MONOGRÁFICO NOVA CANÇÓ

CANTAUTORAS

Del escaparate a la estantería de la historia

POR HELENA MORÉN ALEGRET

Periodista cultural

Cuando me documentaba como comisaria de la exposición D'ONES: (R)evolució de les dones en la música (2017), una de las cosas que más me impresionaron fue que la mayor parte de las vidas de artistas de la primera mitad del siglo XX ni siquiera quedaba reflejada en ninguna parte para la posteridad. Era difícil encontrar una triste referencia de la fecha y el lugar de nacimiento.


Afortunadamente, los wikimaratones lo han puesto todo al día en el mundo digital, pero debemos tener presente que los estudios con perspectiva de género no fueron habituales hasta la década de los noventa del siglo pasado. Y si se consulta en cualquier biblioteca se pueden contar con los dedos de una mano, o como mucho de las dos manos, los nombres de cantantes que tienen un libro para ellas solas, y son nombres como Montserrat Caballé, Kate Bush y Amy Winehouse. ¿Qué tenemos que decir de las cantautoras? Quizás algún usuario esté leyendo a Joan Baez o a Violeta Parra en casa. Y, cómo no, también hay algún libro sobre artistas femeninas liderando grupos de los años sesenta. Punto. ¿Después de medio siglo no ha pasado nada más? Entonces, hay que aclarar que no es un problema exclusivo de aquí.

Mi generación ha tenido la suerte de vivir y seguir con mucha más equidad que en el pasado las carreras de las cantautoras. Aquí pretendo hacer un borrador (por falta de más espacio) de la historia reciente de la Cançó sin distinción de género y al mismo tiempo incluir los distintos géneros, sobre todo para no crear un gueto, que es como ponerlas a ellas en la despensa de la cocina y no en el escaparate. Por otro lado, para hacer historia en cuestiones que tienen que ver con biografías, dicen que el mejor orden es el cronológico según fechas de nacimiento. Por eso propongo un breve recorrido musical, sobre todo por la última década del siglo XX y lo que hemos vivido del primer tercio del XXI.

Los antecedentes de este periodo se encuentran en las primeras olas feministas francófilas e italianófilas de los años sesenta y setenta, que vivieron la presencia de cantautoras en los principales colectivos de la Nova Cançó (1959-1968), desde Els Setze Jutges hasta la anglofilia del Grup de Folk, con cantautores pioneros como Pi de la Serra (1942), de fama universal como Lluís Llach (1948) y Joan Manuel Serrat (1943), y galácticos y cósmicos como Jaume Sisa (1948) y Pau Riba (1948-2022), así como las cantautoras Remei Margarit (1935), Guillermina Motta (1942), Maria del Carme Girau (1940), Maria Amèlia Pedrerol (1950) y la única en activo, Maria del Mar Bonet (1947), y las mujeres que posteriormente les cogieron el relevo, como Dolors Laffitte (1949-2008), madre de la multiinstrumentista Míriam Encinas, Marina Rossell (1954) o Maria Cinta (1952).


Aunque en medio de las generaciones se encuentran casos aislados en el desierto de los años ochenta, como Eva Dénia (1960), Lídia Pujol (1968), Sílvia Comes (1965) o Ester Formosa (1961), son pocas al lado de Josep Tero (1951), Joan Isaac (1953), Gerard Jacquet (1955), Miquel Gil (1956), Miquel Pujadó (1959), Eduard Canimas (1965) o Marc Parrot (1967), entre otros.

Las maneras de hacer canción se contagian de generación en generación. Por ejemplo, la musicación de poesía ha sido un baluarte para los cantautores y las cantautoras del país a finales del siglo XX y principios del siglo XXI.

