RADAR_
CRIPTOCULTURA
La moda de los NFT plantea la pregunta del millón:
¿Se puede vivir del token?
POR EMILIO R. CASCAJOSA
Alguien en alguna parte del mundo pagó hace meses 450.000 dólares por un NFT que le permitía ser el vecino virtual de Snoop Dogg en The Sandbox, un juego basado en tecnología blockchain. No tan sorprendente: la relación entre el rapero y lo cripto ya empezó a gestarse cuando anunció su intención de convertir Death Row Records (legendaria discográfica de 2Pac) en un sello tokenizado para operar en el metaverso.
Aquí surgen las primeras preguntas: ¿Qué son los tokens? ¿Tienen algo que ver con las criptomonedas? Según Vanessa Pombo, creativa de BBVA, “se puede considerar al token como el ladrillo básico que está detrás de todas las transacciones digitales, mientras que la criptomoneda es un token específicamente orientado a servir como medio de pago y reserva de valor”.
Así visto, en un mundo tan líquido como el cripto, pagar con moneda digital por una propiedad virtual podría antojarse de lo más hilarante. Pero este no es el primer caso que veremos reseñado en prensa. En marzo, por ejemplo, la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos también presentó una colección de NFT que ofrecían experiencias VIP para los Premios Grammy. Por otro lado, el festival Coachella vendió hace unos meses pases de por vida en NFT que sobrepasaron los 250.000 dólares en subasta. Incluso YouTube se ha abierto a esta nueva realidad porque, como apuntó hace poco su director de productos, Neal Mohan, “las nuevas tecnologías de la Web3 permitirán a los creadores construir relaciones más profundas con sus seguidores”.
“Aunque de un mismo cuadro de Van Gogh pueden existir muchas copias, solo hay una a la que podemos considerar original. Los NFT son lo mismo, pero en digital” (Marina Foncuberta)
Está claro que todas las miradas están puestas en la blockchain, una revolucionaria tecnología que elimina a los intermediarios descentralizando cualquier tipo de transacción. Con ella el control de los procesos lo tienen los propios usuarios, convirtiéndose estos en parte de una enorme red con millones de nodos, cada uno de los cuales es partícipe y gestor de cualquier decisión. Y es ahí donde precisamente se hacen fuertes los NFT como aceleradores del coleccionismo fanático.
Al acto de digitalizar en blockchain se le llama tokenización, y la digitalización del dinero supone la emisión de tokens criptográficos que representan un valor fungible, algo que se gasta y que conocemos como criptomoneda. Pero existe una revolución más allá de todo esto y responde a ese acrónimo cada vez más en boca de todos. Apúntenlo en rojo: NFT, una tecnología que ofrece a los creadores la posibilidad de construir modelos alternativos al capitalismo de plataforma y a la precarización cultural. “Aunque blockchain nació para dar vida a Bitcoin como sistema financiero, tenemos un nuevo boom en el mundo cripto y no me refiero a la salida a bolsa de la plataforma Coinbase. Hablo concretamente de los NFT”, comenta Marina Foncuberta, abogada en ATH21 y especialista en ciberseguridad y derecho digital.
Pero ¿a qué nos referimos cuando mencionamos estas siglas? En el fondo, todo es mucho más sencillo de lo que parece. Foncuberta lo explica: “NFT es el acrónimo en inglés de Token No Fungible. Son activos digitales y su valor reside en el carácter no fungible, lo que implica que no hay dos NFT iguales, cada activo es único. Si un token es fungible, entonces puede intercambiarse libremente con otro token de la misma denominación. Las criptomonedas son tokens fungibles, por ejemplo. El mejor ejemplo para explicarlo en la vida real sería tomar un billete de dólar. El billete que tengo en mi bolsillo valdría exactamente lo mismo que el que tú tienes en tu cartera, son fungibles. No obstante, aunque de un mismo cuadro de Van Gogh pueden existir muchas copias, solo hay una a la que podemos considerar original. Los NFT son lo mismo, pero en digital. Y lo que acredita la autenticidad del NFT es un contrato inteligente validado en la red blockchain”.
VIVIR DEL TOKEN
¿Se puede o no se puede? Entrevistamos a Héctor Giner (CEO del estudio de productos digitales Z1), Cristian Larrosa (responsable de Larrosa Music Group, consultora especializada en financiación y nuevas tecnologías aplicadas a la industria musical), Marina Foncuberta (abogada en ATH21, firma encargada de dar servicios legales integrales especializados en cripto y blockchain) y a los criptoartistas Pequelord y PJ Saavedra.
