“Cuanto más verdaderos sean los hechos, mejor será la ficción”, decía Virginia Woolf. Y parece que esta máxima la tengan grabada a fuego muchas de las jóvenes directoras del actual panorama cinematográfico español; entre ellas, Clara Roquet (Vic, 1988). Su primer largometraje, Libertad, que se estrenó en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2021, recibió los premios Goya a la Mejor Dirección Novel y a la Mejor Actriz de Reparto (Nora Navas). También se alzó en los Gaudí 2022 con los premios a la Mejor Película en Lengua No Catalana, Guion, Fotografía y Protagonista (Maria Morera). “Los reconocimientos me sirven para seguir trabajando. La exposición en los medios hace que la película la vea más gente y así puedo seguir haciendo más cosas”.

Graduada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pompeu Fabra y Máster de Cine en la Universidad de Columbia (Nueva York), Roquet lleva tiempo escribiendo historias. Por ejemplo, con Carlos Marqués-Marcet creó textos como 10.000 km (2014), por el que recibió la Biznaga de Plata a Mejor Guionista Novel y el Premio Gaudí a Mejor Guion. También ha colaborado con Jaime Rosales, Ventura Durall o Antonio Méndez Esparza. “Desde muy pequeña siempre quise ser escritora”, confiesa Roquet. “Me gustaba mucho leer y escribir. Después descubrí que me entusiasmaba el cine y de repente decidí que quería dedicarme a ello. De este modo podía juntar las dos cosas que más me gustaban, porque había personas que escribían guiones para películas. Así pude dedicarme al cine y a escribir al mismo tiempo”.

Su primer proyecto como directora no tardó mucho en ver la luz. Fue el cortometraje El adiós (2015), ganador de la Espiga de Oro en la Seminci, nominado a los European Film Awards y ganador del Gaudí en 2016. El segundo, Les bones nenes (2017), recibió el premio Movistar + Proyecto en Corto y la Mención Especial al Mejor Cortometraje Iberoamericano en el Festival Internacional de Guadalajara, entre otros galardones.

A pesar de que la industria cinematográfica española sigue dominada por hombres, los premios y festivales nacionales e internacionales están reconociendo más que nunca el talento femenino. Por ejemplo, los cinco últimos Goya a la Dirección Novel han sido para mujeres: Carla Simón, Arantxa Echevarría, Belén Funes, Pilar Palomero y la mismísima Clara Roquet. “Somos muchas y además somos amigas y nos ayudamos las unas a las otras”, comenta la catalana. “Nos apoyamos bastante. Tenemos un grupo de WhatsApp y siempre nos intercambiamos los guiones y nos damos feedback del montaje”.

Roquet, que evidentemente proviene del trabajo de autor, cree en un cine comercial con otro tipo de espíritu, más personal y comprometido. “El fenómeno Alcarràs [Carla Simón, 2022] es una de las mejores cosas que han pasado nunca en el cine catalán. Es una maravilla absoluta. Considero una muy buena noticia para la industria que se demuestre cómo un cine más personal, de autor, en catalán y con intérpretes no profesionales puede llegar a convertirse en un éxito de taquilla. Me gustaría pensar que el Oso de Oro será un punto de inflexión para reclamar esa mayor inversión de presupuestos que tanto necesitamos”.

Libertad, de Clara Roquet: un guion sutil y una perfecta dirección de actrices

El germen de Libertad, o su salto al largo, surgió del proceso de casting de su primer corto, en el que una criada boliviana intentaba honrar los últimos deseos de la difunta señora de la casa. Entrevistando a cuidadoras latinoamericanas que habían dejado a sus hijos en sus países de origen, la realizadora pudo comprobar que había material para hacer una película que, además, le resultaba muy cercana. El adiós sería, por lo tanto, como una mini precuela de Libertad, el relato de amistad de dos adolescentes de orígenes muy diferentes. “Me resulta mucho más fácil, natural y cómodo tratar cosas personales y próximas porque, si conozco muy bien de lo que hablo, siento que escribo mejor y el resultado es más real. He tenido privilegios y estos no están tan explorados en el cine. Me parece igual de interesante ser crítica con el sistema desde los privilegios que desde la falta de ellos”.

Y de privilegios también habla Costa Brava, Líbano (2021), la ópera prima de la directora libanesa Mounia Akl, con la que Roquet ha trabajado mano a mano en la escritura del guion. La película, una reflexión sobre el núcleo familiar, así como una mirada al medioambiente y a la fricción entre la naturaleza y la ciudad, tuvo su estreno en la pasada edición del Festival de Venecia, fue galardonada con el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Sevilla y se presentó en último D’A Film Festival Barcelona. “A Mounia la conocí en la Universidad de Columbia y allí nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común y que veíamos el mundo de manera muy parecida. El origen del film fue el corto Submarine (2016), que hicimos juntas”.

En sus perfiles en redes sociales, Clara se autodefine como guionista y directora ocasional. Después de rodar Libertad, asegura que todavía se siente más guionista que directora. Pero, ¿para qué escoger? La autora adelanta que “ahora mismo estoy con mi próximo proyecto de largometraje, que tengo muchas ganas de escribir y dirigir, y estoy a punto de dirigir una serie. De la serie no puedo avanzar casi nada; solo que está producida por José Manuel Lorenzo y que es para una plataforma, pinta muy bien y tiene un muy buen casting. El largometraje va sobre el mundo de los caballos: mi padre criaba caballos y me apetecía mucho adentrarme en esta historia, que se situará entre Argentina y España. Tiene un punto de género que creo que será muy diferente de Libertad y muy interesante”.