Artistas nacidos en los años setenta y ochenta como  Marta Rius (1974), Roger Mas (1975), Bikimel (1976), Namina (1979), Meritxell Gené (1986), Ivette Nadal (1988) —que destaca colaborando con Pascal Comelade (1955) y el poeta Enric Casasses (1951)—, Rusó Sala (1982) y Lu Rois (1990) musican poesía catalana además de tener composiciones propias, como hacen también cantantes y músicos más cercanos al folk catalán como Carles Belda (1972) y Joan Garriga (1972).


La afición por la canción francesa de Jacques Brel (1929-1978) o Barbara (1930-1997) sigue presente en nombres como Anna Roig (1981), que firma los discos como Anna Roig i l'Ombre de ton Chien.

El mundo digital irrumpe en el siglo XXI y la diversidad de músicas al alcance del oyente provoca también una diversidad de músicas que se convierten en fuentes de las que se puede beber. Encontramos influencias de la copla española en Maria Rodés (1986), influencias anglosajonas o incluso alemanas en Maria Coma (1986), el recorrido mediático multilingüístico de Beth (1981) o la transgresión de fronteras estilísticas y disciplinarias de la pianista y compositora Clara Peya (1986).

Con el tiempo la industria crea sus certámenes, como el Terra i Cultura del Celler Vall Llach, que otorga el Premio Miquel Martí i Pol y visibiliza y pone en órbita talentos como los de Sílvia Pérez Cruz (1983), Gemma Humet (1988) y Judit Neddermann (1991), cantantes mediterráneas que han ido buscando su voz propia.


En la Cançó ha habido melómanos de nuestra tierra, como Toti Soler (1949) y toda la Ona Laietana, como también son voces propias las de Jaume Pla, Mazoni, o Carles Sanjosé, Sanjosex, ambos nacidos en la Bisbal d'Empordà en 1977, o los barceloneses Nico Roig (1976) y Pau Vallvé (1981). Pero si el núcleo duro de la Cançó se caracterizó por algo es por el compromiso político de sus letras, con emblemas como Ovidi Montllor (1942-1995).


Quien sigue más este magisterio es la canción protesta de Cesk Freixas (1984), Montse Castellà (1976) y Les Kol·lontai —Castellà ha llegado a colaborar con Paco Ibáñez y Joan Baez—, Sílvia Tomàs (1990) y cantantes más jóvenes como Laia Llach (1995).

Les Kol.lontai, en el sentido de las agujas del reloj: Sílvia Comes, Montse Castellà, Ivette Nadal y Meritxell Gené

Otra característica del movimiento de la Nova Cançó fue tener como referente todo el territorio de habla catalana. En este sentido, podemos encontrar que en los territorios de habla catalana u occitana, aunque han muerto referentes de la Cataluña Norte como la veterana Teresa Rebull (1919-2015) y Jordi Barre (1920-2011) o se han retirado de la escena cantantes como Raimon (1940), en otros sitios nacen voces interesantes como las de Borja Penalba (1975) y Mireia Vives (1981), Clara Andrés (1977), Marta Elka (1983), Alidé Sans (1993), Apol·lònia —Poli Bauçà— (1991), Marga Rotger (1987) e, incluso en l'Alguer, Claudia Crabuzza y Franca Masu (1962). Es una representatividad territorial, de Fraga a Maó y de Salses a Guardamar, que va más allá del mapa del tiempo meteorológico y se divulga gracias a encuentros como el festival Barnasants. La Cançó siempre salva el tiempo histórico de la gente de un tiempo y de un país. Cuidémosla.

25 CANTAUTORAS POST NOVA CANÇÓ

Por Helena Morén Alegret


El siglo XXI ha irrumpido con un cambio en los modos de hacer y consumir la música. Además, el poder femenino ha eclosionado en todo su esplendor y las voces de mujeres inundan las listas de todos los géneros rompiendo barreras: Ester Formosa, Anna Roig, Sílvia Comes, Clara Peya, Judith Neddermann o Silvia Pérez Cruz, entre muchas otras, aportan sensibilidad y diversidad al panorama musical.

Ilustración

Miguel Sueiro/Baliente

Fotografía

Les Kol·lontai por Juan Miguel Morales