PORTADA

NAO ALBET

& MARCEL BORRÀS

Ni tan enfants, ni tan terribles, representan el teatro hoy. ¿Cuál es la historia de Nao y Marcel?


POR BEGOÑA GARCÍA CARTERON

Nao Albet (Barcelona, 1990) y Marcel Borràs (Olot, 1989) son dramaturgos, directores y actores. Aseguran que se conocieron de niños en un crucero y unos cuantos años después, en 2021, recibieron el Max a la mejor dirección por su espectáculo Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach (Centro Dramático Nacional, 2021). Son héroes para una generación de teatreros. Podría decirse que son los Batman y Robin de nuestra escena, si no fuese porque ambos son Batman.


La pareja artística Nao y Marcel (o al revés) tiene a sus espaldas diez montajes de nueve obras diferentes y reconocimiento a nivel nacional. A ellos, sobre todo, les gusta divertir(se). Los califican como enfants terribles, autores de un “teatro gamberro”, aunque no se sienten cómodos con ninguno de esos argumentos. “Lo de enfants ya no nos toca, por edad, y lo de gamberro tiene que ver con transgredir alguna norma”, dicen, “y no creemos que transgredir esté en nuestro imaginario. Igual sí que hay una voluntad de acercar nuevas tendencias al teatro, pero justamente de traducirlas a un lenguaje que pueda ser comprensible para todos los públicos, con lo cual lo nuestro sería lo contrario a ser gamberros”.

“Somos una pareja bastante convencional y no tan alejada de las parejas sentimentales” (Nao Albet)

Nao y Marcel llevan tantos años trabajando juntos que a menudo se mimetizan y contestan al unísono, empieza uno la respuesta y la acaba el otro, sabiendo ambos lo que piensa su compañero y, cuando se contradicen, lo hacen con conocimiento de causa. No es de extrañar: el tándem se forjó en la primerísima adolescencia. “Somos una pareja bastante convencional y no tan alejada de las parejas sentimentales”, confiesa Nao. “Además, a menudo nuestros personajes están en crisis el uno con el otro, se odian y se necesitan al mismo tiempo, algo que se puede trasladar a la realidad”, completa Marcel. En escena, ciertamente, lo mismo se besan que se dan de hostias. Y es que la suya, sin duda, es una historia intensa.


¿Dónde y cuándo surgió la chispa entre Nao y Marcel? Su respuesta parece una broma inventada, una anécdota hilvanada a medida, aunque cierta. “Podríamos contar cada vez una historia diferente, aunque la realidad es que nos conocimos en un crucero por el Mediterráneo en el que coincidimos en un viaje con nuestros padres”. Y allí, con tan solo trece o catorce años y después de hacer un taller de interpretación con un payaso, nació el germen de su primera obra. “Siete días en alta mar dan para mucho. Nos inspiró el número de cabaret que se representaba cada noche y, a partir de ahí, pensamos en hacer un show para entretener a nuestras familias”.


Con aquella experiencia bajo el brazo, un par de años después contactaron con Àlex Rigola, que en aquellos tiempos dirigía el Teatre Lliure de Barcelona y acababa de abrir convocatoria para un nuevo ciclo teatral denominado Radicals Lliure. Cabe decir que no picaban en puerta desconocida, porque el niño Nao ya había trabajado como actor bajo la dirección de Rigola en el montaje de Juli César (2003). Fuera como fuese, el director confió en ellos y les abrió las puertas del Lliure para que iniciasen su carrera como directores y dramaturgos a sus dieciséis años.

Influencias creativas

Tanto Nao como Marcel forjaron su trayectoria en el teatro de creación. Como actores coincidieron nuevamente, de forma casual, a las órdenes del director Roger Bernat. Otro golpe del destino, aseguran, como aquel que los juntase en alta mar. “Con Roger Bernat hicimos una obra titulada Tot és perfecte [2005], que se estrenó en el festival Citemor de Montemor-o-Velho, en Portugal. Estuvimos ensayando un mes, y éramos solo unos chavales. Allí estaban también Angélica Liddell y Rodrigo García haciendo cada uno un espectáculo”.


Aquella influencia, sin duda, marcó sus trayectorias por separado y en tándem. “Crecimos con la idea de que el teatro también se puede hacer desde la creación, desde las anécdotas que te pasan en la vida, desde un artículo que has leído y que se puede interpretar de muchas formas”, afirman. “Además, a los dos nos gusta un teatro que mezcle diferentes disciplinas, que tenga en cuenta la danza, el vídeo; que no sea un teatro solamente de texto. Y a los dos nos gusta actuar en un teatro más o menos convencional y dar vida a personajes convencionales con toda su estructura. La mezcla de todo eso es lo que acabamos haciendo”.

Lenguas inventadas

La primera obra creada por Albet y Borràs fue Straithen con Freighten (2007). Un título incomprensible, como tantos otros de los suyos, que tiene una razón de ser: “Venía por un monólogo que yo contaba de cuando era pequeño”, explica Nao. “Cantaba en inglés sin saber hablarlo, pero con todo mi morro, y era capaz de crear canciones para las chicas que me gustaban, donde hacía rimar verbos inventados como straithen con freighten, que rimaban de puta madre. Nos hacía tanta gracia esa parte del monólogo que se quedó como título”.


