

En el entorno musical murciano, Isaac Vivero podría ser un alcalde en funciones. Afable y buen conversador, en su comunicación escrita o verbal organiza su discurso siempre desde el contexto: no te cuenta las cosas sin más; antes te dice de dónde vienen y por qué. El propio Isaac procede de familia gallega, de Castroverde (Lugo), lugar en el que todavía hoy celebra sus descansos y fiestas de guardar. Pero él nació en la ciudad de Murcia y es más de aquí que el Puente de los Peligros o la Plaza de las Flores. Desde comienzos de este siglo anda implicado en el circuito local de la música en vivo y hace doce años que dirige Garaje Beat Club, una sala de tamaño medio especializada en metal, punk y estilos aledaños. También es responsable de la producción técnica de tres festivales alicantinos: Leyendas del Rock, Rabolagartija y Fck Censorship.
Para colmo, Isaac es el presidente de la asociación de salas de conciertos Murcia Live! y, desde 2024, también de la asociación española ACCES, que representa a todas las territoriales. “El sector de las salas de conciertos es el gran olvidado”, asegura, “porque el foco siempre se ha puesto en los grandes eventos. Tonny Serrano [CEO de Raw Music] me empujó en un principio a crear la asociación murciana, que me quita mucho tiempo, no me da ni un duro, pero me motiva. Desde entonces no he parado”.
No es la primera vez que Tonny lía a Isaac. Ambos se conocieron estudiando Ingeniería Informática y juntos descubrieron que su vocación estaba en otra parte. “Siempre me ha gustado organizar cosas”, resume Vivero. “En la universidad había ya una estructura con una comisión de fiestas y entré nada más llegar. En un par de años era ya el presidente. Ahí se me ocurrió meter la música en directo, porque en aquellas fiestas solo había gente pinchando temas”.

Isaac Vivero, dinamo de la escena murciana
¿Recuerdas cómo te picó el gusanillo de la música en vivo?
Un día escuché el “¿Dónde está la revolución?”, de M Clan, y flipé. Me dije: ¿estos son de Murcia? Yo era un chaval todavía y ellos iban por su segundo disco, Coliseum [1997]. Entonces abrí la puerta y empecé a descubrir un montón de bandas maravillosas que demasiada gente desconocía. Así que monté la asociación juvenil Murcia Rock. En la pedanía de Guadalupe, entre los dos campus universitarios, montamos el primer festival Murcia Rock en 2001. Tenían un parque con un escenario de obra, pedimos los permisos y allí lo hicimos. Era una fiesta universitaria, pero con música en directo. Asistieron unas mil personas, tuvo cierta repercusión mediática. En los seis años que dirigí la asociación hicimos cientos de actividades: concursos de grupos emergentes, montones de conciertos en pueblos de la región de Murcia, creamos una web con una fonoteca de bandas de aquí…
¿Quién tocaba en aquellas primeras ediciones de Murcia Rock?
Second me llamaron para tocar en la segunda edición, por ejemplo. También estaban 91 Suite, una banda murciana de hard rock que vendió muchos discos en Japón; ahí estaba Sergio Bernal, posteriormente baterista de M Clan, Funambulista o Ruth Lorenzo.
Desde Murcia Rock o en los locales de ensayo que impulsaste después, habrás visto nacer proyectos que luego se han convertido en bandas importantes.
¡Claro! En 2006 monté otra asociación para crear locales de ensayo, porque entonces había muy poca oferta. Varry Brava, por ejemplo, empezaron en uno de mis locales. Son de Orihuela, que pertenece a Alicante, pero está más cerca de Murcia. Siempre los hemos considerado un grupo murciano, porque aquí han tenido su local de ensayo y aquí es donde más han tocado. De aquellos locales salieron también Funambulista, Neuman… Mucha gente que luego ha tenido relevancia. Y otros grupos buenísimos que salieron de la misma fábrica, aunque luego no tuviesen la suerte de llegar al éxito.
EL SECRETO DE LA ESCENA MURCIANA

