CON PROFUNDIDAD Y ALEVOSÍA
ALCALÁ NORTE
Punta de lanza de una generación de jóvenes amantes del pesimismo pop, estos madrileños son algo más que la banda del momento
POR EMILIO R. CASCAJOSA
Comenta el periodista Simon Reynolds: “El punk detonó en 1976 y en 1977 ya era un mal chiste, aunque posibilitó la última gran época del rock, el post punk, capaz de competir en ideas con la Edad de Oro de la música pop”. Con el himno antisistema de Sex Pistols todavía resonando en el Palacio de Buckingham, los estertores del punk británico acabaron dinamitando a toda una generación de bandas igualmente hastiadas por el establishment, aunque mucho más tintadas por la poesía existencialista. Una escena que, haciéndose eco del creciente descontento generado por el conservadurismo de Margaret Thatcher y su imparable recorte de derechos sociolaborales, saltó a la actualidad de los primeros ochenta parapetada por una muralla de guitarrazos hirientes y bajos angulosos. A aquello se le denominó post punk (o after punk, como prefieras) y sus héroes fueron bandas como The Cure, PIL, Joy Division, Bauhaus, The Fall, Talking Heads o Siouxsie & The Banshees; una revuelta que, aunque erigida sobre el nihilismo de tres acordes y la ética do it yourself del punk, nació para devolverle al pop rock su complejidad formal.
“Autosuficiencia”, anti himno generacional de Parálisis Permanente
Inevitablemente, este movimiento decorado con gabardinas y melenas cardadas terminó calando en el pop español ochentero, despertando una pasión por los sonidos más oscuros en formaciones míticas como Parálisis Permanente, Desechables, Décima Víctima, Alaska y Dinarama o los primeros Gabinete Caligari. Porque, si algo sobraba en España por aquel entonces, eran las ganas de epatar a toda costa.
Cuatro décadas después y en mitad de una crisis de valores propiciada por la precariedad laboral, una inesperada pandemia y el creciente individualismo social media, parece que haya llegado el momento de desenterrar el bonito cadáver del post punk, una reactivación del género que internacionalmente arrojó hace años nombres como los de Interpol, Bloc Party, Editors o Fontaines D.C. y que, en esta España post covid de 2024, tiene en Alcalá Norte uno de sus máximos exponentes. Recomendados por la mismísima Rosalía y portando un flamante debut homónimo en el que se mezclan referentes como Golpes Bajos o La Polla Records, los del distrito madrileño de Ciudad Lineal “se presentan no solo como una banda, sino como un movimiento que busca cerrar el círculo con el que el urbanista Arturo Soria soñó para encerrar Madrid, proponiendo un destino inmobiliario, político y militar para aquello que partió de la guitarra y el verso desenfado de estudiantes aplicados”.
Hablamos con Álvaro Rivas sobre el lanzamiento del primer disco de su banda y sobre su arrolladora entrada a los escenarios de medio país; y lo hacemos mientras el vocalista y líder del ahora quinteto madrileño se recupera de una inesperada operación de apendicitis que acabó truncando su presencia en Monkey Week y otros escenarios donde se les esperaba desde hacía meses.
Jóvenes de barrio hastiados por el sistema
Os citan como la nueva gran revelación de la temporada. ¿Mucha presión?
No, no es mucha, la justa. Es una bendición tener la atención del mercado de la música y de la prensa desde el comienzo. Sabemos que ahora nos toca sostener este primer álbum en directo y complementar nuestro repertorio con un segundo disco que esté a la altura. Llevamos casi un año centrándonos en los escenarios y ahora es cuando empezamos a pensar en nuevas composiciones.
No obstante, algo debe estar pasando cuando, por encima de OT y del reinado del pop urbano, proyectos como el vuestro, Carolina Durante o Depresión Sonora disfrutan de una proyección mucho mayor de lo que se espera de un puñado de fans de The Cure dando cera en el local de ensayo.
Estamos felices de encajar con personas de un rango de edad amplio. Al principio de entrar en el local de ensayo tenía la idea de que mi música estaría enfocada a un público joven, gente como yo. Aquel pensamiento fue una soberana tontería que pudo tener validez en el pasado, por aquello de la rebeldía y los tupés, pero que no me sirve para explicar el mundo de hoy. Por debajo de los treinta, el rock y sus derivados son casi una excentricidad y difícilmente puedes labrarte una carrera en ese nicho. El público más amplio que hemos encontrado han sido nuestros padres, que además son los que más pelas pueden gastarse en camisetas y conciertos. Ha sido una bendición propiciar este encuentro intergeneracional. Creemos que es un terreno muy fértil, algo como la verde pradera del Windows. Encajan las edades: existen abuelos que fueron rockeros en los setenta y padres en los ochenta. Ahora abuelos, padres y niños vienen al concierto a cantar “La calle Elfo”, por ejemplo. Eso es lo más bonito que hemos conseguido hasta el momento. No es mera palabrería, esas familias sustentan nuestra economía.