Por eso, quizá, sus obras son siempre políglotas. Pero no es la única razón. “También tiene que ver con la cultura que hemos mamado; las películas de Hollywood; todo el teatro que absorbimos cuando Rigola era director del Lliure, que traía espectáculos internacionales y veíamos, por ejemplo, a Ostermeier en alemán, a Castellucci en italiano… Y a veces también es una forma de explorar las capacidades de la verdad, ese tópico en que quizá no te ha acabado de gustar un actor, pero como hablaba en un idioma incomprensible, pues te lo has tragado”.


Por supuesto, ellos usan su teatro para hacer todo aquello que otros directores no les han permitido: “Un gánster americano hablando en inglés de California, un personaje africano que habla con acento de Gambia inventado…”. Es un reto actoral más: ponerse un idioma que no es el propio. De la misma forma que incorporan danza a sus espectáculos porque les gusta, aunque bailar no es, precisamente, lo suyo.


En Straithen con Freighten, además de ellos dos, actuaban también un grupo de adolescentes no profesionales, amigos del instituto, y una pareja de actores que hacían de padres a los que dirigieron como si ya fueran unos profesionales solventes. Funcionó bien, con éxito de público y crítica, y repitieron nueva temporada de Radicals Lliure con Guns, childs & videogames (2009).

Marcel y Nao en Democracia (o algo más molón) (2010)

Al poco fueron invitados a participar en Dictadura-Transició-Democràcia (2010), espectáculo en el que creadores de diferentes generaciones hablaban de la historia reciente de España. “Nosotros éramos los directores más jóvenes en ese momento, teníamos veinte años, y nos tocó hablar de la época en que habíamos nacido, lo que vivieron los jóvenes de 1989 o 1990. Ahí nos inventamos un mundo, lo situamos en el País Vasco y empezamos a experimentar con otras texturas que tenían que ver más con el drama, con emocionar y tocar al espectador, con crear unos personajes trágicos. Era algo nuevo y funcionó, y a partir de ahí vimos que nos podíamos nutrir de otros referentes y contar cosas más allá de nuestras vivencias adolescentes”. El resultado fue Democracia (o algo más molón), que les valió el Premio Butaca 2011 al mejor texto teatral y la nominación a mejor texto en catalán en los Premios Max.


Después vinieron HAMLE.T.3 (2011); La monja enterrada en vida (2012, atreviéndose a actualizar un texto de Jaume Piquet del siglo XIX); Los Esqueiters + (los pupilos) (2014);

Mammón (2015); y FALSESTUFF. La muerte de las musas (2018). En cuanto a Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach, tuvo dos estrenos: una primera versión en el Teatre Nacional de Catalunya (2013) y su exitosa revisión bajo la producción del CDN (2021), con Irene Escolar en un papel protagonista y hablando en ruso, que les valió el premio a la mejor dirección de escena en los Max 2021 y el aplauso de todo su gremio.

Premios Max 2021, Bilbao

Todos sus espectáculos tienen en común una especie de horroris vacui, un gusto por llenarlo todo de información y apelar a todos los sentidos a la vez. “Nuestras obras están en contacto con nuestra realidad de un tiempo hipercargado de todo; estamos en la época de la sobreinformación”, explica Nao. “Además”, añade Marcel, “el teatro que más nos interesa es el posdramático, donde el texto ya no es el centro, sino que las otras disciplinas pueden llegar a ser ese centro. Nuestros espectáculos están muy fundamentados en la música, la danza o el movimiento, el vídeo… No todo lo contamos con el texto, hay muchas otras herramientas que son igual de importantes”.


Su proceso de creación nace a partir de largas conversaciones, que pueden durar meses, hasta encontrar la estructura de la obra. Entonces empiezan a escribir, por separado y a cuatro manos, pensando siempre en la escena y a menudo interpretándola. “Cuando estamos creando ya estamos siendo espectadores el uno del otro, y cuando algo se queda es porque nos está emocionando o haciendo gracia. En realidad, el pacto creador-espectador se establece casi de una forma mágica en el proceso de creación”, explica Marcel. Suelen dejar partes de la obra abiertas, para trabajarlas con los intérpretes y enriquecerlas con lo que les ofrezcan. Y les gusta investigar, aprender y probar siempre cosas nuevas.

“Una de las cosas que están sobre la mesa es traer a nuestras madres a la función y morrearnos con ellas” (Marcel Borràs)

Nao y Marcel preparan ahora dos espectáculos, aunque no pueden desvelar gran cosa al respecto. Uno se podrá ver en Madrid en la temporada 2022-2023 y, siguiendo la fórmula de Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach, será la actualización y reinterpretación de uno de sus montajes anteriores. “No podemos decir cuál es, pero toca un tema suficientemente jugoso como para seguir investigando”. El otro, que se estrenará en Barcelona en la temporada 2023-2024, tratará sobre ellos mismos. “Es una especie de retrospectiva, como una antología de nuestra obra bajo una mirada irónica. Como va sobre el propio ego, tenemos la idea de tratar nuestra relación con nuestros progenitores y una de las cosas que están sobre la mesa es traer a nuestras madres a la función y morrearnos con ellas, aunque quizá no nos atrevamos. También queremos pedirles a Lluís Homar y a Josep Maria Pou que hagan de nosotros de mayores… Aunque no sabemos si les molará mucho el proyecto”.


