EN EL FOCO

MARTA MANSILLA

Con tan solo dos discos, su banda Eme Eme Project se ha convertido en un referente dentro de la escena jazzística nacional

POR ARANCHA MORENO

Aunque es flautista, Marta Mansilla tiene una mirada poco convencional del instrumento. Con una formación de más de tres décadas y siguiendo la estela de figuras como Jorge Pardo, Marta ha trabajado en todas las escenas musicales imaginables, del rock al reggae pasando por el hip hop, el flamenco o el jazz. Una amalgama sónica que palpita en Pacemaker (2022) y Mutatis mutandis (2025), los discos que ha publicado al frente de Eme Eme Project, su vanguardista y laureado proyecto jazzístico.


En España, muchos músicos desarrollan sus carreras ganándose la vida con trabajos ajenos al gremio. ¿Vivir de la flauta y el jazz aquí es posible?
Es muy, muy difícil. Yo puedo hacerlo, pero soy consciente de mis circunstancias: tengo un soporte vital, económico y de apoyo con una red que se teje entre muchos. Mi pareja también es músico y entre los dos sostenemos nuestro proyecto de vida, y tengo una familia que me ha apoyado económicamente cuando he sacado un disco. Cuando no tienes ningún tipo de soporte ni ayuda y lo tienes que hacer todo tú, es muy difícil. Yo empecé a estudiar con seis años, nunca me he desvinculado de la música y desde los trece he estado de manera profesional en los escenarios, desde la big band del conservatorio a los mil grupos por los que he pasado, y lo tenía que compaginar con trabajos muy variopintos y dispares. La flauta es un instrumento especialmente difícil, es raro encontrar una flauta en cualquier formación o proyecto.


El caso más mediático, seguramente, sea el de Jorge Pardo, que fue profesor tuyo.
Sí, tuve la suerte de conocerle muy pequeñita. Soy muy melómana y voy a conciertos desde que tengo uso de razón, desde los tres años. Tuve la suerte de tenerle en muchas formaciones como profe, y es un gran amigo. Me ha dado muchas oportunidades; es un tipo que se junta con la gente joven, y eso que es una leyenda y podría poner una barrera, pero no tiene prejuicio ni complejo. Jorge Pardo abrió un camino que seguimos muchos, nos enseñó que la flauta no solo podía ir en el clásico, que podía entrar también en músicas populares y modernas.

No es país para flautas, pero ahí tienes a Marta Mansilla

Vienes de una formación clásica, de música moderna, flamenco, jazz e improvisación. ¿Todo eso ha configurado tu forma de entender la música?
Sin duda. En mi casa siempre se ha escuchado de todo y yo he tenido esas inquietudes. He tenido la oportunidad de investigar, y también de acompañar a artistas de todo tipo: reggae, jazz, música clásica, flamenco… No concibo la música desde otro lugar que no sea la experimentación en todos esos campos y estilos. Eso te enriquece y te ayuda a formar una voz propia, una manera particular de recrear tu música.


¿Cuándo asumieron tus padres que su hija iba a ser música?
En el periodo de formación vieron que lo que más me gustaba era bailar y escuchar música, estaba todo el día cantando. Dejé el ballet y me volqué con el conservatorio, que me ocupaba bastante tiempo. Cuando estudiaba estaba bastante concentrada y no tenía un feedback constante, no sabía si lo que hacía tenía una repercusión fuera. Cuando mis padres vieron que estaba ganando dinero en un escenario entendieron que me iba a dedicar a esto, aunque tengo 41 años y no hace tanto que únicamente me dedico a mi proyecto. Quizá seis o siete años.

MARÍA PELÁE, ROZALÉN, VANESSA MARTÍN…

¿Cuántos chistes con Hamelín habrá tenido que escuchar Marta?