Arde Bogotá en concierto en Garaje Beat Club
En la emergencia de la escena murciana han jugado un papel fundamental dos concursos, ambos de iniciativa pública: Murcia Joven (organizado por la comunidad autónoma) y CreaJoven (convocado por el ayuntamiento de Murcia); este segundo todavía funciona con el nombre de CreaMurcia. Isaac Vivero les reconoce una importancia capital, pero, si le preguntas cuál es la base de la huerta musical de la región, él no duda: “La iniciativa privada”.
¿Te refieres a los locales de ensayo y salas de concierto?
En mi opinión, sí. Eso activó todo. Los grupos necesitan un espacio donde trabajar sus composiciones y también sitios donde tocar, aunque sea, delante de sus colegas. Y aquí, desde finales de los 90, un montón de bares empezaron a programar música en directo de forma regular. En 1999 abrió la sala Gamma y, por la misma época, el Garaje de la Tía María, Súper 8, Sala B, Doce y Medio… Hubo un momento en que en la zona de Mariano Rojas había varias salas de conciertos juntas, como seis o siete en la misma manzana; algunas, pared con pared. Así se hizo la escena en la ciudad de Murcia: todas las semanas había conciertos y la gente empezó a integrar eso como forma de ocio.
“En este oficio no vamos a hacernos ricos ninguno. El principal negocio de una sala de conciertos es la hostelería y el ocio nocturno”
Antes de Garaje Beat Club no habías tenido ninguna sala de conciertos, ¿verdad?
No, no. En 2004 empecé a montar conciertos como promotor en las salas de la ciudad. Acabé trabajando con casi todas ellas y haciendo amigos en todas partes. En 2013 cogí el traspaso del Stereo en Murcia y lo llamé Garaje Beat Club, haciendo un guiño al nombre del local original: el Garaje de la Tía María. Ahora llevamos doce años y no he parado de invertir.
¿Qué te motiva para seguir al frente de una sala tanto tiempo?
Lo primero es que en este oficio no vamos a hacernos ricos ninguno. El principal negocio de una sala de conciertos es la hostelería y el ocio nocturno. La mayoría funcionan como locales de copas, pero nosotros solo abrimos el Garaje cuando tenemos evento y, en cuanto termina el concierto y la gente se va yendo, cerramos. Con ese concepto estamos nosotros, Mamba y Gamma. Y cuadrar la economía así se hace un poco más complicado. Un ejemplo: la sala REM es una discoteca de moda en Murcia, funciona como un tiro y todas las noches está llena. Si esa sala tiene concierto, tendrá que cerrar toda la tarde para el montaje y prueba de sonido. Sacaría más dinero si no tuviese concierto, vendiendo gintonics y explotando el tardeo hostelero. Por eso, cuando una sala programa un evento, normalmente no lo hace por dinero, sino por vocación y por amor a un oficio. Y, gracias a esa implicación, las bandas tienen sitios donde tocar y se crea una escena.
EL GÉNERO DURO
Los murcianos Hitten, cuidando de la feligresía guitarrera
Garaje Beat Club programa metal, hardcore y otros estilos intensos. Aunque se hable, sobre todo, del pop murciano, en la región hay festivales como el Rock Imperium, oferta de bandas y mucha afición por los géneros duros. “¡Desde luego!”, dice Isaac Vivero. “Vendetta FM, Iron Curtain o Hitten han pateado Europa unas cuantas veces. Hitten acaban de estar en Japón y en EE UU. Estas últimas semanas han tocado en el Rock Imperium de Cartagena, han teloneado a Europe en la plaza de toros de Murcia y tienen su espacio, pero todavía los medios no hacen tanto caso al metal, al punk o al hardcore como al pop”.
OBJETIVOS PENDIENTES

