”, comenta Tali Carreto. Al buscar lugares alternativos tropezaron con Cartuja Center CITE, un recinto situado al otro lado del Guadalquivir que, a su vez, acoge la sede andaluza de SGAE. “El lugar nos encantó. Estaba fuera de nuestras posibilidades económicas, pero, como la época era muy mala, nos propusieron unas condiciones muy ventajosas”. Lejos de conformarse con los dos espacios escénicos del CITE, colonizaron también los lugares de tránsito y de reunión y añadieron una iluminación espectacular. “Había que darle un toque de nocturnidad. Además, utilizar esos espacios permitía recuperar el espíritu original de Monkey Week. Porque nuestra motivación siempre ha estado en ese peregrinar de un sitio a otro, buscando conciertos y tropezando con sorpresas inesperadas”. La amplitud del lugar les ayudó también a sortear algunas de las restricciones que habrían tenido que mantener en salas. “Por supuesto, había que llevar mascarilla, pero todo se desarrolló de una manera normal”. De hecho, el lema de aquella edición fue “Vas a poder bailar”.

Galería de espacios singulares y escenarios Monkey Week. ¡Desliza en horizontal para ver más fotos!

NOVIEMBRE DE 2023, CUARTA MUTACIÓN

Tras dos ediciones en el CITE, Monkey Week recupera este año el circuito del centro de la ciudad. Jesús Guisado desgrana el nuevo proyecto: “Para esta edición de 2023 hemos planteado un festival con varias fases. Por las mañanas, el área profesional y las conferencias en el Espacio Santa Clara. Y, a partir de las tres de la tarde, conciertos en el Monasterio y en las salas de la Alameda”. En los aparcamientos del Teatro Central, en la Isla de la Cartuja, habrá un escenario cubierto y la mítica pista de coches de choque. Por la noche, este nuevo espacio convivirá con las salas de la calle José Díaz (Sala X y Sala Even), que se encuentran al otro lado del río.

MOMENTOS MONKEY

Cuentan sus seguidores que el espíritu Monkey Week lo generan las feromonas de sus invitados, esa población de artistas y profesionales de la industria musical que, año tras año, se encargan de nutrir a uno de los contenedores de música en vivo más personales de todo el territorio europeo. No en vano, hablamos del único festival que provoca mono (este chiste es gratis).


En este vídeo, personalidades de la industria y de la música (Carlangas, Rocío Márquez, Dandy Piranha…), la mayoría reincidentes sin solución, recuerdan su “momento Monkey” para la posteridad. Probablemente tú ya tengas el tuyo, o quizás no hayas ido nunca y necesites estos testimonios para que vuelva a salirte pelo.


Por orden de aparición: Paco Loco (productor y músico); Anna Romeu (directora Primavera Labels); Carlangas (autor, músico y productor); Estefanía Serrano (talent manager Plan-B Music); Dandy Piranha (autor y músico, DMBK); Javier Rosa (fotógrafo de directo); Herminia Martínez (autora y música, María Guadaña); Fernando Navarro (periodista de El País); Íñigo Bregel (autor y músico, Los Estanques); Rocío Márquez (autora y música); Herminio Gutiérrez (supervisor musical); Rubén Gutiérrez del Castillo (director Fundación SGAE); Javier Rivera (director de Unidad de Coordinación Gerencia AAIICC, ex Pony Bravo); Rocío Sáiz (autora y música); Rosario la Tremendita (autora y música); Gema Sánchez (Fondo Asistencial y Cultural AIE); Gustavo Iglesias (periodista de Radio 3); César Andión (PR & Talent, Live Nation & The Spanish Wave); Juan Santaner (CEO Industrias Bala); y Ana Gómez (técnica de Música y AA EE en Instituto Cervantes).

En su 15ª edición, Monkey Week puede presumir de haber creado un punto de encuentro para la industria, algo que otros festivales han intentado después a su manera. “Es cierto que BIME inauguró su área profesional al año siguiente y Primavera Sound dos años después”, confirma Tali Carreto, “pero cada uno tiene su personalidad. BIME es la feria de las grandes empresas y de las multinacionales de la música, de los grandes nombres y los conciertos multitudinarios. Y en Monkey Week nos dedicamos a los grupos de serie media y a las giras por salas”. Quizás por eso, les han ofrecido “realizar una franquicia del festival en el extranjero. Nos han llamado porque no existe otro evento como el nuestro, en el que los acuerdos y las reuniones se hacen a pie de barra, mientras ves un concierto. El resto de las ferias son, en general, mucho más formales en ese sentido”.

Resumen de la pasada edición de Monkey Week en el CITE

Firma invitada

Vidal Romero empezó haciendo fanzines de papel a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, OCImag, Mercurio y Rockdelux, entre muchas otras) y periódicos como el Diario de Sevilla o El Confidencial. Es también uno de los autores de los libros colectivos Loops. Una historia de la música electrónica (Reservoir Books, 2018) y Más allá del rock (INAEM, 2008) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock en la Universidad de Sevilla (US). También ha dado clases de Historia de la Música Electrónica en la US y en otras entidades privadas, e incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura.

Fotografías

Apertura por Javier Rosa

Imágenes de columna por Javier Rosa y Monkey Week

Homenaje a Camarón por Pablo Bernardo

Galería por Javier Rosa

Enlaces

Alhambra Monkey Week, web

Alhambra Monkey Week, YouTube


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FUNDACIÓN SGAE EN MONKEY WEEK 2023

En 2009 nacía en el Puerto de Santa María (Cádiz) una feria de música independiente que reproducía en pequeña escala el formato del gigante texano South by Southwest. SGAE y su Fundación SGAE iniciaban entonces una estrecha relación con Monkey Week que, durante quince años, ha permitido crecer a la escena alternativa y emergente.


Este año, Monkey Week se celebra del 23 al 25 de noviembre en Sevilla y la Fundación SGAE tendrá un escenario en el Espacio Santa Clara. Además, apoyamos una nueva incursión en la sincro de series y películas (volveremos a colaborar en el proyecto Suntracks, donde contaremos con music supervisors venidos de distintas partes del mundo) y tendremos presencia en varios paneles de las jornadas profesionales Monkey Brain.


¿Recuerdas el homenaje al clásico Mediterráneo (1971), de Joan Manuel Serrat, a cargo de Los Estanques y amigos? Es una de tantas actividades promovidas por la Fundación SGAE en este evento peludo. Así te lo contamos en CULTURA REVISTA SGAE nº2