“La vida cañón”, single generacional de Alcalá Norte
Canciones como las vuestras sólo podrían haber surgido en la periferia de una gran ciudad. Defendéis un sonido de barrio, anclado a la proximidad. ¿Os sentís cómodos manejando códigos cotidianos, sin utilizar demasiadas metáforas?
Creo que nos sobran abstracciones y metáforas en el álbum, pero también sé que esto nos diferencia de otros proyectos a nuestro alrededor y que no hay por qué perder la costumbre. Se trata de bajar a la proximidad, por ejemplo, introduciendo al Power Ranger verde de vez en cuando. Nuestras letras suceden en paisajes y épocas remotas. La conexión con Ciudad Lineal, nuestro distrito, es sentimental.
Gastáis unas letras muy urbanas y vibrantes, pero tocadas de lleno por un pesimismo generacional muy presente. Os considero una banda retrato de una época. ¿Lo veis así?
Vaya, no lo sé. Tenemos canciones panfletarias, como “La sangre del pobre”, pero que representa algo de hace más de un siglo. Nos gusta ese juego en el que las épocas se funden. Se me antoja más difícil hacer una letra que perdure y que esté ambientada en mis días, pues la sucesión de novedades distorsiona la realidad y a mí me cuesta seguir el ritmo. Estoy más cómodo en los libros y en la historia pasada. Me enfadaría mucho descubrir dentro de diez años que mi canción protesta era una horterada apuntando a una diana incorrecta, o darme cuenta de que caí en una trampa para ratones.
"No se nos da bien TikTok y sabemos que ahí nos desangramos, especialmente con los adolescentes” (Álvaro Rivas)
En vuestras letras también hay mucho existencialismo, estrofas herederas de épocas de entreguerras. ¿Cabe colar guiños a Ernst Jünger en estos tiempos de bailes TikTok?
Sí, a cambio de renunciar a esa red como vehículo. No se nos da bien TikTok y sabemos que ahí nos desangramos, especialmente con los adolescentes. Es difícil vender nuestro imaginario en cápsulas y que resulte atractivo. No creemos que sea imposible y ojalá en el futuro nos rodeemos de profesionales que nos ayuden a conseguirlo. Por el momento, pensamos en ser una banda de rock tradicional que da muchos conciertos, concede entrevistas y saca un disco cada pocos años. Nos entendemos bastante mejor con el algoritmo de X y eso para nosotros ya ha sido un milagro.
Un puñado de colegas, un día cualquiera en Ciudad Lineal
He leído que antes de fichar por el sello vasco Balaunka os señalaban como una banda demasiado intensa y que acabasteis haciendo post punk “por necesidad”.
A ver, Alcalá Norte es un peñazo. Jünger es un peñazo. Yo regalo libros de Jünger y nadie se los termina. El post punk por necesidad se debe a que era el único estilo que nos unía musicalmente a los tres fundadores originales, esa cosa ochentera oscurilla. Nosotros nos referimos a esto como cucaracheo, por un vídeo de Muchachada Nui sobre Robert Smith, de The Cure. La suerte que tuvimos es que, poco después de tomar la decisión de apostar por este estilo, Molchat Doma [banda bielorrusa que lo ha petado con un tema en TikTok] y Markusiano [Marcos Crespo o, lo que es lo mismo, Depresión Sonora] dominaron el mundo. Ese fue el momento preciso en el que todos querían hacer post punk y pudimos sumar nuevos músicos a la banda. Es normal que los sellos pensaran que nuestras letras eran demasiado densas como para ser coreadas y que lo del revival post punk ya había servido de trampolín para unos pocos y no daba más de sí. A mi juicio, los raros son los de Balaunka, que se lo tragaron.
“A la salida del encierro covid había en Madrid un público ávido de cucaracheo, una escena joven que nació sobre la marcha” (Álvaro Rivas)
La pandemia provocó que muchos y muchas jóvenes tocadas por el pesimismo de aquella época se encerraran en sus dormitorios para componer en soledad. ¿Os consideréis una banda post covid?
No hay duda de que somos completamente pospandémicos. Antes del estallido de la covid-19 tan solo habíamos elegido el nombre de la banda y el estilo, apenas nos habíamos juntado cinco o seis veces en locales de ensayo por unas horas. Fue durante el encierro cuando presenciamos el ascenso de Markusiano. Eso fue lo que nos hizo creer en nuestro proyecto. Por eso nos pone tan felices estar ahora a su lado y vivir experiencias juntos. A la salida del encierro covid había en Madrid un público ávido de cucaracheo, una escena joven que nació sobre la marcha, apoyándose sobre gigantes como Edu el de Cartagena o el Isra de Azote Mental. Esa escena nos acogió en nuestros primeros años y nos acompaña hasta hoy, aunque es cierto que ya hemos perdido algo de esa oscuridad y buscado más luces de colores. Se lo debemos todo a nuestras cucarachas.
