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PODCASTMANÍA

La voz contra el postureo de Zoom y Webex

POR EMILIO R. CASCAJOSA

El 13 de marzo de 2020 el Gobierno declaró el estado de alarma en España. La situación de excepción entró en vigor al día siguiente, llevando al confinamiento domiciliario de todo el país. El objetivo: frenar la transmisión de la COVID-19. El resultado: miles de personas encerradas en sus hogares, gastando kilómetros de papel higiénico y derrochando wifi como para compartir memes toda la vida. Esta imagen se extendió por todo el planeta y, ante la imposibilidad de hacer vida más allá de nuestros salones y dormitorios, acabamos rindiéndonos a la hiperconectividad. Así pasamos casi un año, entrando y saliendo del cautiverio, siempre “in love con esta casa” y con el móvil en el bolsillo del chándal. Maratones de series, eternas partidas de Fornite, vídeo llamadas en grupo, tutoriales de yoga, conciertos on line, inagotables hilos de WhatsApp, empacho de Pinkfong, gifs de Homer Simpson… De un modo flagrante, la pandemia colocó al streaming en el centro de nuestro entretenimiento y de nuestras relaciones sociales. Y en esta nueva realidad inmediata e inestable, el peso de la cultura acabó reduciéndose tanto que hoy bastan los 140 gramos de un smartphone para contener todo el ocio que podríamos desear.


Hablemos de cifras: en 2020 se batieron todos los récords de ingresos por streaming, representando en el caso de la música hasta el 83% del total generado por la industria. Este dato explicaría hechos tan indicativos como que la app Table saliera a bolsa, que Ticketmaster decidiera lanzar su propia plataforma de ticketing para live streaming o que la promotora Live Nation acabara adquiriendo Veeps para trasmitir exclusivos espectáculos on line. Al final el imperio del streaming y del vídeo digital terminó amplificando su impacto. Todo ello gracias a las TICs y (sobre todo) al confinamiento.


Pero ojo, porque nada es inmutable en este ecosistema y ya se habla de una nueva revolución: la del podcast como reacción al hastío provocado por el postureo de Zoom y Webex. ¿Indigestión de pantalla? No desesperemos, el confort está ahora en el audio.


El antecedente de este nuevo fenómeno lo encontramos en el boom de Clubhouse (red social de chat audio lanzada en 2020 por Alpha Exploration) y en su reciente valoración por 4 billones de dólares. En definitiva, se trata de un modelo revolucionario que Spotify no ha dudado en copiar bajo el nombre de Greenroom, aplicación de audio social basada en la tecnología de Locker Room y cuyo objetivo es crear una experiencia en vivo que deleite a los creadores y oyentes de todo el mundo”. Precisamente Spotify anunció hace meses novedades que ampliaban las posibilidades de compartir en redes sociales los podcasts que aloja. Pero también una prueba piloto para suscripciones de pago, usando la plataforma de creación Anchor, y otra serie de funcionalidades que irán apareciendo en modo beta, como la transcripción automática, para leer en vez de escuchar. Con más de 700.000 títulos de diversas categorías, temáticas y creadores, esta conocida plataforma se ha posicionado como uno de los referentes mundiales en este entorno.

La voz es el nuevo vídeo y los gigantes tecnológicos lo saben

Es cierto que el podcast ya estaba en auge antes de la pandemia, pero el confinamiento redimensionó la popularidad del formato, y los ingresos por publicidad. El 20 de abril de 2021, Apple abrió la caja de las suscripciones mensuales a audio de pago, negocio al que se ha sumado Spotify (por cierto, mejorando las condiciones para los creadores de los contenidos). Amazon Music también presentó su propuesta en septiembre de 2020, transformando Audible (su app de audiolibros) en un reservorio de podcasts temáticos originales. En el caso de Amazon la apuesta incluso se ha visto reforzada con la adquisición de Art19, una plataforma de servidores y ventas de publicidad para transmisiones. La voz es el nuevo vídeo y los gigantes tecnológicos lo saben.


Volvamos a las cifras. La consultora Edison Research publicó recientemente un interesante estudio acerca del consumo de narrativas de audio en EE UU. El resultado es de lo más revelador: la población de estadounidenses que pagan por una suscripción de algún servicio de este tipo se ha duplicado desde 2015 y ahora representa un 47%, casi la mitad del censo del país. Está claro que la obsesión se ha proyectado como un rayo. En España, un 55% de los usuarios de internet afirma haber escuchado algún programa de este tipo en el último mes, con un elevadísimo nivel de adhesión al formato. Poca broma.


Pero, ¿qué es exactamente un podcast y por qué se ha disparado su consumo ahora? La Wikipedia define el término como “una serie episódica de archivos de audio o vídeo que un usuario puede descargar a un dispositivo personal para escuchar fácilmente”. Su origen se sitúa en el 13 de agosto de 2004, cuando Adam Curry usó una especificación del formato RSS de Dave Winer para incluir archivos adjuntos. Entonces le tocó competir con el auge de los blogs, quedando reducido a un modelo residual ideado para friquis tecnológicos. Su escalada ha sido lenta e imparable y, aunque originariamente arrancó como un formato utilizado por y para usuarios, muchas marcas lo han estado recomendando durante años como herramienta para conectar con la audiencia.


Y la pregunta del millón es: ¿Qué lo hace tan especial para que se haya disparado su popularidad con la pandemia? Juan Ignacio Solera, CEO del conocido audiokiosco iVoox, comentaba en una reciente entrevista para Dimensión límite: “Implica una complicidad con el oyente que no ofrecen el vídeo o el streaming. Es mucho más personal”. Descargar un podcast y escucharlo con los auriculares es un acto cargado de una intimidad incomparable. Ahí precisamente es donde radica el valor social, en esa encrucijada entre lo próximo y lo remoto. Al final todo se dirige a un oyente inquieto, sin tiempo e hiperconectado que usa múltiples dispositivos (tablet, TV conectada, altavoces inteligentes o consolas) y distintos canales para escuchar sus narrativas favoritas.

