Digámoslo ya: Jesús Carmona (Barcelona, 1985) es uno de los referentes de la danza española presente y futura. Coreógrafo y primer bailarín del Ballet Nacional de España durante años, recibió el Premio Nacional de Danza en 2020 y ha hecho cumbre internacional con el Benois de la Danse en 2021. También es finalista a Mejor Intérprete Masculino de Danza en los Premios Max 2021, que se celebran el 4 de octubre, por El salto.

En su momento más crujiente, este danzaor prepara dos estrenos casi simultáneos. Para empezar, Baile de bestias es la octava producción de la compañía de Jesús Carmona. Este nuevo espectáculo, que abrirá el 11 de noviembre de 2021 en el Museo Universitario de Pamplona, es una narrativa que juega con la quietud en el movimiento hasta crear un tornado alrededor de su protagonista. Todo el concepto presenta una estética vanguardista, rabiosamente contemporánea, con el poso flamenco que caracteriza de base la obra de este autor. Además, el multiinstrumentista y cantante Manu Masaedo ayuda a Carmona a desafiar a sus bestias internas.

Por otra parte y también este otoño, se producirá el estreno de Malinche, el musical de Nacho Cano inspirado en la histórica relación de Hernán Cortés y Malinche en México. En este trabajo Carmona ejerce de coreógrafo, pero también de bailarín y actor en sus meses de lanzamiento.

Tras el éxito de El salto (2020) y el premio Benois, que recibiste en el Teatro Bolshoi de Moscú este 2021, hay mucha expectación por el estreno de Baile de bestias. ¿Cómo es este nuevo espectáculo?

Con Baile de bestias sigo en la misma línea de trabajo descubierta en El salto. Es una evolución, un concepto que crece, pero una misma forma de entender la búsqueda y la dramaturgia. El flamenco va a estar, claro, porque es lo que yo soy, pero está influenciado por otro tipo de estéticas contemporáneas. Yo prefiero no poner etiquetas: Baile de bestias navega en todos los mares.

Casi en paralelo se estrenará Malinche, el musical de Nacho Cano. ¿Cuál es tu implicación en ese proyecto?

En Malinche, mi trabajo fundamental es la coreografía de la parte flamenca del musical, pero todo está intoxicado, así que estoy involucrado en general. Nacho tira mucho de mí y eso me hace feliz. El entendimiento con él ha sido total, perfecto y, además, fácil. Pero es que llevo en este proyecto cerca de tres años. Hemos estado trabajando en Nueva York, en Miami… Todo en Malinche es su visión y en la concepción coreográfica hemos estado mano a mano. Estoy descubriendo otra forma de trabajar, otra experiencia. Ha sido bonito e intenso y estamos todos muy emocionados.

Aparte de tu tarea creativa como coreógrafo, ¿te veremos bailando en ese espectáculo?

Voy a participar en el estreno, durante los tres primeros meses aproximadamente. No podré quedarme mucho más, porque no quiero parar la actividad en mi propia compañía. Pero en el arranque voy a disfrutar muchísimo; ahora estoy cantando, actuando, descubriendo partes de mí que no conocía… y pasándolo muy bien.

¿Será difícil compatibilizar ambos proyectos?

No, no. Al contraste, Baile de bestias es un concepto más pequeño, introspectivo e íntimo. Son dos espectáculos tan distintos que realmente resulta estimulante. En lo artístico y en lo personal.

Cada vez más, estás en el foco de muchas miradas. ¿Cómo consigues mantenerte en equilibrio ante la presión?

Soy un tío muy campechano. Tengo a mi familia, y los pies en la tierra. Como artista o como creador, yo ayudo a curar almas, pero no sería capaz de curar un corazón si está enfermo. El artista desarrolla un trabajo útil para la sociedad, pero nadie va a morir si yo me equivoco en una pirueta. No soy un médico, no soy estrictamente necesario. Nunca olvido esta perspectiva.

¿Tampoco te afectan los premios o la adulación?

Los premios son un reconocimiento al trabajo realizado a lo largo de los años. Porque yo siempre he sido un currante. Mi profesión es toda mi vida y la amo. Pero, si se te va la cabeza arriba, será que no eres muy inteligente. Puede que en algún momento, un año cualquiera, nadie se acuerde de ti. Por eso yo no trabajo para el autógrafo ni para la foto, sino para desarrollarme. Lo que venga es un regalo.

Estás viajando constantemente. Este año has estado ya en Italia, Francia, Rusia… ¿Existe algún elemento que caracterice a la danza española en el ámbito internacional?

Hay una característica principal: que nace de un pueblo que es corazón. Ese corazón está en todas las disciplinas de la danza española. Da igual también la ideología, la clase social o el modo de vida. Y todas las culturas del mundo aprecian eso de nosotros: el corazón, la autenticidad. Es inexplicable, pero esa emoción trasciende incluso sin usar el lenguaje, solo con movimiento. Además, la danza española cuenta con una ventaja: hay palos en nuestra música que conectan exactamente con la rítmica del corazón, del latido.

Fotografía

Lucrecia Díaz (principal)
Tomás Muruaga (columna)

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Jesús Carmona

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La Fundación SGAE, en colaboración con la Federación Estatal de Empresas y Compañías de Danza (FECED), celebra cada año el ciclo de danza contemporánea ‘BB’ Bailar en la Berlanga. Es una muestra que busca promocionar la danza española actual en sus más variados géneros y estilos. Celebraremos la octava edición en nuestra Sala Berlanga (Madrid) en primavera de 2022.