PORTADA

FILMAR CERCA, LLEGAR LEJOS

La mirada glocal  de Neus Ballús, Paula Cons, Samu Fuentes, Silvia Moreno, Ignacio Nacho, Maider Oleaga y David Pantaleón

POR RUBÉN ROMERO SANTOS

Una familia de cultivadores de melocotones se ve forzada a abandonar sus tierras por culpa de la instalación de paneles solares. Podría ser la noticia de un diario “de provincias”, pero la historia de Alcarràs (Carla Simón, 2022) ha supuesto el primer Oso de Oro para una producción española desde que Mario Camus lo obtuviera en 1983 con La colmena. No es una flor en el desierto. Simón es solo la punta de lanza de una generación que está redibujando el cine español con historias cotidianas de ayer y de hoy que triunfan en todo el mundo. Pastores canarios, fontaneros catalanes, tramperos asturianos, chirigoteras gaditanas… Un aluvión de historias con acento local inunda las pantallas y los festivales.

“¿Dónde no hay leche? ¿Dónde no hay queso? ¿Dónde no hay cabras?”

Dos turistas de cierta edad, con ese inefable tono de piel de helado de nata y fresa, juegan a las palas en una idílica playa de Fuerteventura. De pronto irrumpen en la escena sendos pastores que atraviesan el plano conduciendo un rebaño de cabras. La sorpresa del espectador es mayúscula, pues rara vez ve en pantalla las dos realidades de la isla de manera tan gráfica como nos la ofrece el cineasta canario David Pantaleón (Valleseco, 1978). Tras varios cortos reinterpretando la iconografía católica, este autor se ha lanzado al largo con la exitosa Rendir los machos (2021), una historia cainita en la que dos hermanos deben entregar unos chivos para obtener una herencia. “El mundo de la cabra y el queso es la segunda economía de la isla de Fuerventura”, cuenta Pantaleón. “Es otro modo de vida interesantísimo, alejado de la postal y con un componente universal, porque, ¿dónde no hay leche? ¿Dónde no hay queso? ¿Dónde no hay cabras?”.



David Pantaleón (dcha.) en acción

La intención de este cineasta era mostrar esa realidad que no ven los adictos al chiringuito, el windsurf o el bronceador. “En un lugar tan sesgado a nivel económico y productivo como lo es Canarias, y como lo es España, donde se vive del turismo, hay una manera de mostramos al exterior que no deja de ser propaganda con todas sus letras. La propaganda es tan tocha que nos olvidamos de que existen micromundos y realidades alejadas de los folletos turísticos”, resume.


David Pantaleón es solo uno de los miembros de la pujante cinematografía canaria, en la que también deberíamos incluir autores como Víctor Moreno (Edificio España, 2012; La ciudad oculta, 2018), Théo Court (Blanco en blanco, 2019) o Samuel M. Delgado (Eles transportan a norte, 2021). En su opinión, el éxito de lo local responde a “un cambio de paradigma. El objetivo de nuestra carrera ya no es rodar en Hollywood. Queremos hacer películas desde el lugar que habitamos”. Su odisea caprina se ha hecho con unos cuantos premios: Mejor Dirección en el 18º Festival de Cine Europeo de Sevilla; Mejor Film Nacional en L’Alternativa; y Mejor Película Canaria en el Festival de Las Palmas.


Pantaleón defiende que “todas las historias están contadas ya desde los griegos. Lo único que podemos hacer es jugar con la forma”. Es una idea que suscribe la catalana Neus Ballús: “Lo que cambia es la materia prima que usas para contar una historia universal”. El segundo largometraje de esta, Sis dies corrents/Seis días corrientes (2022) también está ambientado, como su debut La plaga (2013), en la población de Mollet del Vallès que la vio nacer en 1980. En esta localidad próxima a Barcelona, Ballús, con una dilatada experiencia en la televisión local, construye su particular aldea global: “Estamos en un momento en el que se produce mucho, pero muchas cosas muy parecidas y lo local es un valor que llama la atención”.



Neus Ballús de rodaje

En 6 dies corrents, híbrido de ficción y documental, una empresa de fontanería tiene una semana para poner a prueba a un nuevo trabajador de origen magrebí. Del choque cultural e intergeneracional surge la comedia costumbrista. “Al final la película habla de algo muy universal, que son los prejuicios. Se habla de la clase trabajadora y cómo el contexto obliga a las personas a convivir más que en la esfera cultural o intelectual. Son situaciones muy cotidianas: la gente se siente reflejada con los conflictos que se producen”, explica. Su recorrido por festivales le ha procurado al filme los galardones de Mejor Dirección en BAFICI; Espiga de Plata y Premio del Público en la Seminci; y Premio Europa Cinemas Label y Mejor Actor en el Festival de Locarno.


