EN EL FOCO
NATALIA LACUNZA
“Ya no hace falta poner la etiqueta de indie o popular, porque las dos cosas se están fusionando”
POR TITO LESENDE
La vida es frenesí para Natalia Lacunza (Pamplona, 1999). Recién publicado su primer disco largo, TQSPW (Tiene que ser para mí), lo ha defendido en una intensa gira de festivales que ahora se traslada al circuito de salas.
Lacunza está relacionada con la música desde niña, pero el programa televisivo OT la llevó a la dimensión profesional en 2018. Desde entonces ha venido diseñando su propuesta artística con mucho cuidado, para no acabar triturada por la máquina. “No ha sido un camino de rosas”, dice ella, “pero el resultado ha sido muy satisfactorio. Llevo muy poco haciendo esto: solo tres años. Y siento que he necesitado todo este tiempo para ser capaz de hacer un álbum con una narrativa cerrada en cuanto a temática, línea musical, arreglos, producción, composición, letras…”.
En el proceso, la autora tuvo que pelear contra “miedos y atascos”. Natalia lleva muy arriba el filtro de la autoexigencia y cuestiona los resortes de la popularidad, en general. Pero puede estar tranquila: TQSPM le ha quedado personal, a ratos confesional, con una producción actual y muy de petarlo.
Consolidada como valor del nuevo pop español, Natalia es también referente de una generación fluida en lo sexual, en lo artístico y en general. Ahora comienza su gira de otoño, pero quiere darse un respiro después y “vivir cosas para luego poder escribir otro disco”. Un secreto: está maquetando ya nuevas canciones.
En esta entrevista nos acercamos un poco más a Natalia Lacunza (y, si quieres escuchar la charla íntegra, pulsa play al final de la página).
TQSPM es tu primer disco largo. ¿De qué habla este repertorio?
Es la búsqueda de la seguridad, la dignidad y la identidad de uno mismo. Refleja ese momento de la vida en el que empiezas a darte cuenta de que eres una persona adulta y te enfrentas a un montón de situaciones por primera vez. De repente, tener una vida económicamente independiente. O un trabajo que conlleva responsabilidad. O chocarte con situaciones nuevas tú sola, siendo joven, que no siempre es fácil. El disco habla de todo eso y la producción crea una especie de carretera sonora con muchas emociones distintas.
Desde tu estallido en OT en 2018, ¿sientes que la vida ha sucedido demasiado deprisa?
Creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar. En algunos momentos he pensado que soy demasiado joven o demasiado inexperta para afrontar esto de la manera correcta. Pero, por otro lado, siento que soy una persona que se adapta rápidamente, que aprende y que tira para delante. Estoy haciendo lo que más me gusta del mundo, y eso compensa todo lo que parece demasiado grande o ingestionable.
¿En qué momento supiste que la música podía ser tu profesión?
Creo que lo supe desde bastante pequeña. Cantaba muchísimo en mi casa, escuchaba discos de mi madre: cantautoras, divas del jazz y del soul… Luego pasé a descubrir a Britney Spears, Lady Gaga y Beyoncé. Siempre que veía a chicas haciendo una performance, cantando y llevando su proyecto adelante, me quedaba mucho tiempo pillada, deseando estar al frente de algo así en mi vida. Yo llevaba trabajando en producciones musicales desde los 8 años y, poco a poco, fui dándome cuenta de que lo que más me llenaba del mundo, de mi vida, eran las cosas extraescolares que tenían que ver con la música, con el baile, en general con las artes escénicas. Y ha ido surgiendo de manera natural. Muchas veces lo pienso: para tener 23 años, muy lejos he llegado ya, teniendo este sueño desde tan pequeñita.
¿De dónde salen las canciones? ¿Hay que sentarse y coger un lápiz? ¿Cómo te pasa a ti?
Cada vez pasa de una manera diferente. Escribo un montón, todos los días, en las notas del móvil. Es como si mi cerebro nunca estuviera desconectado de esa parte. Y es algo que me gusta, porque llevo años intentando entrenar mi rama de compositora. Forzándome a escribir, a componer. Imagino que eso ha hecho un poco de gimnasia mental en mí, y ahora me sale de manera más fácil o instantánea. Pero realmente no elijo los momentos, sino que ellos vienen a mí.
El proceso de composición puede ser una catarsis también. ¿A ti ha llegado a dolerte una canción?
¡Hombre, claro, madre mía! De hecho, ahora ya no tanto, pero inicialmente mi manera de componer era una forma de salvamiento, de desahogo: esto que me está poniendo muy triste, voy a escribirlo para ver si luego lo veo mejor y más claro desde lejos. Ha sido así muchas veces y hay canciones que me duelen un montón.
¿Te gusta formarte para crecer en el aspecto creativo o eres más bien punki?