Steve Harris (Iron Maiden) tocando con British Lion en Garaje Beat Club
“La actividad de salas de la región está demasiado concentrada en la ciudad de Murcia”, admite Vivero. “Por supuesto, en la época estival hay eventos grandes e importantes en muchas otras localidades. Pero las salas de conciertos, que son lo que sustenta una escena emergente, están casi todas aquí. En Murcia hay una red espectacular para el tamaño de una ciudad que no llega a los 500.000 habitantes; y de varios tamaños, desde las más chiquititas hasta la Mamba, que tiene 1.200 de aforo”.
¿Y qué pasa con Cartagena, que es otra plaza importantísima?
Ha habido varios intentos que no han funcionado, quizá porque no hay tradición de desplazarse a Cartagena para ver conciertos. Siendo la segunda ciudad de la región, debería tener más opciones en invierno. Creo que esto es algo que debemos trabajar entre todos, pero es que Murcia se ha convertido en un centro neurálgico que lo acapara todo. Aquí viene a disfrutar gente de 200 kilómetros a la redonda: Alicante, Almería, Albacete… En esta esquinita de España somos un referente potente en este aspecto. Ahora creo que haría falta trabajar un poquito más Murcia como destino turístico.
Creaste la asociación de salas de conciertos Murcia Live! y actualmente eres también presidente de ACCES, que es la gran asociación estatal de este gremio. ¿Cuál es el principal reto del sector ahora mismo?
Crear una normativa estatal específica para las salas de concierto. Hay comunidades como Andalucía, Comunidad Valenciana o Madrid con una Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, pero Murcia y otros territorios no tienen algo así. Y los ayuntamientos tienen criterios muy diversos. Mi sala se rige por unas reglas muy diferentes a las que tendría en Zamora, en Sevilla o en Gijón. En muchas ciudades hay locales organizando conciertos desde hace más de 20 años que, por su licencia, no podrían hacerse. ¡Ni siquiera tener un televisor! Y por ahí han pasado Rozalén, Izal, el Kanka… Se da una situación de alegalidad, las autoridades son conscientes y yo llevo muchos años peleando para arreglarlo.
“En Inglaterra están cobrándoles ya a los grandes eventos una pequeña tasa para compensar al circuito de salas”
¿Dices que debe ser el Estado quien lo regule?
Sí, debe ser algo piramidal, que se impulse desde arriba y que se aplique después en cascada. Lo he hablado con el ministerio de Cultura e incluso con gente cercana al presidente del Gobierno, porque es un problema serio. Debemos definir de una vez por todas qué es una sala de conciertos, poder identificarla y darle un papelito con el que pueda ir a su ayuntamiento en cualquier punto del país para ser reconocida como tal.
¿Cómo funciona esto en Europa?
En Europa hay de todo, algunos países lo tienen más trabajado que otros. Tenemos una asociación europea, Live DMA, que representa a más de tres mil salas de dieciséis países. Elda Gómez, la coordinadora de ACCES, es copresidenta de Live DMA por segunda legislatura, así que tenemos información de primera mano. Inglaterra es el ejemplo a seguir. Allí están cobrándoles ya a los grandes eventos una pequeña tasa para compensar al circuito de salas.
LOS FESTIVALES, ¿UNA AMENAZA?

Isaac Vivero, presidente de ACCES y de Murcia Live!
Hay quien señala al circuito de festivales como una amenaza para la supervivencia de las salas. Isaac Vivero entiende las dos caras de la moneda: trabaja con grandes eventos y es el presidente de las salas de España, por eso su punto de vista nos interesa. “Yo no creo que los festivales sean el enemigo, sino otro elemento del mismo ecosistema, así que debemos convivir”, dice él. “En Europa hay circuitos de salas muy potentes, pero por el clima. Allí la temporada de festivales es más corta, mientras que en España se va estirando cada vez más, y es cierto que eso complica la vida de las salas. Yo estoy en desacuerdo con prácticas concretas; por ejemplo, que algunos festivales impongan exclusividad de un año incluso a grupos pequeños. Pero hay que buscar un equilibrio: incluso el gran búfalo de la sabana necesita que haya un pajarito encima quitándole las garrapatas”.
¿Dónde crees tú que puede estar ese equilibrio?
El modelo británico sería maravilloso. Casi todos los grandes festivales tienen una parte de financiación pública potente, y que eso repercuta en la escena de base me parece muy positivo. Otra solución es que los grandes eventos impliquen al propio tejido cultural del territorio. El Warm Up es un ejemplo a seguir: el festival dura dos días, pero durante toda la semana hay un montón de programación en las plazas y las salas de Murcia, y todo fluye. También porque José Piñero, el promotor de Producciones Baltimore, tiene la sala Stereo en Alicante y conoce los dos mundos. Lo fundamental es la comunicación: a veces, antes de discrepar, hay que sentarse a hablar.
En los últimos tiempos te has convertido en una figura clave para la música en vivo en esta región. ¿Dónde te gustaría estar dentro de diez años?
Yo me veo como una pieza más del puzle. Soy una persona muy trabajadora e intento ser empático y llevarme bien con todo el mundo, porque estar unidos es fundamental. Pero en diez años me gustaría seguir con Garaje Beat Club, que es mi capricho. Trato de cuidar los detallitos, invertir en el aspecto técnico para tener una sala mejor, tratar bien al personal para formar un equipo humano. Intento trasladar lo que he aprendido de producción técnica en grandes eventos a los pequeños espacios, y se puede. Empecé joven, pero ahora tengo 46 años y la temporada se me hace larga e intensa. Me gusta decir que tengo dos hijas y Garaje Beat Club y con eso me gustaría quedarme siempre.
Fotografías
Fuensanta Mazón
Diego Garrido (Steve Harris)
Enlaces
Asociación Cultural Coordinadora Estatal de Salas
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Por su clima, la región de Murcia tiene una generosa oferta de festivales en géneros musicales diversos. En la siguiente página te ofrecemos algunas sugerencias para este mismo verano.