FILIAS

MARTA GONZÁLEZ DE VEGA

Guionista de las pelis De Caperucita a loba en solo seis tíos y Padre no hay más que uno 3, a estrenar en 2022

POR DANI GRAU

Lo suyo es un no parar. El pasado 8 de noviembre, después de cinco intensas semanas de trabajo, Marta González de Vega concluyó el rodaje de la película De Caperucita a loba en solo seis tíos, de la que es guionista y protagonista. Apenas un par de semanas después terminaba el guion de Padre no hay más que uno 3, nueva entrega de la exitosa saga que ha escrito con Santiago Segura, que llegará a la pantalla en el verano de 2022. Para entonces, por cierto, lucirá ya en los escaparates (y seguro, también, en lo alto de las listas de ventas) su próximo libro, Orgullo y prejuicio y otras formas de joderte la vida, una comedia de enredos sobre actitudes dañinas y decisiones liberadoras. “2021 ha sido un año maravilloso”, abrevia la autora con una envidiable sonrisa. Y la creemos.


Lo suyo con esta profesión viene de lejos. “No tengo ningún recuerdo desde que tengo uso de razón en el que no soñara con ser actriz. La vocación de escribir se sumó a la primera un poco después”, rememora. “A los ocho años escribí una carta dirigida a los ‘Señores de Madrid’ en la que les decía que quería ser actriz. Se la di a mi padre para que la mandara y, desde entonces, todavía la conserva”.


A Madrid, precisamente, se trasladó esta tinerfeña tras concluir sus estudios de Derecho y con apenas 24 años. Su entrada en el mundillo se produjo a través del programa televisivo El Club de la Comedia, que había finalizado con enorme éxito su primera temporada y buscaba ampliar su nómina de guionistas. “Estuve hasta la sexta temporada y en las tres últimas también como coordinadora de guion. Ahí aprendí todo sobre esta profesión, trabajando ocho horas diarias y llegando a escribir más de 500 monólogos. Fue muy mágico. Ese programa definió mi carrera en el campo de la comedia, como guionista y como actriz. De pequeña me veía haciendo dramas épicos y de época, cosa que aún me encantaría hacer, pero adoro el súper poder que tiene la comedia para decir las cosas más serias y dramáticas a la vez que te hace reír”, revela Marta González de Vega.

“En El Club de la Comedia aprendí todo sobre esta profesión, trabajando ocho horas diarias y llegando a escribir más de 500 monólogos. Fue muy mágico”

No duda, sin embargo, al citar su proyecto más personal. Es De Caperucita a loba en solo seis tíos, que vio la luz por vez primera en 2015 en formato de libro y un año después se trasladó a los escenarios, donde lleva ya seis temporadas. Ha recibido el aplauso de la crítica y el público, y también el Premio MET (Madrid es Teatro) al Mejor Monólogo. Aunque continúa en cartel en el Teatro Fígaro madrileño, el siguiente paso ha sido trasladarlo a la gran pantalla, bajo la dirección de Chus Gutiérrez y con una nómina de intérpretes de relumbrón: además de la propia Marta González de Vega (en el papel protagonista), participan también Antonio Resines, Elena Irureta, Berto Romero, José Mota, Santiago Segura…


Con Mota y Segura ha trabajado intensamente los últimos años. Con el primero, en diversas galas y programas de televisión; y con el segundo, escribiendo el guion de sus últimas y muy taquilleras películas: Sin rodeos (2018), las tres partes de Padre no hay más que uno y A todo tren. Destino Asturias (2021), en las que también se acredita como actriz. “El proceso de escribir es como el de enamorarse, con todo el tormento y la dicha que implica, y actuar es directamente como hacer el amor. ¡Ja, ja, ja, ja…!”, concluye González de Vega.


En el rodaje de su inminente De Caperucita a loba en…, Marta cortó la Gran Vía madrileña a la grupa de un unicornio. A lo mejor era un caballo con cuerno, pero eso ya son detalles. Lo importante es que le preguntamos cuáles son los libros de su vida, y ella nos lo escribió. Léelo un poquito más abajo.

Mis libros de cabecera

Por Marta González de Vega

Siempre resulta difícil escoger unos libros por encima de otros, pero estos cinco son los que más me han marcado a nivel personal y profesional, y tengo con ellos una vinculación muy especial. De Punset podría seleccionar casi cualquiera de sus obras, pero El alma está en el cerebro y El viaje al amor son las que más me han ayudado a entender el funcionamiento de nuestra mente a la hora de relacionarnos desde el punto de vista científico. Anthony de Mello, por otro lado, lo ha hecho muy profundamente en el ámbito espiritual. Y, por último, no podía dejar de incluir un par de títulos que han sido muy relevantes en mi formación y trayectoria profesional como guionista, y que de hecho recomiendo fervientemente en todos los cursos de escritura que imparto.

