PONTE EN MI LUGAR

NEREA TORRIJOS

Diseñadora de vestuario, ganadora del Goya por Akelarre (2021) y finalista por Irati (2023)

POR ANDREA G. BERMEJO

Para Nerea Torrijos, empezar el diseño de vestuario de una película es como abrir una nuez. “Todos los proyectos son distintos. En cuanto arranca la preproducción me pongo a investigar el universo del filme”, explica esta bilbaína. Nerea cayó en el cine por casualidad: una compañera personal shopper le ofreció un trabajo que a ella no le terminaba de encajar. Lo que más la enganchó de esta profesión fue, precisamente, la posibilidad de sumergirse en mundos desconocidos. “Me gusta mucho descubrir cosas nuevas, la documentación, la historia de la moda”, concreta. “Lo primero que hago ante una película nueva es buscar en Google. Y así voy profundizando cada vez más. Me compro libros, miro pinturas, voy a museos, archivos… Me enriquece mucho. Es un momento muy inspirador”.


Por eso a Nerea Torrijos le encantan las películas de época. En estos títulos el proceso de documentación es más importante aún que en los filmes que transcurren en la actualidad. Y ella ha tenido la suerte de trabajar en algunos de los proyectos de época más interesantes de los últimos años. Es el caso de Errementari (El herrero y el diablo), de Paul Urkijo (2017); Akelarre, Pablo Agüero (2020), por la que ganó el Goya; e Irati, también de Paul Urkijo (2022), que le valió una nueva nominación en la pasada edición de los premios.

Nerea Torrijos en el rodaje de Irati

EL VESTUARIO EN IRATI (2023) Por Paul Urkijo

Licenciado en Bellas Artes, el guionista y director Paul Urkijo (Vitoria-Gasteiz, 1984) se fascinó desde crío con la ilustración, la mitología y el género fantástico. Así se percibe también en su premiadísima filmografía, compuesta por un buen número de cortos y dos largometrajes estupendos: Errementari (2018) e Irati (2023).

En este último filme, que sumó cinco candidaturas en la pasada edición de los Premios Goya, el trabajo de vestuario es crucial. El propio Urkijo nos explica en este vídeo la complejidad y la importancia de la labor de Nerea Torrijos y su equipo, que participa de manera necesaria en la parte creativa de la obra y ayuda a dar veracidad a la historia.

El vestuario como herramienta narrativa

Las películas que no son de época aportan otras experiencias y cierta paz y tranquilidad, según confiesa Nerea Torrijos: “El vestuario actual es más accesible y más económico, para empezar”. Pero esto no quiere decir que el trabajo sea sencillo. “Para mí es más difícil definir a un personaje en el presente, porque hay infinitas posibilidades, no tienes el encuadre que sí te aporta la época”. Y ahí reside, más que en ningún otro lugar, la esencia del diseño de vestuario dentro del cine: es una herramienta narrativa que sirve para definir al personaje. “Nuestro cometido no es poner guapo al actor, sino crear el personaje. Yo le pongo una camisa roja no porque le quede mejor, sino para contar que viene de aquí o que le pasa tal cosa”.


Ese trabajo de creación tan sutil es el que ha llevado a cabo, por ejemplo, en 20.000 especies de abejas (2023), la ópera prima de Estibaliz Urresola Solaguren, que ha conquistado el Festival de Málaga y la Berlinale, donde su protagonista de nueve años se llevó el premio a la mejor actriz. Sofía Otero interpreta a una niña trans que, durante unas vacaciones de verano, intenta que su familia la vea como Lucía y no como Aitor. “En 20.000 especies de abejas, Lucía empieza a tener claro que es una niña. Pero es una etapa temprana de esa pelea interna, así que era muy delicado transmitir eso con el vestuario”, recuerda Nerea Torrijos. “Intentamos ir metiendo matices poco a poco, detalles de ropa de niña: los cordones de las zapatillas, las pulseras, el pantalón de color coral... Fue complicado, pero muy bonito”. Otra muestra de la importancia que tiene el vestuario en el conjunto de una película nos lo da el final del filme: el conflicto estalla, precisamente, con un vestido que Lucía quiere ponerse ante el estupor de esa familia para la que sigue siendo Aitor.


Nerea Torrijos se siente también muy orgullosa del vestido que diseñó para Amaia en Akelarre; del traje de cristales de Carlos Areces en García y García (Ana Murugarren, 2021) y de su trabajo en Vitoria, 3 de marzo (Víctor Cabaco, 2018), en el que vistió a 800 figurantes. ¿Y cómo se hace eso? “Con mucha paciencia y un gran equipo”, explica y enseguida introduce en la ecuación a “las vasconas”, pues así es como llama a sus más íntimas colaboradoras, las que la acompañan a todos los rodajes. “Como buenas vascas, nos gusta meternos en el barro”, se ríe; “sin su fuerza y su voluntad no podría”.