Antes de fundar Eme Eme Project, pasaste por proyectos tan eclécticos como la banda de rock Las Texidoras o la formación reggae Emeterians. ¿Cómo te marcó esa etapa?
También estuve muchos años con María Peláe, cuando no la conocía prácticamente nadie. Esa pasión por la música, juntarnos, tener un compromiso y quedar para ensayar, esa experimentación de laboratorio y todo ese bagaje de conciertos, y de penurias también, son cosas que te forman, te hacen callo. La mezcolanza de gente con la que he colaborado ha sido muy enriquecedora para conformar mi universo.


En la escena del pop y la canción de autor has acompañado a figuras como Rozalén, Vanessa Martín o El Kanka. ¿Qué huella te dejaron?
Muchas han sido colaboraciones a través de María Peláe, porque entonces me movía mucho en el circuito de cantautor. He tocado con ellos cuando estaban en Libertad 8 [Madrid], también hemos sido teloneros de Vanessa Martín. Ahora son superfamosos, pero yo conocí sus inicios. Ellos también han pasado por el barro, cuando no había tanta gente, y tienen carreras muy profundas, curradas desde el suelo. Esas vivencias me las llevo en el corazón.

¿Cuándo y por qué das vida a Eme Eme Project?
La particularidad de mi instrumento es que nadie suele querer una flauta travesera (ríe), salvo algún detallito en alguna canción. Buscar una carrera prolongada, musical, es muy difícil con este instrumento. Se juntó eso con la pandemia, un parón brutal, y después sobrábamos todos aquellos que no éramos imprescindibles, tuve que asumirlo. Llevaba años con mi pareja, David Sancho, pianista, teclista y compositor de mi banda. Él me ayudó a confiar en mis temas. Tenía mis ideas y mi equipo, y decidí grabar un disco, lucharlo y ver qué pasaba.

DAVID SANCHO


Pianista, compositor y pedagogo, el madrileño David Sancho se formó en piano clásico y jazz en los conservatorios superiores de Madrid y Rotterdam, donde recibió la prestigiosa beca Nuffic Scholarship. Su versatilidad lo ha llevado a colaborar en proyectos como Unbalanced, de Moisés P. Sánchez (finalista Mejor álbum instrumental en los Grammy Latinos 2019); Tremenda, de Rosario La Tremendita (Mejor álbum de flamenco en los Premios MIN 2022), o la BSO de la serie Malaka (RTVE). Ha publicado varios discos como solista, entre ellos Piano solo (2019), From home (2021), Meditaciones (2022) y Mind in progress (2024), que le valió el Premio Fundación SGAE al Mejor álbum de jazz en los Premios MIN 2025. Su lanzamiento más reciente es el EP Venus y Marte (2025), una colaboración con Edu Molina para adaptar el repertorio de Venus and Mars (1975), de Paul McCartney & Wings.


Además, por supuesto, es integrante destacado de Eme Eme Project.

ESPÍRITU APERTURISTA

Marta Mansilla y su Eme Eme Project en escena

En Eme Eme Project la flauta no eclipsa al resto de intérpretes. Se diría que eres una compositora con una visión transversal, no solista.
Sí, mis composiciones no son meramente flautísticas porque he sentido siempre la sensación de banda, más que la de solista líder. Ese conglomerado me ha dado la identidad para enfrentarme al jazz y al soul siendo la flautista, pero componiendo desde un lugar en el que está repartido totalmente el protagonismo. Hay voz, hay un mensaje, no compongo solo desde lo instrumental. Ninguna faceta la hago sola, pero me implico en todo, hasta en la producción. No es el disco de jazz en el que hay flauta todo el rato; es un concepto más global.


Dentro de ese escenario jazz, Eme Eme Project también respira pop, flamenco, rock…
Sin duda. No es jazz tradicional, tiene influencia del R&B, el neo soul, el hip hop, pero a nivel de amalgamas o métricas está influenciado por cosas del flamenco o el jazz contemporáneo. A lo mejor la gente piensa, vaya gazpacho se ha marcado esta… Pero luego está muy rico. Hay muchos ingredientes, pero todos tienen sentido. Nuestro último disco, Mutatis mutandis, es mucho más popero y rockero.