A punto de graduarse en Estudios Literarios en la universidad (sí, también estudian juntos desde hace diez años), se plantean saltar al audiovisual en algún momento. “Ya adaptamos Mammón [2020] para HBO dentro del programa Escenario Cero, pero estaba anclada a la idea teatral. La experiencia fue muy grata y nos gustaría repetir, aunque ni en cine ni en televisión tienes la libertad absoluta que te da el teatro. En todo caso, si damos el salto será para hacer algo que realmente nos guste”.

MARCEL BORRÀS 

Nació en 1989 en Olot, la capital de la Garrotxa, una comarca frondosa de montaña en el norte de Girona. Allí se inició en el teatro y trabajó siendo tan solo un chaval con el videoartista Job Ramos; además, la programadora Tena Busquets vio en él algo especial y lo propuso para diferentes castings en Barcelona.


Desde entonces, su carrera se ha desarrollado en teatro, cine y televisión. Ha participado en series como Pulseras rojas (2011) o, más recientemente, Hache (2019) y Patria (2020). Este año será visto en El Inmortal, pendiente de estreno en Movistar+.


En los escenarios ha trabajado también en interesantes obras ajenas, como Hermanas (Carol López, 2008), que también fue llevada a la televisión; Rey Lear (adaptado y dirigido por Lluís Pasqual, 2015); o Incerta glòria (la novela de Joan Sales adaptada y dirigida por Àlex Rigola, 2015), posteriormente convertida en película.


También como actor, el 12 abril estrena en el Teatro de la Abadía de Madrid el espectáculo Extinción, de la Agrupación Señor Serrano, otra compañía radicalmente contemporánea con la que trabajará por primera vez. Además, es padre de dos niños pequeños y confiesa que compaginar la paternidad con su oficio no es nada fácil.

NAO ALBET

Barcelonés, nacido en 1990, subió por primera vez a un escenario en 2001 de la mano de Mario Gas en The Full Monty y, desde entonces, no ha parado de trabajar. En teatro se ha puesto a las órdenes de un gran número de directores; entre ellos, Carme Portaceli, Calixto Bieito, Josep Maria Pou o Àlex Rigola, con quien ha hecho diversos espectáculos. Con la compañía belga Needcompany estrenó Billy’s violence en el pasado festival Grec 2021 y sigue de gira por Europa.


En televisión se hizo popular gracias a la serie Ventdelplà (TV3, 2005) y comenzó su participación en Cuéntame cómo pasó (TVE) en 2010. Ahora se prepara para rodar la serie La Ruta (Atresplayer), sobre la Ruta del Bakalao. En cine ha trabajado con Ventura Pons (Forasteros, 2008); Vicente Molina Foix (El dios de la madera, 2010); o Javier Ruiz Caldera (Superlópez, 2018). También formó parte del reparto de El buen patrón (2021), de Fernando León de Aranoa.


Además, Albet es músico y compositor. Su faceta de creador de espacios sonoros ha sido especialmente celebrada en Incerta glòria (Àlex Rigola, 2015), que le valió una nominación al mejor espacio sonoro en los Premios Butaca 2015.

Firma invitada

Begoña García Carteron es escritora y periodista cultural. Ha publicado las novelas El barrio de la playa (Ediciones B, 2014), La montaña maldita (Ediciones B, 2016) y Putos 90's (Kindle, 2018) y también es autora de diversos títulos de no ficción. Colabora desde hace veinte años con revistas y publicaciones de viaje y cultura, como Sàpiens, Descobrir Catalunya, Time Out Barcelona o Entreacte, y es jefa de la redacción Branded Content de Time Out Spain.

Fotografías

Marta Pich (sesión)

Ros Ribas/Teatre Lliure (Democracia o algo más molón)

Enrique M. Esquivel (Premios Max 2021)

Enlaces

Nao Albet & Marcel Borràs

Nao Albet en Instagram

Marcel Borràs en Instagram

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PREMIOS SGAE DE AUTORÍA TEATRAL 2022

La Fundación SGAE ha convocado sus premios anuales para autores de teatro: XXXI Premio SGAE de Teatro ‘Jardiel Poncela’XXIII Premio SGAE de Teatro Infantil, IV Premio SGAE de Teatro escrito por mujeres ‘Ana Diosdado’ y XVI Certamen Internacional ‘Leopoldo Alas Mínguez’ para textos de temática LGTBIQA+. El plazo de inscripción de obras permanece abierto hasta el 13 de abril de 2022.


El objetivo de estos premios, con una dotación de 24.000 euros, es impulsar y apoyar la creación de nuevos textos dramáticos. Especialmente, de autores y autoras que vienen emergiendo con fuerza y enriquecen nuestro panorama teatral.