TALENTOS

FERNANDO DELGADO-HIERRO

El sevillano, autor revelación en los Premios Max 2021, defiende el teatro como “experiencia psicofísica”

POR JAVIER ROJAS

Por encima de todo, Fernando Delgado-Hierro (Sevilla, 1988) cree en la palabra y en el texto teatral desde la voz y el cuerpo, “como experiencia psicofísica”. Es uno de los principios de este autor de cocción lenta, que tiene claro que hacer lo que te gusta te acerca a la independencia ideológica, ética y artística. Todo es mejor, dice, “con esa especie de cabezonería metida en el alma”.

Pero vamos al lío: Delgado-Hierro fue distinguido como autor revelación en los Premios Max 2021 por Los Remedios, espectáculo que él mismo interpreta junto con Pablo Chaves. Ambos ponen en pie una “autoficción autodestructiva”: dos amigos que echan la vista atrás para encontrar algo a lo que agarrarse. El montaje ha vivido un recorrido magnífico: el Max, la acogida del público, la programación en el CDN y un buen número de bolos. El autor confiesa que hicieron la obra “sin ninguna pretensión, casi como una necesidad personal. Para mí, el proceso fue tan valioso que, en realidad, me importaba poco si gustaba o no. Creo que, cuando conquistas eso, ya tienes mucho ganado; si es muy importante para ti, es posible que también lo sea para los demás”.

Toma nota: Los Remedios va a seguir girando durante todo 2022. “Esta acogida es un privilegio”, asegura. “Al ritmo que va el mundo hoy, sostenerte en una sola obra durante varios años te permite trabajar con otro ritmo más pausado y más humano”.

A Fernando se le ocurren muchas cosas paseando, con su perro, y le gusta dejar que vayan madurando poco a poco antes de sentarse a escribir. En grabaciones de audio improvisa ideas que aún no sabe muy bien qué son o a qué pertenecen. Después las transcribe y selecciona alguna frase desde la que continúa escribiendo, “como si jugara a hacer un cadáver exquisito con mi propio subconsciente. Si la idea es buena, permanece; y cuando ya está madura, escribir es casi algo natural”.

Aunque cree que “hay lugares a los que solo se puede llegar en soledad”, necesita poner a prueba esos hallazgos en compañía. Es actor y le gusta escribir “para y con los actores; ellos siempre hacen mejores los textos y lo más inteligente es escucharles todo lo posible. Así trabajaban Molière o Shakespeare: desde la escena, absorbiendo con criterio toda esa información que solo puede nacer de un cuerpo”.

En la creación de textos como Los Remedios (2019) o Clúster (2020), la aportación (e improvisación) de los actores ha sido “imprescindible”. Dice el autor: “Fue un proceso tan exigente como infinitamente rico: sacarles información, editarla, hacer de ellos una fuente viva y única… Y, luego, aportando mis palabras, hacerles un traje a medida”.

Para Fernando, el teatro es mejor si se hace desde el teatro: “La literatura dramática está muy bien, pero el teatro siempre es otra cosa. Un buen texto teatral debe estar hecho, en última instancia, para fundirse en voz y cuerpo, en la carne iluminada de los actores. Y por eso es desde la voz y el cuerpo, desde una experiencia psicofísica, desde donde debería escribirse. Los buenos, no sé, Beckett, por ejemplo, tenían claramente ese tipo de conexión: sus palabras son una puerta a la experiencia”.

Escena de Los Remedios

La agilidad de Fernando en el proceso creativo sorprendió a sus 19 años, cuando se hizo con el premio Teatro Exprés de la Asociación de Autores de Teatro (AAT). Entre sus trabajos más pintones está su versión de Los hermanos Karamázov (2013), sobre el clásico de Fiódor Dostoyevski; junto a Paola de Diego dirigió La casa. Una casa (2014) y con su inseparable Juan Ceacero (cofundador de la compañía ExLímite) creó la webserie Diplarama (2014), una reflexión en torno a la autoficción y sus márgenes.

Actualmente, Fernando Delgado-Hierro trabaja con Francesco Carril en la dirección de El mal de la montaña, a partir de un texto del argentino Santiago Loza, que se representará en el Teatro Español (Madrid) a partir de febrero de 2022. Además, está escribiendo “con bastante calma” una nueva pieza. “No tengo prisa por terminarla, prefiero que se vaya gestando lentamente. A ciertas obras siento que les hace falta vida en medio para que se vayan cocinando y esta creo que es así”.

Desde su compañía ExLímite, Fernando defiende el papel de las salas independientes de artes escénicas. “Es cierto que parecen haberse convertido en trampolín hacia otros contextos más sostenibles económicamente: los teatros públicos o institucionales, sobre todo. Pero ojalá no fueran un medio, sino un fin viable en sí mismo, no precario. Ojalá hubiera más ayudas y más inversión para ese teatro más pequeño, más arriesgado y más cercano que se hace en las salas”.

Fotografía

Luz Soria

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