“No me acabo de creer los premios ni para bien ni para mal. Pero, como somos humanos, cuando ganas uno te hace mucha ilusión”

¿Cómo describirías Pacemaker, que fue vuestro debut?
Fue el pistoletazo de salida, es algo muy fresco que refleja todo lo que llevaba guardando este tiempo. Hay mucho soul, mucha frescura… Nos ha dado grandes sorpresas, nos dieron premios. Lo agradecí mucho, porque la gente lo recibió increíblemente, los periodistas lo consideraron uno de los discos más destacados de ese año. Nos situó en un lugar en el que no había otros grupos.


De hecho, recibisteis el Premio Clintona mejor grupo de jazz, que tiene mucho prestigio en la escena de la música negra. ¿Los reconocimientos suponen más seguridad, más trabajo…?
Ahí se abre un melón interesante. Me genera conflicto, porque creo que la música es muy válida y no me acabo de creer los premios ni para bien ni para mal. Pero, como somos humanos, cuando ganas uno te hace mucha ilusión. Es un empujoncito, un reconocimiento, saber que no vas por el mal camino. Como lo hago prácticamente todo sola, también la burocracia, que es lo más tedioso, recibir un premio te da un empujón y más visibilidad.

Elegancia en la escena y en la interpretación

En esta misma revista, María Terremoto habla del purismo que hay en el flamenco, un género en el que hay público que se ofende con facilidad. ¿En el jazz pasa algo similar?
Totalmente, aunque creo que en todos los estilos hay puretas, gente más tradicional o conservadora, y todo lo que se mezcla y evoluciona es tachado. Pero eso pasa desde Mozart, o mucho antes. Nunca te vas a librar de eso cuando haces algo nuevo. El jazz es una de las músicas más vivas, cogían música de los musicales y la llevaban al suburbio, transformándola totalmente. Ahora se levantan de la tumba, ¡pero si esto es lo que hacían Charlie Parker y John Coltrane! Pero ahora el jazz, si no es hard bop, si no es be bop, si no tiene este lenguaje, ya no es jazz. Yo no comulgo con eso. Amo el hard bop y el be bop, pero no me gusta que se ataque a cualquier otro tipo de fusión, porque la música es evolución constante.


El título de vuestro segundo disco, Mutatis mutandis, es un latinajo que significa “cambiando lo que se debía cambiar”. ¿Esa es la clave del álbum?
Es el leitmotiv de todos los temas, también por un proceso personal y creativo que va ligado a ese sentir. En este disco he hecho todas las letras con Toni [Antonio Tomás Sepúlveda]. Hay una diferencia con el disco anterior; se nota en la personalidad, en la implicación musical, en nuestras influencias, la sonoridad… Seguimos siendo lo mismo en esencia, pero creo que hay cierta evolución. Todo es un hilo conductor, pienso mucho en ese tipo de cosas: la portada, lo que quiero decir, los títulos, el orden… Nada está al azar.

“Nunca hacemos los temas iguales; tienen una estructura cerrada, pero en directo las improvisaciones nos llevan a muchos lugares”

¿Vuestra idea es transformar lo clásico en vanguardia?
Sí, puede haber más parte clásica deconstruida. Cada tema es un viaje que tiene sentido en sí mismo y en conjunto. Es un disco que se puede escuchar de principio a fin porque cuenta una historia, y lleva la parte clásica o el rock o el pop hacia la vanguardia.

¿Y cómo trasladáis este trabajo a los escenarios?
Llevamos casi todo lo que suena en el disco a los escenarios, también trabajamos mucho en la preproducción del disco. Luego sí hay ciertos arreglos, ciertos filtros, pero incluso eso intentamos recrearlo: David lleva todos sus pedales, utilizamos la distorsión, Jesús Caparros [bajista] lleva sus pedales, llevamos una batería electrónica para mezclarla con la acústica [de Rodrigo Ballesteros]… y la voz de Toni es lo más pulcro que hay junto a la flauta. Aunque me gusta que haya pequeñas diferencias, que luego en el directo haya cosas que te sorprendan, porque parte de la esencia del jazz es la improvisación. Nunca hacemos los temas iguales; tienen una estructura cerrada, pero en directo las improvisaciones nos llevan a muchos lugares. Cada concierto es único y cuando tocamos nos sorprendemos a nosotros mismos, no nos aburrimos, y eso es maravilloso.