Otro proyecto reciente muy peculiar fue American Carnage (Diego Hallivis, 2022), en el que vistió a Jenna Ortega, la intérprete de Scream (2022) y Scream VI (2023), que ha dado el salto a la fama con su interpretación protagonista en Miércoles (2022), la serie de Tim Burton para Netflix. “Venía con su madre y era una niña súper educada, muy cariñosa y profesional. Cero estrella”, recuerda sobre el rodaje de la película, que tuvo lugar en Madrid antes de la pandemia.

Nerea en acción

¿Y qué le gustaría hacer a Nerea Torrijos más allá de ese proyecto dirigido por Carlos Therón del que todavía no puede dar detalles? “Me gustaría saltar el charco y estoy poniendo mi energía para que se cumpla”, explica, haciendo hincapié en su afán por seguir aprendiendo. Para ella, la curiosidad es una de las cualidades fundamentales que debe tener todo figurinista, junto a la capacidad de reacción y a la creatividad. “Tienes que estar abierta a todo lo nuevo, querer aprender. Todo en este trabajo pasa por un proceso de aprendizaje. Has de aprender a nutrirte de personas que sepan más que tú. Tener referencias”, explica.

FAVORITOS

Algunos de los referentes de Nerea Torrijos han trabajado en esa industria de Hollywood a la que le gustaría pertenecer algún día. Desde Eiko Ishioka, diseñadora de vestuario de La celda (2000) o Drácula de Bram Stoker (1992) hasta Adrian, responsable de títulos tan emblemáticos como El Mago de Oz (1939) o La soga (1948). Pero también señala los diseños de Matrix (1999), Blade (1998) o El quinto elemento (1997) entre sus favoritos. “Me gusta que el vestuario tenga ese contenido fantástico, algo barroco, moderno”.

Nerea está convencida de que el vestuario cinematográfico crea iconos: “Indiana Jones es el gorro y la chaqueta. Los Blues Brothers, el traje, el sombrero y las gafas de sol…”. Por eso, reivindica que se empiece a considerar al equipo de vestuario con la misma consideración que tienen los demás. “Hay una jerarquización de departamentos y creo que eso tiene que cambiar. No hay departamentos más importantes que otros, sobre todo en un campo artístico como es el cine”. Y remata: “Puedes tener el set mejor decorado del mundo, y el mejor iluminado. Pero, si tienes un mal vestuario, eso es lo que vas a rodar. En el cine ninguno de los departamentos trabajamos para nosotros mismos. Trabajamos para el director y para la película”.

Firma invitada

Andrea G. Bermejo (Albacete, 1984), autora de este reportaje, es redactora jefa de la revista Cinemanía y colaboradora de Historia de nuestro cine (La 2). También codirigió el documental El hombre que diseñó España (2019). Actualmente, prepara un libro sobre la cineasta Cecilia Bartolomé titulado ¿Quién teme a Cecilia Bartolomé?

Ha colaborado en medios como El Duende, Jot Down, Gentleman, Yorokobu o VICE, y ha sido profesora asociada en la Universidad Carlos III y en el Máster de Periodismo Cultural de la Universidad San Pablo CEU.


También firmó ¿Por qué lo llamamos cine de mujeres?, reportaje de portada en CULTURA REVISTA SGAE Nº2. Puedes recuperarlo aquí.

Fotografías

Marta Fresnillo (apertura)

David Herranz (en rodaje)

Vídeo

Edición: Abel Cabrerizo / Baliente

Enlaces

Nerea Torrijos

Paul Urkijo


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ENCUENTRO CON MARTA GONZÁLEZ DE VEGA

Marta González de Vega es una de las guionistas más importantes del cine español reciente. Su escritura y su chispa han ayudado al éxito de las sagas Padre no hay más que uno y A todo tren, de Santiago Segura. En definitiva: las pelis más vistas de la producción local en los últimos años. Además, es autora de De Caperucita a loba en solo seis tíos (2023), recién estrenada en cines, que se basa en su propio libro y espectáculo escénico.


El 9 de mayo ofrecerá una charla sobre su proceso creativo, organizada por la Fundación SGAE y centrada, sobre todo, en su trabajo de guion en A todo tren. Para asistir presencialmente en Madrid o conectarte online, inscríbete aquí.


También puedes leer más sobre Marta González de Vega en CULTURA REVISTA SGAE nº2