NFT puede ser una vagina o un pase VIP
Repasemos la historia reciente: en marzo de 2021, Kings Of Leon sacaron a subasta una colección de NFT como parte del paquete promocional de su último álbum, When you see yourself (2021). Los fans de la banda de Nashville enloquecieron con aquella oferta en el mercado digital OpenSea y la venta es catalogada hoy por hoy como histórica: más de dos millones de dólares. Kings of Leon fueron los primeros músicos en utilizar la red de Ethereum para lanzar la tokenización de un disco.
Un NFT podría ser una imagen en jpg, una canción en mp3, una entrada para asistir a un festival con privilegios de por vida o un vídeo tokenizado en exclusiva por fulano para uso y disfrute de quien lo compre. Una de las principales ventajas de los NFT es que los artistas obtienen con ellos el reconocimiento y dinero que merecen sin necesitar la ayuda de muchos intermediarios ni tener que exponer la obra físicamente. Porque todo lo valida una red descentralizada mediante contratos digitales imposibles de manipular. En esencia, como apunta Foncuberta, “se devuelve al artista la soberanía de su obra”. En este sentido han surgido plataformas como MakersPlace, OpenSea o Gateways que hacen de intermediarios sin cobrar comisiones altas, lo cual ha favorecido durante los últimos meses el crecimiento de artistas que están comenzando. Y aunque la reciente caída de las criptomonedas ha detonado la desconfianza sobre estos activos digitales (hasta Bill Gates ha bromeado sobre el valor real de los tokens no fungibles), la realidad es que Madonna no ha dudado un segundo en lanzar tres vídeos NFT basados en su vagina.
“Blockchain es una tecnología que podría ser tan importante como la democracia o la mismísima relojería” (Cristian Larrosa)
Cristian Larrosa es CEO de Larrosa Music Group, una consultora especializada en financiación y nuevas tecnologías aplicadas a la industria musical que se estableció durante el inicio de la pandemia. Para este joven emprendedor, el futuro de la cultura está en la tokenización digital de las obras. “Hay muchos sectores e industrias que pueden beneficiarse de esto, pero lo cierto que el sector cultural y el audiovisual son los que más partido podrían sacarle”, comenta el responsable de Rose Records, sello con el que se agenció un Latin Grammy gracias al disco Terra (2020), de Daniel Minimalia, lanzado en formato NFT. “De esa forma podríamos empezar a ver la utilidad real mas allá de la especulación que la difusión masiva ha generado en este sector. Blockchain es mucho más que eso. Como diría uno de mis maestros, es una tecnología institucional que podría ser tan importante como la democracia o la mismísima relojería”.
Sean cuales sean los derroteros que tome el mercado de lo cripto en los siguientes años, la historia sugiere que las principales monedas digitales no se mantendrán abajo para siempre y que hablamos de una tecnología disruptiva que acabará transformando irremediablemente la manera en la que se relacionarán los creadores y sus fans. “¿Qué es lo que representa un valor subyacente en el mundo del arte hoy?”, se pregunta Cristian Larrosa. “Claramente un certificado, una declaración o un contrato que indique la propiedad sobre una determinada obra. Si eso lo digitalizásemos sin más, lo tendríamos en internet en un archivo PDF que podríamos borrar, copiar o editar, alojado en servidores controlados por empresas centralizadas que podrían caerse justo en el momento en que más lo necesitas. Pero si esa obra de arte la tokenizamos utilizando una infraestructura indeleble e inmutable como blockchain, se quedará ahí para siempre”. Y es que, como dijo alguien recientemente para referirse a esta nueva era digital que nos plantea la denominada Web3: “No confíes, certifica”.
Ilustración
Miguel Sueiro / Basetis
Fotografías
Marina Foncuberta por cortesía de ATH21
Cristian Larrosa por Primero Izquierdo
Vídeo
Grabación: Neil Graham/Z1, Cristian Larrosa, Marina Foncuberta, Ramón Sánchez, PJ Saavedra
Edición: Abel Cabrerizo/Basetis
Enlaces
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
PODCAST: ‘CREANDO EN TIEMPOS DEL COVID’
Desde el estallido de la pandemia y hasta hoy, la Fundación SGAE ha venido celebrando una serie de encuentros digitales con personas relevantes para la creación y el tejido cultural en España. Algunas de las charlas más interesantes están aquí, en este almacén de podcasts. ¡Échale una oreja!