Hasta el momento estoy siendo bastante punki. Sí que es verdad que tengo nociones musicales. He hecho lenguaje musical un montón de años, he tocado el piano, toco la guitarra… Pero, realmente, cuando más he aprendido es cuando más instintiva he sido. Ahora estoy aprendiendo a tocar la guitarra mucho mejor. También a base de práctica, pero voy mejorando y estoy muy contenta con esa parte. Y aprendo escuchando muchísima música, fijándome, desmembrando a las diferentes artistas que me gustan. Pero tengo en la mente formarme de un modo serio. ¡Todavía no me ha dado la vida para hacerlo!
En el pop español florece una generación a la que pertenecen, por ejemplo, Cupido, Carolina Durante, Trashi, Sen Senra o Amaia. ¿Te ves ahí?
Sí, me siento ahí, sinceramente. Creo que la propuesta del nuevo pop de los últimos años me gusta mucho. Y es gente con la que, además, comparto tiempo, oficina, sitios y personas en común.
Esta generación parece respirar con la misma naturalidad en un programa masivo de la tele o en el circuito alternativo. ¿Es así?
Lo noto totalmente así. Internet ha cambiado las reglas del juego y ahora hay más acceso a muchos tipos de música y mucha gente apreciando mezclas que antes no se apreciaban. Y se está rompiendo la barrera del mainstream. Rigoberta Bandini es una tía que hace electropop y ha vendido un WiZink entero, cuando antes se esperaba eso de Dani Martín o de Manuel Carrasco, que son propuestas muy distintas. En realidad, ya no hace falta ni ponerle la etiqueta de indie o popular, porque las dos cosas se están fusionando, como en todo este caldo de cultivo que hay en el nuevo pop. Y creo que es muy interesante que ocurra.
Vamos tumbando prejuicios, pero hay caminos que todavía estamos asfaltando. Por ejemplo, cuando tú dices que si te gustan las chicas, que si también los chicos, todavía hay una parte del público que resetea y te valora de otra manera, ¿no?
Totalmente. Es cien por cien así. Creo que lo que hace falta es, a la gente que le parece una molestia escuchar ese tipo de cosas, pues repetírselo hasta que ya le parezca normal y no le llame la atención, ¿sabes? Decirles: mira, este colectivo existe, ha existido siempre, pero ahora más que nunca y te tienes que acostumbrar a que esto forma parte de la sociedad. Y, si no quieres aceptarlo, estás discriminando y entonces el problema es tuyo. Pero creo que estamos haciendo muchos avances, sobre todo, en visibilidad. Ahora hay personajes públicos que son abiertamente del colectivo y hay una normalización, un poco a la fuerza, que está dando sus frutos. Pero también es verdad que sigue habiendo intolerancia y nos seguimos encontrando con momentos de rabia: si hago mención a una mujer en una canción mía, de repente este señor que viene a verme ya sale cruzado del concierto y dice, buf, no me gusta esta, que es una liberal.
¿Tienes un horizonte planificado? ¿Por dónde o hasta dónde te gustaría crecer?
Me gustaría crecer por donde la vida me lleve. Las cosas que me hacen feliz son las más básicas y normales. No tengo delirio de grandeza, como diría Rosalía. Mi ambición no es ser famosa o ser un referente; de hecho, todo ese tema lo llevo un poco raro. Yo quiero poder dedicarme a lo que me gusta. Si tengo que crecer, creceré hasta donde sea. Pero mi meta real es ser siempre muy honesta con lo que estoy haciendo. No es un lugar al que quiera llegar, sino una sensación, ¿sabes? De paz, de tranquilidad y también de satisfacción, porque siempre voy a querer trabajar para llegar a un sitio mejor, pero no para llegar a más gente, sino para que mi producto sea cada vez más sólido y más rico.
CONCIERTOS
La gira de Natalia Lacunza pasará cerca de tu casa este otoño. Aquí compartimos algunas fechas por si te inspiran:
Valencia (Truenorayo Fest, 24 septiembre), La Manga (Hermosa Fest, 14 octubre), Zaragoza (Oasis, 11 noviembre), Granada (Industrial Copera, 25 noviembre), Almería (Berlín Social Club, 26 noviembre), A Coruña (Inn Club, 2 diciembre), Gijón (Albéniz, 3 diciembre), Madrid (Ochoymedio, 15 diciembre) y Alicante (The One, 16 diciembre).
ENTREVISTA ÍNTEGRA
Escucha aquí toda la conversación con Natalia Lacunza (23 minutos).
Fotografías
Aitor Laspiur
Enlaces
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
CANCIÓN DE AUTOR ‘ATEMPORAL’
El cantautor Andrés Suárez es el comisario de una nueva edición del ciclo Canción de autor en Madrid: los días 16 y 17 de septiembre, nuestra Sala Berlanga acogerá conciertos de María de la Flor, Cristina Rubio, Íñigo Merino y Gladston Galliza. En su programación, presentada bajo el título Atemporal, Suárez ofrece propuestas con vocación humana, universal y, por tanto, sin fecha de caducidad.
¿Te apetece pasarte? Aquí tienes la información