¿QUIÉN LO DICE?

EL VALOR DE LA MÚSICA

El gremio se reivindica como industria y reclama un plan estratégico

POR KIN MARTÍNEZ

Presidente de la Federación de la Música de España (Es_Música)

La industria musical está superando la incertidumbre. Está estudiando y asumiendo los cambios necesarios para garantizar su viabilidad como sector productivo y estratégico de primer orden. La precariedad debe desaparecer en la medida que sepamos afrontar todos los procesos de forma integral. Hemos asimilado ya situaciones como la pandemia y decisiones ajenas por parte de las administraciones, y eso debe fortalecernos para mantener el control.


Estamos en un punto de inflexión vital. En un tiempo, gracias a lo que construyamos hoy, el panorama será otro y poder ser espectador y participar en esta evolución es un privilegio para todos los que formamos parte de este sector. Conocernos, prepararnos, transformarnos, entendernos, empatizar y aceptar nuestros retos será, sin duda, la clave para consolidar de la mejor forma nuestro futuro. Necesitamos mostrar nuestra personalidad en nuestros procesos y también en las actividades económicas transversales, con nuestro propio plan sectorial de financiación y competencia y la necesaria adaptación de los marcos normativos específicos. Tenemos que construir los pilares básicos de un sector socioeconómico y estratégico importante, con herramientas y metodología acordes a nuestra actividad.


El consumo de nuestro público evoluciona principalmente en paralelo a la transformación digital. Ese consumo es global y no entiende de banderas: la música está en todo y ya es entendida como una red social más; una nueva forma de identificación y de pertenencia social. El público elige y manda, y al público lo tenemos que cuidar desde la industria.

“No se puede construir ningún sector productivo sin el respeto a los creadores y a su remuneración, para que puedan vivir dignamente de su trabajo”

Debemos ajustar todos los reglajes para que no se rompa ningún eslabón de la cadena; trabajar en nuestra materia prima, en nuestro talento, con planes de desarrollo que permitan la construcción de carreras artísticas. Los procesos de introducción y consolidación en el mercado y su posterior internacionalización deben ser la base de un plan de gestión de nuestra identidad musical. Para ello, todos los intervinientes tenemos que participar de forma justa y sostenible: no se puede construir ningún sector productivo sin el respeto a los creadores y a su remuneración, para que puedan vivir dignamente de su trabajo. Para construir un ecosistema musical sostenible debemos garantizar incentivos y normas equilibradas en materia laboral, educativa, fiscal e industrial, con especial cuidado a nuestra industria fonográfica, las entidades editoriales y autorales, las salas de conciertos, giras y festivales y, en general, toda la música en vivo.


Tenemos la oportunidad de acometer los cambios que consoliden nuestra identidad industrial y emerger como sector productivo con el PIB que realmente nos corresponde. Estamos asistiendo a la transformación de otros sectores a través de ayudas públicas, pero muchas de esas ayudas no acaban de estar adaptadas a la mayoría de nuestras actividades orgánicas. Por eso, la brecha entre nuestra industria y las demás se puede ver claramente agravada, con la consiguiente pérdida de nuestra competitividad global. Llevamos demasiado tiempo esperando que venga alguien y nos solucione lo nuestro, pero nos toca protagonizar este guion y liderar. Siguiendo el mandato global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por ejemplo, en cuestiones como la igualdad, el medio ambiente, la inclusión social, el trabajo justo o la accesibilidad.

“Nos ha tocado posicionarnos contra una reforma laboral que pone en dificultades nuestras actividades por sus particularidades”

Asistimos a un momento de alta actividad; participamos en la elaboración de un nuevo marco normativo laboral con el estatuto del artista (estatuto del trabajador cultural). Nos ha tocado posicionarnos contra una reforma laboral que pone en dificultades nuestras actividades por sus particularidades. Por suerte, el proceso de negociación se ha puesto en marcha y parece que habrá ciertas excepciones laborales que aseguren nuestras especialidades.


No son los únicos cambios y adaptaciones normativas que necesitan de nuestra impronta permanente de seguimiento, aporte y tutela: la internacionalización es uno de los temas que hay que abordar de forma inminente, responsable y optimizada, con carácter inclusivo para todos los intervinientes públicos y privados. Urge la crear la Oficina de Internacionalización de la Música.

 “Proponemos la creación del Instituto de la Música, una estructura permanente ideada por el sector que nos englobe y coordine a todos”

También es necesaria la gestión de marca de nuestra música, la identificación real y la comunicación social a través de la reformulación de nuestra Academia de la Música, con nuestros Premios de la Música. Igualmente, dado que las competencias están traspasadas a las CCAA, a este sector le conviene trabajar en un plan de cohesión con mesas de trabajo permanente que ayuden a una estrategia global. Es fundamental elaborar un estudio para saber cuántos y quiénes somos, cuáles son nuestras actividades y sus procesos, cuáles son nuestros ámbitos de acción y qué tipo de relaciones mantenemos con nuestros entornos. Debe crearse un observatorio que nos permita trabajar con datos.


Proponemos la creación del Instituto de la Música, una estructura permanente ideada por el sector que nos englobe y coordine a todos. Una nueva entidad que gestione de forma público-privada todo lo que nos concierne, facilitando así nuestra visibilidad y el desarrollo sostenible de herramientas que esta industria necesita para ser fuerte y competitiva. El cine ha logrado un avance muy importante en las últimas décadas gracias a la existencia del ICAA, por ejemplo.


Se trata de una oportunidad muy sencilla: entender por fin que la música es un fenómeno cultural pero, además, una industria que genera valor. Y trabajar en consecuencia, invirtiendo medios, recursos y atención. No solamente recuperará este gremio lo que merece, sino que otros sectores resultarán beneficiados.

Firma invitada

Joaquín “Kin” Martínez Silva, nacido en Briallos (Pontevedra), es presidente de la Federación de la Música de España (Es_Música). Su trayectoria profesional va ligada a la agencia y productora EsmerArte, de la que es fundador y director. Es manager de artistas como Xoel López, Vetusta Morla o Carlos Sadness y promotor de festivales masivos como PortAmérica y O Son do Camiño. También hace producción audiovisual y representa a varios chefs con estrella Michelín.

Como gestor cultural, programador y desarrollador de proyectos, trabaja intensamente en España y Latinoamérica.

Fotografía

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Kin Martínez

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