MONOGRÁFICO NOVA CANÇÓ

SERRAT

El ‘noi del Poble-sec’ se baja del escenario


Mira el vídeo de su charla con Roger Mas al final

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POR OMAR JURADO

Periodista y redactor

Aquel joven de 1965 no sabía que su entrada en Els Setze Jutges, germen de la Nova Cançó, sería el principio de una historia tan larga y tan definitiva, con un público tan amplio, transversal e intergeneracional de distintos rincones del planeta Tierra.


El compositor de “Ella em deixa” (Edigsa, 1965) tampoco sabía que sería tan influyente para el desarrollo de la música popular que aparecería a partir de entonces en el Estado español y Latinoamérica ni que dejaría una huella tan importante.


Aquel jovencito del Poble-sec, un barrio humilde y obrero de Barcelona, que acababa de graduarse en Agronomía como perito agrícola y había sido becado para estudiar Biología, no imaginaba adónde lo llevaría el camino que acababa de emprender cantando en catalán, un idioma perseguido y maltratado en aquella España franquista.

“Me llamo Joan Manuel Serrat, escribo canciones y canto”, así se presentó el miembro número trece de Els Setze Jutges en su primera aparición pública, el 2 de mayo de 1965, en el Centro Cultural L'Avenç de Esplugues de Llobregat, acompañado por la barcelonesa Remei Margarit y el mallorquín Joan Ramon Bonet, ambos también de Els Setze Jutges.


El apoyo que le brindó el periodista y locutor Salvador Escamilla desde su programa Radioscope en Radio Barcelona fue importante. Pero es indudable que el joven cantautor arrancó con un nivel fuera de lo común.


Poco después, Joan Manuel Serrat, de padre catalán y madre aragonesa, naturalmente bilingüe, empezaría a cantar en sus dos idiomas y vería impulsada su carrera estratosféricamente.


Su libertad siempre ha sido una prioridad, por encima de todo. Pero realmente nunca ha sido fácil, siempre la ha defendido y siempre se la ha jugado cuando ha sido necesario, aunque sus elecciones pusieran en riesgo todo lo que había conseguido hasta el momento.


Su elección de ser un artista bilingüe creó un conflicto que se puede entender en una época en la que el hecho de cantar en catalán significaba tanto, culturalmente y políticamente. Él demostró que haciendo canciones excelentes en los dos idiomas podía continuar defendiendo y difundiendo también el idioma de su padre, Josep.

Demostró también que se podía ser un artista “comercial”, con repercusión en un amplio sector del público, sin sacrificar la calidad de su trabajo, un equilibrio nada fácil. Tampoco renunció a enfrentarse al régimen franquista teniendo la audacia de negarse a participar en el festival de Eurovisión si no le dejaban cantar en catalán. Puso música a los poemas de Antonio Machado o Miguel Hernández y denunció los últimos fusilamientos franquistas en plena gira latinoamericana, lo que lo llevaría a estar “en busca y captura” y a un exilio obligado, en los años setenta, que no sabía cuánto podía durar ni en qué podía desembocar.


Más de una vez Joan Manuel Serrat ha visto cómo se le prohibía en la televisión y la radio y cómo los energúmenos más recalcitrantes del fascismo español se entretenían quemando sus discos en público. Pero eso es Serrat: libertad ante todo. “Con mis canciones no pretendo hacer pensar”, declaraba el joven cantautor en 1969 para la revista Confidencias. “Busco sobre todo llenar vacíos. Quien me oiga pensará por sí mismo después, pero nunca mientras canto”.


Podríamos continuar enumerando ejemplos de su compromiso con el colectivo tanto en Latinoamérica como en el Estado español desde su elección individual, pero no quedaría espacio para hablar de nada más.

En el terreno artístico, consolidada con influencias que pasan por la canción francesa, el tango o la copla, Serrat ha construido una voz única, propia, que ha acompañado e inspirado a varias generaciones.


Fino retratista del mundo que le toca vivir, ha sabido mirar la vida desde un realismo que no renunciaba a la esperanza y ha construido verdaderos himnos vitales. Tanto en catalán como en castellano, las canciones de Serrat son fundamentales para entendernos como sociedad y también para conocernos más profundamente como personas.


No es raro que tantas voces y tan diversas de nuestra música popular hayan grabado en alguna ocasión una versión de Joan Manuel Serrat. Son muchos los nombres: Núria Feliu (que fue la primera cantante que grabó una canción de Serrat, ni más ni menos el mismo año en que el cantautor empezó su marcha artística), Santiago Auserón, Maria del Mar Bonet, Presuntos Implicados, Ana Belén, Rocío Jurado, Antonio Vega, Lole y Manuel, Antònia Font, Alejandro Sanz, Josep Carreras, Montserrat Caballé, Sau y muchos más. Y podríamos sumar otras voces de otros lugares, como Mina y Gino Paoli (Italia), David Broza (Israel), Santiago Feliú, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Omara Portuondo (Cuba), Joan Baez (Estados Unidos), Soledad Bravo (española de origen, pero radicada en Venezuela), Patricio Manns (Chile), Mercedes Sosa (Argentina) y otro largo etcétera.


Cantando a los poetas (la lista es larga) o mirando el mundo, la vida, por dentro y por fuera, Serrat se ha convertido en la banda sonora de muchas y muchos.

SERRAT, TE QUEREMOS

Diez compañeros y compañeras de profesión hablan sobre Serrat.