Evidentemente, existe una conexión entre Alcalá Norte y otras bandas como La Paloma, Depresión Sonora, VVV [Tripin’you], Dame Área o Somos La Herencia. Ahora sois un quinteto y en directo, por ejemplo, os acompaña el guitarra de Dharmacide.
En Madrid nos sentimos muy cercanos a Camellos, Dharmacide, Carolina Durante, Biznaga, Repion y, por supuesto, Markusiano, que también está de nuestro lado. VVV y La Paloma están directamente presentes en el disco, con Adri [Adrián Bremner] produciendo la última de nuestras canciones y los chicos de La Paloma cediéndonos su “Cosquilleo” para que construyamos las rimas y métricas de “El Rey de los Judíos”. Todas estas bandas nos llevan mucho terreno y no espero que consideren que estamos a su altura. En cualquier caso, les estoy agradecido por habernos apoyado desde nuestros comienzos, sobre todo a VVV y La Paloma. Ojalá que en poco tiempo podamos hablar de bandas más pequeñas que la nuestra, formaciones que estén naciendo ahora y a las que poder ver como compañeras de viaje. Esa sería una manera de calibrar nuestro éxito.
“Los chavales”, chicos con gafas de rock prendiendo la ciudad
Os habéis paseado ya por mogollón de salas y festivales. ¿Qué tenéis planteado para cuando te recuperes de tu operación?
Nuestra gira de salas terminará a mediados de febrero. Mi apendicitis con peritonitis nos ha obligado a mover algunas de las fechas de noviembre de 2024 hacia las dos primeras semanas de febrero de 2025. Y a partir de abril llegarán los festivales. Probablemente visitemos algunas salas a finales de 2025, pero en menor medida de lo que lo hemos hecho este año.
¿Y material nuevo? ¿Estáis trabajando en canciones?
Sí, tenemos alguna cosa, pero eso es algo que depende principalmente de mí. Hasta que no tenga letras que me molen, el proceso compositivo de la banda no despegará. A ver qué tal afronto ahora estas semanas en las que tendré que guardar reposo para que mi tripa se asiente.
ALCALÁ NORTE EN CONCIERTO
Si quieres experimentar la intensidad de esta banda en directo, tus próximas oportunidades son: Iruñea (27 de diciembre), Vitoria-Gasteiz (17 de enero), Logroño (18 de enero), Segovia (24 de enero), Valladolid (25 de enero), Santiago de Compostela (31 de enero), Vigo (1 de febrero), Barcelona (14 de febrero) y más.
Hits del nuevo pesimismo pop, la playlist
Te diseñamos una lista de reproducción que huele a libro de Sartre y a laca Nelly, con Alcalá Norte apostados como nuevos héroes del post punk patrio y otros nombres destacados como Depresión Sonora (Marcos Crespo, o simplemente Markusiano), aparentemente un chico corriente con un proyecto musical que ha arrasado en Latinoamérica y Estados Unidos, llegando a compartir escenarios con Nick Cave, New Order o Lana del Rey y a conquistar festivales internacionales del calibre de Coachella o Cruel World.
Fotografías
Alcalá Norte (apertura)
Pablo Garrido
Enlaces
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
COLOQUIO CON ADRIÀ SALAS EN BARCELONA
El cantante y compositor de La Pegatina presenta disco
La Fundación SGAE, a través del Consejo Territorial de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Cataluña, te invita al coloquio Parlem de ‘Corazón de maguey’ amb Adrià Salas. El cantante y compositor de La Pegatina nos contará el proceso creativo detrás de su nuevo álbum, que se publicará en enero de 2025. El encuentro será el martes 14 de enero en la sede de SGAE en Barcelona.
Con más de dos décadas de trayectoria musical, casi 200 canciones y más de 1.000 conciertos en todo el mundo, Adrià Salas (Barcelona, 1985) combina el liderazgo de La Pegatina con una carrera en solitario que ya cuenta con tres trabajos. También ha escrito temas para artistas como Miki Nuñez, Vicco o Sergio Dalma y ha publicado dos libros de poesía.
Parlem de… es una actividad por la que ya han pasado Carla Simón, Elena Martín, Clara Roquet, Maria Rovira y Eduard Sola. En esta ocasión, Adrià Salas compartirá con el público el desarrollo creativo de Corazón de Maguey, sus influencias y otras particularidades de la elaboración del disco. Más información