PONTE EN MI LUGAR

EDITORES MUSICALES

Alma Martínez (Boa Music) y David Alonso (Wise Music Group) explican su oficio

POR CLARA NEILA

El editor musical: ese gran desconocido. Quienes se dedican a este oficio colocan canciones en las plataformas de streaming, las ofrecen para bandas sonoras de películas o series, buscan conciertos, promueven giras, insertan temas en anuncios de publicidad… Un trabajo muy variado que incluye una parte más burocrática pero imprescindible para la cuenta de resultados del músico: registrar su obra o informar a la SGAE cuando ese repertorio suena en cualquier país del mundo.

Para ahondar en esta profesión (tan necesaria como poco conocida), hemos reunido a dos editores musicales con gran experiencia en la materia: Alma Martínez, responsable editorial de la independiente Boa Music; y, David Alonso, director general en España de la multinacional Wise Music Group/Unión Musical Ediciones. Dos negocios similares pero distintos, no solo por el tamaño de las empresas, sino por los perfiles de los músicos cuyo catálogo gestionan: el hip hop con acento español frente a grandes autores clásicos con renombre internacional. El trato cercano de una empresa pequeña pero de alta especialización, como es Boa Music, frente a los grandes recursos que puede ofrecer una multinacional con oficinas en tres continentes, como Wise Music Group.

Alma Martínez. Trabajadora social de formación académica, acabó por casualidad trabajando en Boa Music en lo que iba a ser, en principio, un trabajo de verano. Lleva dos décadas al frente de la división editorial; justo desde el año 2000, que fue cuando decidieron crear esa parte del negocio.

David Alonso. Suizo de padres españoles, músico con formación en Estados Unidos, aterrizó en España siendo veinteañero y se dio cuenta de que “este no es país para jazzeros”. Con experiencia previa en varias editoriales multinacionales (entre otras, EMI), desde hace dos años es director general de Unión Musical Ediciones S.L./Wise Music Group, con oficina en Madrid.

Alma Martínez: “Nuestra primera obligación es proteger la obra del autor. El editor es un manager de canciones, un manager de autores. Un editor se encarga de todo el trabajo necesario para que el autor solo tenga que encargarse de crear. Ellos ponen el talento; nosotros, hacemos el resto. En líneas generales, vigilamos que se cumpla lo que el autor quiere que se haga con sus creaciones. Nosotros tenemos relación con personas, con autores. Hay músicos con los que llevo trabajando 20 años. Es toda una carrera musical, pero también una vida”.

David Alonso: “Un editor tiene que saber de todo: plataformas digitales, negocio del disco, recuperación de conciertos pendientes, registro y protección de las obras… Es mucho más que colocar canciones. Nuestra labor diaria es desarrollar las habilidades del autor para que su patrimonio crezca. Estamos en muchos territorios y tenemos que sacar el mayor rendimiento posible a sus obras. Somos una garantía para su futuro”.

Aseguran que, si eres bueno, las editoriales musicales te van a encontrar. Si estás empezando, recomiendan que seas proactivo y te acerques a ellas. Siempre están abiertas a incorporar nuevos talentos a su catálogo, aunque en este negocio prima la calidad frente a la cantidad. Prefieren gestionar menos músicos para poder concentrar esfuerzos. En definitiva: a cambio de un porcentaje, mueven repertorio para intentar que suene sin parar.

Alma Martínez: “Si has firmado con un editor, vas a cobrar más derechos siempre. Boa Music es una editorial independiente, especializada en un catálogo muy concreto: hip hop en español. Controlamos nuestro sector muy de cerca. Si vemos que surge un nuevo artista que nos interesa, contactamos con él, le explicamos qué hacemos y, sobre todo, qué podemos hacer por él”.

David Alonso: “Para empezar, hay que dejar claro que es un error no trabajar con un editor; si bien es cierto que hay músicos que prefieren vivir sin complicaciones. Colocan sus temas en varias listas de reproducción de plataformas musicales y viven sin pretensiones: ni giras, ni conciertos, ni publicidad. Nosotros medimos mucho el catálogo que podemos abarcar. Cada compositor es un mundo. Estudiamos al autor en cuestión y nos aseguramos de que nuestra oferta va a cumplir sus expectativas. Las multinacionales tenemos un repertorio que nos viene dado desde la matriz. Yo tengo que rendir cuentas a un jefe: a un dueño. La ventaja es que, al ser empresas más grandes, hay margen mayor para que el artista desarrolle su carrera con nosotros”.

El auge de las plataformas ha cambiado el negocio de la música para siempre. Los derechos digitales están creciendo, consolidándose como una fuente de ingresos complementaria para los creadores. Pero aún hay un largo camino para que el dinero que llega por esta vía de remuneración sea el justo. Por eso, la oportunidad de usar canciones en películas o series es muy interesante. Las propias productoras audiovisuales se han dado cuenta de la importancia de la música en sus obras.

David Alonso: “La música es muy importante en las películas y en las series de televisión. Las bandas sonoras de Quentin Tarantino, por ejemplo, generan siempre gran expectación. Ahora las productoras audiovisuales tienen personas dedicadas a buscar la música idónea para cada obra. En cuanto a los derechos digitales, hay un camino por recorrer. El retorno para los músicos aún es escaso. Hay más dinero en la publicidad, pero el recorrido para los músicos es más largo en los derechos digitales; el retorno es mayor. El artista puede saber dónde le escuchan y plantearse acciones futuras, como conciertos o giras concretas en países. Además, las series de televisión buscan temas inéditos, lo que te permite sacar canciones desconocidas para el gran público”.

Alma Martínez: “Los independientes no somos grandes sincronizadores [terminología que se usa en el sector para la música que acompaña un producto audiovisual], pero todo está conectado. Si tu música suena en una serie, paralelamente surgen listas de reproducción en las plataformas musicales, que hacen que la popularidad del músico crezca. Aunque la publicidad paga más, el retorno de las series es mayor y más interesante para el músico”.

Fotografía

Luis Camacho

Enlace

Alma Martínez

Boa Music

David Alonso

Wise Music Group