A lo local le añade Ballús el elemento de género, pues le interesaba adentrarse como mujer en un mundo tan masculino como es el de la construcción. Esa mirada es la que movió también a Silvia Moreno, una gaditana que se define “poco carnavalera”, a plasmar cómo viven sus paisanas la festividad más importante de la Tacita de Plata en el documental Callejeras (2021). “Lo que me interesa es el carnaval como excusa, como un punto de partida para hablar de la conquista de una serie de cosas que se habían negado a las mujeres, desde el espacio público hasta el simple hecho de divertirse, emborracharse o hablar mal”.

Silvia Moreno grabando en Cádiz

Su película, que obtuvo la Biznaga de Plata del Festival de Málaga en su última edición, tiene mucho de pedagógico, pues explica la naturaleza de una expresión cultural única en el mundo, pero su mensaje viaja lejos: “El primer visionado lo hice con amigos sevillanos, franceses, colombianos y estadounidenses. Y a cada uno le llegaban capas de comprensión diferentes. Al final, es una historia local que enlaza con cuestiones universales, como los derechos de las mujeres, los techos de cristal, la educación de género que reciben…”.

Un western vasco, una Galicia universal y más

Los autores glocales no viajan a Hollywood, pero siempre pueden traérselo a sus filmes. Maider Oleaga (Bilbao, 1976), por ejemplo, ha decidido marcarse un docuwestern sobre la primera película del oeste rodada en el País Vasco. Tras filmar Paso al límite/Muga deitzen da pausoa (2018), en el que contaba la vida de una profesora clandestina de euskera durante el franquismo, una visita al balneario alavés de Kuartango puso a esta autora sobre la pista de dos intrépidos creadores. En 2014, Oier Martínez de Santos y José Luis Murga, fanáticos de Sergio Leone con nulos conocimientos e infinita pasión, decidieron rodar Algo más que morir. Oleaga retrata esa experiencia en Kuartk Valley (2021), una historia sobre el poder de la ficción y de la comunidad, que se hizo con dos premios en el Festival de San Sebastián (Premio Irizar y Mejor Guion de Producción Vasca).

Rodaje con Maider Oleaga

“Quería contar no solo que se había hecho un western en Kuartango”, explica, “sino cómo se había hecho: gracias a la fuerza de la colectividad. Creo que es un mensaje muy potente y necesario ahora que estamos en el lado opuesto, y domina una idea como es el individualismo, tan estadounidense como el western”. Si en las películas de vaqueros hollywoodienses “el paisaje es fundamental”, también lo es el terruño en el vascowestern: “Es un cine que apela a nuestros abuelos, que vivían de otra manera, más apegados a la tierra, y se ven muy reflejados en esa historia”.


Samu Fuentes (Noreña, 1972) también ha rodado una del oeste muy lejos de la frontera del río Pecos. La tituló Bajo la piel de lobo (2017) y su génesis estaba más cerca de lo que creía: “La historia surge cuando hago montañismo en Asturias con unos amigos y llegamos a una aldea abandonada. Uno de los compañeros me contó la historia de Martiñón”.

Samu Fuentes (izq.) trabajando con Mario Casas

El actor Mario Casas fue el encargado de poner rostro a este trampero y alimañero de principios del siglo XX, que vivía aislado en unos picos de los que solo bajaba una vez al año para hacer tratos comerciales y obtener víveres. “En la película no hay nombres ni de personajes ni de pueblos, porque me interesaba que se pudiera entender en cualquier lugar del mundo. En Asturias, Alaska o Rusia, la manera de poner los cepos o tratar las pieles es parecida, pero quisimos cuidar mucho el valor antropológico con material proveniente de museos asturianos y oscenses”.


Fuentes participó con su película en el Festival de Miami y Paula Cons (A Coruña, 1976) hizo lo propio con La isla de las mentiras (2020) en un lugar aún más exótico: el Festival Internacional de Cine de Shanghái. “Creo que les gustó por el respeto por la tradición”, resume Cons. Su testimonio es el de una lucha creativa por galleguizar (o no) el filme: “Me interesa mucho el tema antropológico, los modos de vida y cómo los paisajes influyen en los físicos y en las maneras de comportarse. Me he dado cuenta de que, cuanto más local sea la historia y más potente sea el universo que creas, mejor triunfará fuera”.

Paula Cons dirigiendo el rodaje

Al final, fue la película más vista en la plataforma Filmin el fin de semana de su estreno (además de obtener cinco premios Mestre Mateo). Esto confirma la buena salud del cine gallego, pues a Cons habría que sumarle una amplia nómina de colegas: Oliver Laxe, Lois Patiño, Eloy Enciso, Diana Toucedo, Helena Girón… El secreto de su vitalidad está, según Cons, en la propia Galicia. “He nacido en una tierra apasionante y creo que, si la comprendo, comprenderé muchas otras tierras. Aquí han pasado muchísimas cosas interesantes que explican conflictos a nivel general e internacional. Por ejemplo, el tema del wolframio y la Segunda Guerra Mundial en Galicia, que fue la base de mi documental La batalla desconocida [2017]. Con un tema pequeño estás explicando muchísimo sobre el papel internacional de España en nuestra postguerra y en la Segunda Guerra Mundial”.