El alma está en el cerebro (2006) y El viaje al amor (2007), de Eduardo Punset

Tengo una historia muy bonita con Eduardo Punset. En 2015 publiqué mi primer libro, De Caperucita a loba en solo seis tíos, un manual sobre el mundo de las relaciones de pareja en clave de comedia. Utilizo los conocimientos de Punset, pasados por el filtro de la comedia, para aplicarlos a nuestro favor en la vida práctica. Cosa que a él le gustó mucho, porque siempre decía que el conocimiento científico no sirve de nada si no nos servimos de él para ser más felices. E incluso me permití incluirle como un personaje en mi historia, a la manera del Bogart de Sueños de un seductor [1972], de Woody Allen.


El caso es que, cuando se editó mi libro, contacté con la agente de Punset porque quería hacérselo llegar. Finalmente, se lo pude entregar en mano y, a partir de ahí, nos hicimos muy amigos: vino a la presentación del libro, al estreno de la obra teatral y, cuando le conté mi idea de llevar el texto a la gran pantalla, inmediatamente se ofreció para participar. Desgraciadamente, falleció antes de que este proyecto se pudiera hacer realidad y me quedé sin mi Bogart, pero tanto él como sus libros están muy presentes en la película. Así que Punset ha sido alguien fundamental en mi vida y en mi carrera profesional.

Una llamada al amor: consciencia, libertad, felicidad (1992), de Anthony de Mello

Anthony de Mello fue un sacerdote jesuita y psicoterapeuta nacido en Bombay (India), y que en su búsqueda espiritual se abrió a otras religiones y filosofías, como el budismo o el hinduismo. En Una llamada al amor ofrece una serie de reflexiones en las que abre compuertas muy interesantes a través de un mensaje muy revolucionario sobre los prejuicios o inseguridades que nos amenazan en nuestro día a día, y cómo, por el contrario, debemos liberarnos de todo ello para vivir intensamente. El amor como sinónimo de libertad. Para mí es un texto muy hermoso e importante y, de hecho, se lo regalo a toda la gente a la que quiero.

Las aventuras de un guionista en Hollywood (1983), de William Goldman

El norteamericano William Goldman fue el autor de la novela La princesa prometida [1973] y, posteriormente, del guion de la película del mismo título dirigida por Rob Reiner [1987]. Además, ganó dos Oscar por los guiones de Dos hombres y un destino (George Roy Hill, 1969) y Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976). Hablamos, pues, de un guionista mítico de Hollywood.


En Las aventuras de un guionista en Hollywood, que tiene su continuación en Nuevas aventuras de un guionista en Hollywood [2000], describe de un modo muy divertido y mordaz cómo es eso de dedicarse a escribir guiones en la meca del cine, una tarea que definió con una de las frases más célebres de la industria: “Nadie sabe nada”.


El libro está repleto de historias sorprendentes, pero lo mejor es descubrir cómo un guionista consagrado como él ha tenido que pasar por todas las penurias y calamidades que suele atravesar cualquier otra persona que haya decidido dedicarse a esto.

Nadie es perfecto (1992), de Billy Wilder con Hellmuth Karasek

Titulado con el memorable chascarrillo de la escena final de Con faldas y a lo loco [1959], Nadie es perfecto es un recorrido por la vida y obra del genial director y guionista Billy Wilder mediante una larga entrevista que concedió al periodista alemán Hellmuth Karasek. Todo lo que cuenta es interesantísimo y, de hecho, me ha marcado muchísimo durante toda mi trayectoria profesional. Me encanta cuando, al preguntarle si los directores de cine deberían saber escribir para hacer bien su trabajo, Wilder responde que bastaría con que supieran leer. De hecho, revela en el mismo libro que si decidió convertirse en director era para asegurarse de que sus guiones eran entendidos por el director.


Me parece muy interesante destacarlo porque, a pesar de que la dirección proporciona más fama que el guion, Billy Wilder se consideraba guionista por encima de todo. Así lo quiso reivindicar para la historia, haciendo poner en su lápida: “Soy escritor, pero bueno… nadie es perfecto”, haciendo un guiño a su propia frase en el mítico final de Con faldas y a lo loco.

Fotografía

Jaime Chinarro (principal)

Miguel Ángel Fernández (rodaje)

Enlace

Marta González de Vega

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PREMIO ‘DANIEL DOMÍNGUEZ’ DE GUIÓN EN GALEGO

La Asociación Sindical Galega de Guionistas (AGAG) convoca anualmente este certamen, con el apoyo fundamental de la Fundación SGAE en Galicia. Sus objetivos son potenciar la lengua gallega en el audiovisual y promover a los autores y autoras de esta Comunidad, en particular. Su tercera edición, fallada en diciembre de 2021, ha reconocido el guion A illa da morte, escrito por Paula Mariñas. La autora recibirá una dotación de 2.500 euros, entre otros premios. Los otros finalistas fueron A vella e a morte (de Abel Alves) y O rumbo das baleas (de José Veiga).