JAZZALDIA Y OTROS ESCENARIOS

Eme Eme Project en el jazzahead! (Alemania)

El 25 de julio de 2025, Eme Eme Project actúa en el Festival Jazzaldia dentro de la programación de JazzEñe. ¿Una cita importante para la banda?
Sí, nos hace muchísima ilusión, es uno de los festivales más reconocidos de España. El año pasado tuve el gusto de tocar en el teatro Victoria Eugenia con el proyecto de David y es una pasada de lugar. Esta vez tocaremos por la mañana, así que haremos algo tranquilo. Es un concierto cortito y hemos pensado un discurso musical para ese día. Habrá bastantes sorpresas. Para cualquier músico, pasar por el Jazzaldia es un sueño.


¿Qué planes tiene Marta Mansilla con Eme Eme Project para el curso que viene?
Después del Jazzaldia tocamos en Plentzia [9 de agosto], Ponferrada [28 de agosto] y en las fiestas de Olot [6 de septiembre]. Vamos a estar bastante por el norte. Además, hemos estado en una de las ferias más importantes de Europa, el jazzahead!, en Alemania, y estamos pendientes de girar fuera de España.


¿Por Europa?
Sí: Alemania, Inglaterra, Francia, Portugal… Nuestras letras son en inglés, para mí tiene sentido hacer este estilo en inglés y eso nos ha abierto la puerta para conectar con públicos y audiencias de otros países. Estamos focalizados en esto, en presentar el disco, la gira europea… y quién sabe si daremos un saltito al otro lado del charco. También sigo con la gira de David Sancho, Mind in progress, y un montón de picoteos con mucha gente, por supuesto.

Firma invitada

Arancha Moreno es una de nuestras entrevistadoras favoritas para asuntos musicales. Si quieres saber más sobre ella, visita la página de María Terremoto y consulta ahí su bio

Fotografías

At.One Art (apertura, retratos en blanco y negro y en la calle)

Ernesto Cortijo (Eme Eme Project en concierto)

Mas Mastral (flauta, purpurina y elegancia)

Jens Schlenker (Jazzahead!)

Enlaces

​​​​​​​Marta Mansilla / Eme Eme Project

David Sancho


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PROGRAMACIÓN JAZZEÑE EN EL 60º JAZZALDIA

JazzEñe es una actividad de promoción internacional de repertorio de la Fundación SGAE. Esta undécima edición se celebra nuevamente como parte de la programación del 60º Festival de Jazz de San Sebastián/Jazzaldia, en colaboración con el Ayuntamiento de Donostia y Donostia Kultura.


JazzEñe ofrecerá ocho conciertos, entre el 23 y el 26 de julio de 2025, en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. Los grupos participantes son: J. Fox, Juanfe Pérez, Maite Akustik Quintet, Román Filiú, Eme Eme Project, El Cuarteto Federal, Pere Bujosa Trío y Daniel Román Jazz Quintet. A la cita asistirán, además, programadores de jazz de diversos países invitados por la propia Fundación SGAE.


Desde 2014, cerca de 90 grupos han participado en JazzEñe y más de medio centenar han conseguido actuar en espacios como el Tokyo Jazz Festival (Chicuelo & Mezquida), la Noche Blanca de la Flamenco Biënale en Amsterdam y Roterdam (Antonio Lizana, Rycardo Moreno y Pedro el Granaíno), Jazzahead! en Bremen (Trinidad Jiménez), JazzPlus en Bulgaria y Cankarjev Dom en Ljubliana (Daniel García Trio), Jarasum Jazz Festival en Corea (Sumrrá), Ankara Main Hall (Miron Rafajlovic) o Jazz at Lincoln Center en Nueva York (Daahoud Salim Quintet), entre otros.

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