El caso de Ignacio Nacho (Málaga, 1972) se presta a matices. Su cine se basa en historias que acontecen en espacios claustrofóbicos con escasos personajes, como en el caso de la reciente Isósceles (2022), que transcurre en la barriada de Olías de su Málaga natal: “Olías era la opción más cómoda y asequible porque encajaba con las características del personaje principal. En un primer momento pensé en ubicar la urbanización en una casa más sofisticada, pero de pronto me di cuenta de que el personaje también podía encajar en un cortijo en medio de ninguna parte”. Sus guiones podrían ocurrir “en Londres o Nueva York”, si contara con el presupuesto adecuado. Eso sí: “Si hubiera rodado en Manchester habría elegido a los mismos actores y al mismo equipo técnico que, casualmente, son casi todos de Málaga”.

Ignacio Nacho en Solsticio

Nuevos ‘glocalismos’ en proceso


El boom de lo local no parece desfallecer. De hecho, para casi todos los entrevistados en este reportaje se ha convertido en adictivo, embarcados como están en proyectos que mantienen esa premisa. Algunos, incluso, han encontrado la inspiración en la preparación de sus obras. En el caso de Samu Fuentes, por ejemplo, el rodaje de Bajo la piel de lobo le puso en contacto con dos pastores sobre los que ha decidido rodar un documental que se encuentra en la fase final de postproducción: “Me encantó su manera de vivir y la alegría de dos personas que viven solos 11 meses al año. Pensé que era necesario reflejar ese pastoreo extensivo que se extingue”.


Nacho se encuentra en el proceso de adaptar Isósceles para las tablas, algo que ya hizo con su anterior filme, El intercambio (2017), “que estuvo en cartel dos años interpretada por Gabino Diego”. Oleaga no ha conseguido quitarse a sus vaqueros vascos de la cabeza, y reconoce que su nuevo guion tiene trazas de western. Moreno, por su parte, trabaja en un proyecto sobre el rodaje de El imperio del sol (1987) de Steven Spielberg en la localidad de Trebujena. Cons trabaja en una serie basada en hechos reales (y gallegos, por supuesto) para televisión. Ballús ha recuperado su faceta de cortometrajista en Blow, “protagonizado por personajes reales y que retrata el día a día de unos voluntarios que estudian las ballenas en el Mediterráneo”, actualmente en posproducción. Por último, Pantaleón cogió el barco para captar un acontecimiento único, como ha sido la erupción del volcán de La Palma, junto a José Víctor Fuentes (director del Festivalito). En todos estos nuevos proyectos, como en los anteriores, se filma cerca para viajar lejos.


Firma invitada

Rubén Romero Santos es periodista cultural y profesor universitario. Durante las últimas dos décadas ha sido firma habitual en revistas como Cinemanía, Rolling Stone o Icon y diarios como Público o El Español. Ha publicado los estudios El detective mutante. Las adaptaciones cinematográficas y televisivas de Pepe Carvalho (Peter Lang, 2021) y Barcelona en 12 películas (GRIMH, 2022). Compagina su labor periodística con la docencia en la Universidad Carlos III de Madrid, donde imparte clases de Comunicación Audiovisual.

Fotografías

Neus Ballús por Lab Creative Studio

Paula Cons por Alberto Grifón

Samu Fuentes por Álvaro Fuente

Silvia Moreno por Carmen Hinojosa

Ignacio Nacho por Alfreso López

Maider Oleaga por Omar Somai

David Pantaleón por Zhana Yordanova

Enlaces

Neus Ballús

Paula Cons

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Ignacio Nacho

Maider Oleaga

David Pantaleón



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SEPTIEMBRE, MES DEL AUDIOVISUAL EN SGAE

Sus terrores favoritos, la exposición de SGAE sobre el cine fantástico español, da el pistoletazo de salida para un septiembre que la entidad quiere centrar en el audiovisual. Puedes verla del 8 al 30 de este mes en la sede de SGAE en Madrid, con acceso gratis y la colaboración de Sitges Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya y el Festival Sombra de Murcia. La muestra incluye artículos, fotos y curiosidades de películas de Chicho Ibáñez Serrador, Jesús Franco o Álex de la Iglesia, entre otros autores.

Acción Mutante (Álex de la Iglesia, 1993)

Pero SGAE impulsará en septiembre otras actividades a través de su División Audiovisual. Por ejemplo, un encuentro en streaming con los guionistas Abraham Sastre, Aurora Guerra, Manuel Ríos, Olga Salvador, Victoria dal Vera e Iván Escobar (14 septiembre). También una serie de mesas redondas sobre temas de actualidad. Por ejemplo: la música en las películas (Sevilla, 20 septiembre) o el cortometraje en la Comunidad Valenciana (Valencia, 28 septiembre).


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