Drama o qué

Drama o qué, por ejemplo, es un podcast semanal de 30 minutos de duración alojado en plataformas como iVoxx o Spotify. El programa, concebido y realizado por Javier Berger y David Montero, propone un espacio digital donde la dramaturgia es el pilar principal. Sus responsables tratan el tema con humor y ligereza, sin perder de vista el rigor y tratando de servir de altavoz sobre nuevas corrientes escénicas. David Montero tiene claro el potencial del formato: “Creo en este medio porque es una buena forma de ofrecer a todos los públicos un contenido interesante con una profundidad que difícilmente encontraríamos en un medio generalista”, comenta el autor sevillano. “También pienso que el hecho de contactar con personas que comparten intereses y por lo tanto escuchan tus archivos es una estupenda manera de crear redes”.


Hoy día cualquiera con un micro, un poco de labia y un programa de edición podría crear su propio social audio. “Lo oral y lo visual tienen cada vez más fuerza en nuestras sociedades”, apunta Montero. “La accesibilidad a la tecnología ha permitido que, con una inversión muy baja, puedas grabar contenido y difundirlo”. El do it yourself nunca tuvo un altavoz tan potente en lo que a contenido especializado y variedad de oferta se refiere. Hasta Facebook se ha sumado a la moda, potenciando el formato con una aplicación llamada Soundbites, descrita como un TikTok del audio con funciones para reproducir desde la misma red social.


Propuestas se han lanzado como para parar un tren y parece que la fiebre no remite. Por ejemplo, en verano de 2020, en el paréntesis entre las dos primeras olas de la pandemia, hizo su aparición Podimo, otra plataforma con app gratuita. Con más de 50.000 archivos y apoyándose en el claim “abre tus oídos e inspírate”, presumía de ser "el Netflix de los podcast”. Así que la batalla por el audio está servida. Si pensabas que esta revolución pudo haber tocado techo con el confinamiento, te invitamos a echar un vistazo a las miles de propuestas que copan las principales plataformas: cine gore, música indie, ufología, medicina alternativa, comida vegana, “tocamientos”, padres desesperados, seriales LGTBI+, bondage, ciencia alternativa, deportes de riesgo, bonsáis, metal extremo, asesinatos sin resolver, fetichismo con la Barbie Super Star… Si “la libertad es una librería”, podemos asegurar que, a la chita callando, el podcast ha echado raíces para ayudar a su audiencia a sentirse más acompañada, donde sea y cuando sea. Mil millones de personas no pueden estar equivocadas.

Ilustración

Miguel Sueiro (Basetis)

Enlaces

Apple Podcast. Cuenta con más de un millón de programas de todo tipo y más de 30 millones de capítulos.


Audible. La propuesta de Amazon ofrece, además de audiolibros, una colección de podcasts originales y exclusivos.


Breaker. Aplicación de podcasts que no solo funciona como reproductor, ya que ofrece un componente social y posibilidad de emitir opiniones compartibles.


Castbox. Aplicación multiplataforma que cuenta con versiones para móviles y una webapp para ordenadores. Ofrece herramienta para crear tu propio podcast.


Deezer. La popular plataforma de música en streaming también lleva tiempo apostando por el formato y ofrece contenidos de todo tipo.


Google Podcasts. Plataforma todopoderosa que permite suscribirse a contenidos favoritos y descargar podcast.


IVoox. Tras muchos años siendo una referencia, ofrece todo tipo de programas. Cuenta con los mejores archivos temáticos que podríamos desear.


MusicBee. Es uno de los mejores reproductores de música para PC e inevitablemente ofrece un soporte para escuchar podcasts.


Overcast. Reproductor sencillo y gratuito, exclusivo para dispositivos Apple. Incluye publicidad, pero no es especialmente invasiva.


PlayerFM. Reproductor que permite escuchar una gran colección de programas y episodios con posibilidad de suscribirte a tus favoritos.


Pocket Casts. Una de las aplicaciones móviles más conocidas dentro del mundo del social audio. Tiene una versión de pago y otra gratuita y ofrece potentes filtros de búsqueda.


Podcast Addict. Se creó para Android e incorpora una buena colección de podcasts, radios y audiolibros. Permite escuchar vídeos de YouTube y Twitch.


Podimo. Se presenta como un Netflix de los podcasts y ofrece una suscripción mensual más una versión gratuita con más de 50.000 podcasts en español y 650.000 en inglés. Sus temáticas están centradas especialmente en el true crime, entrevistas y conocimiento científico.


Soundcloud. Es como el Spotify alternativo (muchos artistas están emigrando en masa a esta plataforma) y apuesta por el aspecto social de este entorno. Cada vez ofrece mayor cantidad de creadores de podcasts dentro de su oferta de streaming.


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TALLER DE PODCAST

Fundación SGAE convoca el taller de podcasting Iniciación al lenguaje sonoro, que se celebrará on line los días 22 y 23 de septiembre. Conducirá la actividad Mona León Siminiani, directora, guionista, actriz, realizadora y pionera del podcasting en España, fundadora de la productora La Sonora Podcasting. 


El taller ofrece una iniciación al lenguaje sonoro en los diversos formatos del podcast: serie, documental, true crime... Se estudiarán las características de un guion para audio y se explicarán modos de interacción efectiva con el oyente.