A MI BOLA
ROCÍO MESA
Granadina afincada en Los Ángeles, ha rodado Secaderos con intérpretes no profesionales
POR MARTA JIMÉNEZ
Es de pueblo, vive en California, trabaja en Andalucía y navega en los márgenes. La realizadora granadina Rocío Mesa nació en Las Gabias, en plena Vega, con Sierra Nevada al fondo. Se siente orgullosa de pertenecer a una pequeña generación de cineastas independientes andaluces que hacen cine de otra manera: más pegado a los lenguajes del arte que a los cánones comerciales.
Y ello a pesar de vivir en Hollywood, un no-lugar profesional para Rocío, al que llegó gracias a una beca Talentia de la Junta de Andalucía hace 12 años y donde se quedó por el rock’n’roll. Hoy, Los Ángeles es el lugar de su vida personal en el país donde organiza una muestra de cine contemporáneo español (LA OLA), aunque asegura que su inspiración como creadora siempre ha estado y seguirá estando en España. La primera pista la dio con Orensanz (2013), un largo de no ficción inteligente y cómplice que ha tardado casi una década en recoger los frutos de su riesgo en forma de segunda película.
El pasado verano, Rocío Mesa volvió al paisaje de su infancia para rodar su primer largo de ficción, Secaderos. El título se refiere a los secaderos de tabaco de la Vega, arquitecturas agrícolas salpicadas en el territorio, junto al río Genil y sus afluentes, entre alamedas y choperas, que dan belleza y personalidad al paisaje. Para Mesa, estas “guaridas” forman parte de su imaginario personal, la semilla por la que se puso manos a la obra y construyó una historia.
Rodaje de Secaderos
Este año, en plena ola neorrural, su filme viajará a festivales para finalmente estrenarse en salas en 2023. Esta historia “de realismo mágico rural o ruralismo místico” reflexiona sobre lo rural y lo urbano, girando alrededor del choque entre esas dos visiones de la realidad. En opinión de la realizadora, los pueblos no son ni un lugar idílico ni tampoco lo contrario: “De lo que se trata es de detenerse en ese espectro que hay entre lo maravilloso y lo terrible”. La película recrea un pueblo imaginario que podría ser cualquiera: “El pueblo como concepto, más que el retrato de uno en concreto”.
Las protagonistas del filme son mujeres que navegan alrededor de un discurso de reconexión con las raíces y también de huída. Es un filme eminentemente femenino; también en su equipo técnico, desde la directora de fotografía a la compositora de la banda sonora. En la producción está Olmo Figueredo, quien se embarcó en esta historia desde el principio, cinco años atrás, acercando su productora, La Claqueta, a un proyecto de cine más autoral.
TRABAJAR CON INTÉRPRETES NO PROFESIONALES
Amas de casa, ancianos, agricultores, adolescentes y niños vecinos de la Vega componen el equipo actoral no profesional de Secaderos. “Queríamos acercarnos a la construcción del lenguaje cinematográfico desde otro lugar e integrar a la gente de la zona; abrir un diálogo que traspasa las fronteras, que se acerca a lo local”, afirma Rocío Mesa. Pero sí contó con una actriz profesional, Tamara Arias, que le sirvió tanto para dar confianza a sus compañeros como para ayudarla en la dirección de actores sin experiencia ante la cámara.
“El hecho de trabajar con actores no profesionales no es algo que quiera promover. Creo que es una decisión que depende absolutamente del proyecto al que te estás enfrentando. Yo aquí buscaba un naturalismo, un costumbrismo y un tipo de cine que tuviese una verdad, que se tradujera en cierto lenguaje corporal y en el acento. Que todo eso se desbordara de la pantalla”.
Al casting se presentaron cientos de personas de casi todos los pueblos de la Vega. Vecinos de toda la vida y amigos de la infancia de Mesa, también. Para la directora todo fue muy bonito, desde el proceso de selección hasta el final. “Venían todos los días como si estuviesen viviendo un sueño y esa ilusión la transmitieron a todo el rodaje”.
Rocío pedía a sus actores y actrices que se guardasen sentimientos de su vida cotidiana para transmitirlos a sus personajes. Que tiraran de esa memoria. Y ha descubierto la verdad escénica en el estar presente. Esa cosa mágica que da el saber escuchar y también la imaginación de unos actores limpios y desprejuiciados de todo lo que rodea a la profesión. Porque, si se está presente, el personaje irradia.
Rodaje de Secaderos
Próximo estreno
Los paisajes de la Vega elegidos para el rodaje fueron los más lorquianos, los cercanos al río Cubillas en la zona de Fuentevaqueros y Valderrubio, que el poeta retrató tan maravillosamente en sus poemas de juventud. “Hay una vinculación a Lorca muy intensa”, reconoce la directora.
El camino que espera este año a Secaderos es el de los festivales y ya hay varios interesados en proyectar la película. Rocío Mesa sueña con tener un buen estreno internacional y otro nacional antes de que el filme llegue a las salas el próximo año. La película tendrá un espacio importante en los cines andaluces y, sobre todo, en los granadinos.
Y precisamente Granada y su extraordinaria orografía laten en el siguiente proyecto de la directora: un largo que se rodará en Sierra Nevada, siguiendo la estela del poder que tiene sobre sus habitantes este paisaje prodigioso.
Firma invitada
Marta Jiménez (Córdoba, 1971) es licenciada en Historia del Arte y periodista especializada en comunicación y cultura. Durante más de veinte años ha dirigido diferentes programas en Radio Córdoba-SER. Actualmente y entre otras cosas, colabora con el digital Cordópolis y con la revista Filmand sobre el audiovisual andaluz. Además, coordina clubs de literatura y cine en bibliotecas andaluzas, es guionista de documentales para Canal Sur y directora de comunicación del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger. Entre sus libros publicados está el ensayo Yo, Bill Murray (bandaàparte, 2016), Premio Asecan al mejor libro de cine en 2017.
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