En el portal EFE Salud, el 1 de febrero de 2016, Miriam Muñoz y Javier Tovar afirmaban en un trabajo extenso que las canciones de Serrat son terapéuticas y fomentan el optimismo y la ilusión. El doctor en psicología Francesc Sáinz Bermejo, en su libro Sentir y pensar con Serrat (Editorial Milenio, 2014), habla también de la influencia positiva en la mente de las personas que escuchan la obra del cantautor.


Pero Serrat jamás ha vendido optimismo fácil, al contrario: “¿Aprender? Creo que el hombre tiene memoria de pez. Que aprende en los entierros lo que es la muerte, en los hospitales lo que es el dolor, y en estas circunstancias extremas es cuando se siente afectado por eso. Ahora bien, de aquí a que aprenda… ¿No crees que nuestra sociedad sería mucho mejor si cada vez que nos diéramos cuenta de algo que nos descubre en falso mejoráramos? Mejoramos mientras eso dura, un momento”, reflexionaba en la revista colombiana Bocas.


Por eso su despedida de los escenarios no pasa de largo, nos importa. No volver a escuchar a Serrat en vivo es el final de una época, es no poder volver a ver en directo a una auténtica leyenda viva que ha sabido acompañarnos no desde el pedestal, sino desde la sensación de ser uno más de nuestra familia, de nuestros seres queridos, de nosotros.

Estos días Serrat, desde los escenarios, en la gira que ha llamado El vicio de cantar y que empezó el 27 de abril de 2022 en Nueva York, nos recuerda que todos estos conciertos son una fiesta, una celebración de vida. Nos invita a rechazar la nostalgia y a continuar apostando por el futuro, un futuro que nos toca construir y nos tiene que continuar apasionando.


“Cançó de bressol”, de su primer álbum, Ara que tinc vint anys (Edigsa, 1967), ha sido una de las piezas en catalán escogidas por el cantautor para esta última gira: “I jo que m'adormia entre els teus braços/ Amb la boca enganxada en el teu pit/ L'amor d'un home ja ens havia unit/ Abans d'aquell matí d'hivern en què vaig néixer/ El record d'aquell temps, el vent no l'arrossega/ Quan estalviaves pa per a donar-me mantega” [Y yo que me dormía entre tus brazos/ Con la boca pegada a tu pecho/ El amor de un hombre ya nos había unido/ Antes de aquella mañana de invierno en la que nací/ El recuerdo de aquel tiempo, el viento no lo arrastra/ Cuando ahorrabas pan para darme mantequilla]. Se lo canta Serrat a Ángeles, su madre, dejando claro de dónde viene y componiendo un esbozo emotivo y firme del sustrato que lo construye y conforma.


Y, cómo no, “Mediterráneo” es otra de las piezas que no pueden obviarse en ningún caso. Editada en 1971 en el álbum Mediterráneo (Zafiro/Novola), en 2004 fue escogida como la mejor canción de la historia de la música popular del Estado español en el programa de TVE Nuestra mejor canción. También en la edición española de Rolling Stone en 2010.


Habrá sido complicado escoger el repertorio de una gira de estas características. Serrat ha preparado, con su fantástico grupo de músicos liderado por Ricard Miralles y Josep Mas ‘Kitflus’, una extensa lista de canciones que puede ir moviendo y escogiendo para que cada concierto sea único e irrepetible. Todas las canciones escogidas son imprescindibles, pero muchas quedan fuera, cosa inevitable en su caso.


“A veces el esfuerzo, como por piedad, se ve mágicamente recompensado. Y aparecen historias que se nos pegan en la entretela del alma por los siglos de los siglos. Como diría el gran pensador Mario Moreno ‘Cantinflas’: "Aquí está el detalle". El detalle está aquí, en el hecho de que una canción sea como el café con leche: una vez juntas, la letra y la música nunca más podrán volver a separarse y entonces es cuando la música habla y la letra canta”, dijo Serrat en uno de los conciertos de El vicio de cantar, refiriéndose a la creación de una canción que consigue pervivir en el tiempo.

Serrat se despide sin lágrimas aparentes, pero con las alforjas llenas de emoción y gratitud. Dice que continuará componiendo y grabando canciones nuevas. Esperamos que así sea. Es imposible que se marche de nuestras vidas. Llegó a ellas hace ya muchos años para quedarse para siempre.


Escucharlo, verlo cantar estos días en su última gira algunos de los temas más emblemáticos, es una de las experiencias más emocionantes e inolvidables que se pueden atesorar. Serrat es, desde ya hace años y en el mejor sentido de la palabra, un verdadero clásico.


En otra de las canciones que pueden escucharse en El vicio de cantar, «Los recuerdos», de su disco Versos en la boca (BMG Music, 2002), el mismo artista canta: “Después inflexible, el olvido/ Irá carcomiendo la historia/ Y aquellos que nos han querido/ Restaurarán nuestra memoria/ A su gusto y a su medida/ Con recuerdos/ De sus vidas”. Siempre hilando fino. Siempre lúcido.

Enlaces

Joan Manuel Serrat

Roger Mas



Fotografías

AnchorJuan Miguel Morales [apertura]

Colita [columna]

Vídeos

Serrat, te queremos

Edición: Carlos Muñoz + Baliente


Serrat conversa con Roger Mas

Realización: Carlos Muñoz

Edición: Carlos Muñoz + Baliente